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Al entrar en casa sintió un denso e incomodo silencio. Ese mismo silencio que precede siempre a las malas noticias. La televisión estaba apagada y su novio, sentado en el sofá, extrañamente pensativo y cabizbajo. Cuando ella le pregunto "¿qué tal?", él la miro por encima de sus gafas, como queriendo protegerse:

- Nena...tenemos que hablar.

- Vale, vale. Pero ¿Que ocurre?

Un paréntesis de breves segundos de reloj, pero largo en intensidad; angustioso casi, con ausencia total de gestos, miradas...palabras.

- Es serio. Me gustaría estar tranquilo en este momento, pero no puedo; me estalla la cabeza,tengo la boca seca y estoy confuso. Será el miedo.

-¿Miedo? ¿Miedo a qué? Mira Mario, si tan importante es, mejor me lo comentas por facebook.

- Si. Será mejor. Es importante...

- Vale, voy a mi cuarto y me conecto.

Tal era la intriga, tamaña la tensión, que ni siquiera contestó a los mensajes acumulados en su cuenta. Directamente pincho el chat y buscó a Mario.

- Bien, ya está, dime.

- Verás, Nati, yo...

- ¿Qué?

-Yo...¡He estado con otra!

-¡¿Cómo?!

- Si, cariño; una compañera de trabajo, el viernes...lo siento. Lo siento mucho.

- ¡La madre que te pa rió! ¿Le diste tu mail?

- ¡No, no! Sólo fue físico, nada más.

- ¡Uff!...que susto me habías dado, ca brón.

ESTE TEXTO NO ES MÍO. Eso lo primero. Pero lo encontré en la red y me pareció tan absurdo, con ese humor tan dislocado y que a mí tanto me seduce que, aunque sé que a muchos de vosotros no os hará ni puñetera gracia, espero que alguno se ría como yo me he reído al leerlo.
Es por eso que me aventuro y lo subo, aunque sé que normalmente sólo subimos cosas nuestras. No puedo citar al autor porque no sé quien es.

VASECTOMÍA
Remigio Cortillo estaba parado rebuscando entre los letreros de un portal de un enorme edificio. Quería consultar a un especialista.

Ramirez Malasaña.-abogados. Notaría Ricote. Dentista...Dr. Castro, urólogo...aquí es.
Cortillo subió hasta el 2º,2ª. y tocó el timbre. Le recibió un señor seco con un bigote que le llegaba hasta la barba.

-Buenas tardes caballero
-Buenas tardes
-¿Qué se le ofrece?
-Quería hacer una consulta médica
-Pase yo soy médico. Tiene cita?
-No-No sabía que había que pedir hora.
-Pues si, ¿Cuál quiere?
-Pues si puede ser quisiera la de ahora mismo.
-Concedido. Pase.

-Y bien, ud. dirá...
-Yo desearía hacerme una vasectomía y he venido a que me informe de los detalles

-Mire la vasectomía o capación clinica es un sistema anticonceptivo generalmente masculino y dificilmente reversible, con lo que el hombre que desee someterse a ello debe tenerlo muy claro.
-Yo lo llevo cavilando las 24 horas del día y las 24 de la noche, por la tarde no, que me echo una siesta.
-Muy bien así me gusta, será ud. un estupendo capón.
-Oiga doctor, y mi mujer podrá seguir teniendo hijos?
-Si, si, naturalmente. De hecho creo que ningún hijo sería de usted
-Ah, pues en eso no había caído yo, pero estoy seguro de mi decisión.
-Hombres como usted quedan pocos, me admira su entereza, es usted más moderno que Johan Strauss
-¿El músico de los valses?
-No, el torero de Cartagena

-Bien, tiendase en la camilla y procedamos a su hara kiri testicular...vamos allá. Deje uste que le toque los cataplines,menudo soy yo tocando huevos
-Toque, toque sin miedo, al lado hay otro.
-Hummmm muy bien descendidos en el escroto, muy parejos...tiene usted unos cojones para enmarcar, sr. Cortillo
-Gracias... una pregunta, la vasectomía ¿Duele? ha practicado muchas?
-Si, cientos y no me dolió ninguna
-eso me relaja.

