Anoche te hice caso. Y entre copa y copa intenté aprovechar la candelita del alcohol para escribirte. Soy así: de bolígrafo y servilleta. Dejé que mi mano y mis preciosos ripios dijeran todo lo que siento y aquí te los reescribo con buena letra: "Esta noche, luna enamorada, compartes almohada sin pasión alguna, y sueñas abrazada"... MAL.
En otra: "Esta noche la luna más soñada, se acuna bruna acompañada, y comparte su almohada"... PEOR. De repente una canción envolvía el local, y se hizo el silencio...era tu viva imágen rasgando el aire.
Eras tú transportada desde tu sueño a mis sentidos. Tus ojos estaban de nuevo dentro de mi. Te sentí. Todos mis versos se mojaban para desaparecer en mi chaqueta. No podía seguir escribiendo puesto que lo que estaba oyendo superaba hasta el infinito lo que por ti siento.