-Hableme de su pasado, retrotraigase a pajases placenteros...por cierto ¿Cuantos años tiene?
-Varios, pero oiga, ¿no piensa anestesiarme?
-No yo lo hago por sugestión hipnótica,por eso debe hablarme del pasado mientras le voy rebanando.
-Es que me cuesta mucho, porque aquí donde me ve, tengo un oscuro pasado...
-Bien, pues cuenteme otra cosa para que no le duela
-Le contaré el pasado de un tio mío llamado luís igual que yo
-¿Pero usted no se llama Remigio?
-Bien, yo me llamo Remigio igual que él
-¿Que quien?
-Que mi tio Luis, no esta usted atento doctor
-Hombre Luis Remigio, yo estoy haciendo ver que le escucho pero en realidad le estoy operando hace rato, y si me desconcentro igual en vez de las orejas cortamos el rabo
-Le veo a usted muy taurino
-Es que mi padre fue una gran figura de la tauromaquia. Llegó a ser subalterno de un banderillero.

-Dr. Castro me mareo, todo me da vueltas, ¿qué pasa?
-Nada, no se alarme, está usted despertando de la anestesia y lleva un rato delirando.
-Pero ¿no me dijo que era sin anestesia?
-Lo cierto es que puse anestesia en los genitales, pero como usted es de los que piensan con salva sea la parte, le llegó al cerebro
-Ah, si es por eso, bueno

-Pues, ¡Hala! sr. Cortillo, ya se puede ir con su vasectomía nueva. Su señora estará orgullosa de su gesto.
-De hecho estoy separado. Ahora vivo con un compañero de trabajo. Verá cuando llegue a casa y le diga lo que acabo de hacer, ¡¡¡No se lo va a creer!!! Claro, como me tiene por tonto.
-Ya Ya...
-Es que estamos hartos de andar con esos dichosos preservativos...

Es un texto de humor hasta cierto o incierto punto; lo que sí es interesante, ¿como dudarlo?
Y además, para que las acusaciones que se le lanzan de docto, erudito, letrado y cultivado hasta el exceso no se vean mermadas, incluye algunos vocablos de su acervo literario, que a mí me viene muy bien para ampliar mi sencillo vocabulario de andar por casa:
Sin ir más lejos, ahora me solazaré buscando en el diccionario fruslerías como las que a continuación esparzo, ya que, si bien por el contexto se puede saber el significado, hay que corroborarlo para no caer en ignominiosas equivocaciones:
atanores, enteco, bustrofedom, alfaques...

Un buen golpe lo del alquimitwitter. Si lo pone en práctica se forra.

Texto de humor por libre.

(Dedicado a nuestra compañera Eratalia como premio por haber conseguido terminar el tocho ése de "Un mundo para yupi", o algo así. A quien se le ocurre habiendo cosas tan lindas para leer. Mira que si te cae en un pie...)

EL VIEJO ALQUIMISTA.

Dio un sonoro golpe sobre la mesa de roble que hizo retemblar matraces y atanores y, al tiempo que rugía un rotundo ex-abrupto, llamó: “¡Azrael, Azrael!”. Su voz era enérgica y profunda, impropia de aquel cuerpecillo enteco y apergaminado.

Una vez más el experimento había fracasado. El nauseabundo olor que las pócimas y los ungüentos exhalaban ponía en peligro hasta el incógnito proceder de sus trabajos. Agobiado por las deudas y presionado por las feroces críticas de sus colegas hubo de buscar refugio en la iglesia. Quién se lo iba a decir; él, el más feroz crítico del pensamiento esclerotizado que imponía la religión, buscando refugio en sagrado. Allí, en la soledad de los sótanos de la catedral, un lugar inaccesible a los turistas e incluso al propio clero, seguía en su lucha por conseguir la piedra filosofal. Pero aquellos repugnantes aromas de sus experimentos podrían llegar al fino olfato del ecónomo y allí acabaría todo.

Sus habilidades como nigromante y estudioso de la Kábala le habían permitido, hasta ahora, superar los distintos karmas y había cruzado los planos de los tiempos y las edades humanas, manteniendo su aspecto de viejo profesor y su acervo de conocimientos todavía no fructíferos. Para evitar el olvido con que la Historia castiga a los vulgares todo estaba escrito allí, en los viejos pergaminos, con esa críptica escritura que inventaron los antiguos griegos, el bustrofedom, y que luego plagió e hizo universalmente famoso un tal Leonardo da Vinci. Vaya cara más dura.

Desde que partió de los alfaques de Alejandría, en el lejano Nilo, y llegó a las luminosas costas de Alicante (entonces Lucentum) había perseguido lo que él creía ser su destino. Para cubrir el expediente del país de acogida se matriculó en la Escuela Profesional de Prácticos de Laboratorio, donde obtuvo el diploma que le permitía hacer chapucillas e, incluso, jarabes y pociones para las lumbalgias y el mal mensil de las mujeres.

Pero se veía desbordado por los avances técnicos que, desgraciadamente, no tenían aplicación en sus esotéricos estudios. Le carcomía el alma y se la anegaba de negra envidia ver a gentes como un Bill Gates, un Steve Jobbs y otros mindundis, cómo trinfaban sin mancharse las manos con ácidos y sulfuros.

Azrael compareció ante él. “¿Ya quieres que te lleve, buen derviche?” “¡No me llames derviche, j.oder. Soy un alquimista! Y no, no quiero morir todavía. Dame de una p... vez el secreto de la transmutación. Estoy sin un euro y necesito pasta enseguida.” “Infeliz; lo tienes ante tus ojos y no lo ves. Inventa el “alquimitwitter” y sácalo a Bolsa. Ya verás como haces oro a mantas, sin matraces ni retortas, viejo tonto.”

Por gozar de la compañía de todos los mentados y de alguno que no lo haya sido, la tita Era paga lo que haya que pagar... Que para eso esta vez, y por rara maravilla, sí ha cobrado la extra.
Os abrazo a todos cariñosamente, y aunque este no sea el lugar de los mensajes, me vais a permitir la efusión.

ROMEO Y JULIETA AL REVÉS - Juan Fozara
Es un gran placer conocer tus ancestros, siempre es bueno saber de dónde viene uno. La tía Era te ha felicitado, me pliego a ello y si me permites, aprovecharé tu alcurnia para declararte primo mío. Si eres gallego, lo somos de hecho, ya sabes:TODOS LOS GALLEGOS SON PRIMOS pero, lo seas o no aquí te declaro. Ésto lleva implícito unas cañas en el bar del Adolfito, con la tía - seguramente querrá pagar ella - y algún vecino de Peñiscola que recuerde tus orígenes en Hyspania. Un cordial abrazo, primo.

Muy bien, muy bien... Chéspir a tu lado era un mago de poca monta.
Abrazos.

Camarote. Estimado Observador, para no entorpecer el calendario del Camarote, ni interrumpir su orden y concierto, incluyo este, llamemosle cuento, que debería aparecer en la anterior propuesta del mismo en textos de humor. El calor, la inveterada costumbre de dejar las cosas para el final y la falta inicial de inspiración me han obligado a ello.Lo lamento y pido excusas.

ROMEO Y JULIETA AL REVÉS.

Ocurrió hace muchos años. Había dos enamorados que se llamaban Romeo y Julieta.
Sus nombres no les dirán nada, pues no pasaron a la posteridad. Fueron un matrimonio feliz con muchos hijos, pero tuvieron al principio de su romance muchas dificultades.
La historia de esta pareja se transmitió oralmente de padres a hijos y así hoy, yo, Romeo XIV puedo contarla y sacarla sin temor a la luz.
Romeo Montesco y Julieta Capuleto se enamoraron perdidamente.Sus familias, rivales entre sí, se oponían ferozmente a su matrimonio. Amenazaban con llegar a la muerte y de hecho alguna muerte hubo.
Julieta,desesperada, un día le habló a Romeo de un mago que vivía en Inglaterra, se llamaba William...no sé qué...Chéspir o algo así. Decían de él que podía cambiar el curso de las historias.
- Vete a visitarlo- dijo Julieta- no pierdes nada por intentarlo, ruégale por nuestro amor.
Así lo hizo Romeo, quien se embarco hacia Inglaterra y después de las muchas vicisitudes del viaje se halló en un pueblo llamado Sratford-upon-Avon.
Preguntó por la casa del mago, se la indicaron y llamó a la puerta. La abrió el mismo William, un hombre de aspecto normal, no tenía pinta de mago.
- Hombre,Romeo, no te hacía por aquí, te hacía en una escalera apoyada al balcón de Julieta declamándole tu amor.
- Eso quisiera.
- A ver, contadme.
-Nuestras familias se oponen a nuestro casamiento, cada vez con más fiereza. Ya hubo alguna muerte.Nos dijeron que usted podría solucionarlo.
- Quizás, muchacho quizás, pero me costaría la gloria, mas no puedo remediar mi simpatía hacia vosotros...así que queréis casaros y ser felices.
- Sí, señor.
- Está bien,volverás a tu patria, anunciarás tu renuncia a la mano de Julieta...
- Pero..
- Callate, anunciaréis vuestra renuncia pero pediréis
una fiesta entre vuestras familias para celebrar la continuidad de su enemistad.Tendrán que reunirse, aunque sea en mesas separadas para brindar por vuestra desunión. En esa fiesta debéis mostraros distantes, incluso llegar al insulto.
- Pero...
- Dejadme continuar, llevaréis esta pócima que verteréis en el vino del banquete, se llama la pócima de la paz, otros la llaman la pócima de lo increíble. Yo soy partidario de este último nombre, pues conozco a los hombres y sé de lo que son capaces.¡Ah! y no te olvides de asistir con Julieta a la fiesta y colocaros en un lugar prominente con Fray Lorenzo. Ahora idos antes de que mi orgullo se rebele contra mí.
De vuelta a Italia, Romeo comunicó a Julieta el resultado de su viaje. Aunque extrañada también ella, decidieron cumplir las ordenes del mago.
Anunciaron la ruptura de su compromiso.
Los montescos y los capuletos no cabían en sí de gozo, por eso no les extrañó ni importó organizar una fiesta conjunta para celebrarlo.
Los antiguos amantes pidieron una mesa aparte en el centro para poder arrearse e insultarse. Eso sí, con Fray Lorenzo en el medio.
La fiesta se desarrolló con gran jolgorio, las familias rivales se insultaban de una mesa a otra y se tiraban migas de pan.
Romeo y Julieta comenzaron también pronto a insultarse.
Romeo: - Gorda, vacaburra...
Julieta: - Calzonazos, hazmereír...
A cada insulto, ambas familias proferían en vítores. El vino, con su pócima, comenzó a correr y trasegar por sus gargantas.
Poco a poco fueron cambiando rápidamente los ánimos.Un montesco se acercó a la mesa de los capuletos y dijo:
- La verdad es que llevamos tanto tiempo de enemistad que hasta os estamos cogiendo cariño. Brindemos por ello.
El vino había corrido en abundancia. Los capuletos aceptaron sin demasiada desconfianza.
La fiesta continuó, el vino también fue bebiéndose. En fin, lo esperado, acabaron todos fundidos en un abrazo, menos Romeo y Julieta que no habían bebido y continuaban insultándose.
- No os peleéis, gritaron al unísono los montescos y los capuletos, haced las paces, ya hemos disfrutado bastante con vuestra desunión, daos un beso, jajajaja.
los montescos y los capuletos no paraban de reír.
Romeo: - ¿Y cómo queréis que hagamos las paces?
- Como queráis, jajajaja.
- Cansándoos, dijo Fray Lorenzo.
- - Pues eso - declamaron las familias cada vez más embriagadas por el efecto de la pócima.
Fray Lorenzo los casó, los invitados aplaudieron y siguieron comiendo y bebiendo.
Fray Lorenzo recomendó a los recién casados que huyeran y se establecieran muy lejos de allí.
Tuvieron una vida feliz en la costa levantina española,en un pueblo llamado Peñiscola. Procrearon numerosos hijos y vivieron una vida normal.
No se sabe que ocurrió después, en la resaca, tras el banquete de los capuletos y montescos.
Tampoco se sabe nada de Romeo y Julieta, una pareja como otra cualquiera.
No se sabe nada del mago William Chéspir.
Sólo yo sé algo de esta historia que me fue transmitida oralmente.

Olvidéme, lo cual es lógico, teniendo en cuenta mi edad provecta, hablar de lo que habéis narrado de vuestra juventud.
Habéis tenido una juventud maravillosa, dichosa, afortunada y no diré muy lista, porque sería una redundancia, las féminas desde que hay memoria, han sido "muy listillas", el tiempo las ha mejorado con todo lo vivido y aprendido; como el buen vino, no tienen poso.
Os felicito, de todo corazón.