Estimados amigos de Rayuela, con la apertura de este espacio pretendo llenar el vacío que hay en la página con respecto a este género literario. Mi intención al abrir este subforo no es la de dar un curso intensivo de novela, entre otros motivos porque no soy un experto en la materia. Mi idea es que este lugar nos sirva para reflexionar sobre este difícil género literario y que los miembros de esta página tengamos un sitio donde poder aportar nuestros conocimientos sobre esta materia. Lo ideal sería que este apartado funcionase como un taller y que todos participásemos con nuestros trabajos y aportando ideas, pero soy consciente de que esto, dada la escasa participación que hay en el foro, no va a suceder. Así pues, me resignaré a compartir mis conocimientos en este género literario de forma sistemática y, en la medida de lo posible, ordenada por si alguien se anima a participar.
Cada semana abordaré un tema diferente relativo a la construcción de una novela, lo desarrollaré y pondré un ejemplo práctico. Lo que pretendo es proporcionar, para quien lo necesite, una herramienta para escribir una novela desde la idea inicial hasta el final. Como he dicho antes, no soy una autoridad en esta materia, simplemente me he interesado por el tema y he ido buscando información en internet y en algunos libros técnicos. Eso, junto con la escritura de dos novelas cortas, me ha permitido desarrollar un método personal para escribir una novela, que he decidido compartir con vosotros.
Por supuesto, todo aquel usuario de Rayuela que lo desee podrá intervenir, opinar y aportar información sobre el tema que se esté tratando.
Bueno, y ya, sin más preámbulos, paso a adentrarme en este intrincado territorio. La semana que viene comenzaré a desarrollar mi método personal para escribir una novela.
¿Qué os parece la idea? ¿Os apetece acompañarme en este viaje?

Estos son los temas que desarrollaré a lo largo de varias semanas:

1. Definición de novela.

2. Diferencias entre cuento y novela.

3. La elección del tema.

4. Primer contacto con la idea para nuestra obra: 4.1 Tipo de novela que vamos a escribir. 4.2 Elección del narrador. 4.3 Espacio y tiempo. 4.4 Esbozo de los personajes. 4.5 Documentación.

5. Argumento.

6. Desarrollo pormenorizado de los personajes.

7. Estructura de nuestra novela. Esquema general.

8. Desarrollo de la estructura de la novela. Escritura de nuestra obra.

9. Reescritura.

Rodrigo escribió:

Aunque ya expresé en su día mi falta de disposición para emprender la aventura (maravillosa aventura) de escribir una novela, siquiera fuese corta, he seguido con interés todos los post's que se han ido publicando, tanto por Javier como por César. Creo que habéis aportado un documento muy valioso para el que que pretenda iniciarse en este mágico mundo de la creación literaria y me uno a la felicitación que expresa Gregorio. Esperemos que de algún fruto y que lo podamos disfrutar aquí, en estas entrañables páginas.
Por otra parte, "liberado ya de la pesada carga de ese particular hilo"esperemos que las colaboraciones a pie de obra de Javier (llamado Observador en esta intimidad) sean más frecuentes. Los "habitués" no damos más de sí.
Felicidades, amigos.
Felicito también al "abuelo" Gregorio por el privilegio de tener una nieta que le acompañe en la aventura de escribir. A eso llamo yo, con envidia sana, ejercer la abuelidad.

Muchas gracias, Miguel, por haber seguido con atención este espacio. Agradezco también tu felicitación en nombre de César, que ha sido un colaborador fundamental para desarrollar todos los puntos que propuse en la presentación del hilo, y en el mío propio.

Por otra parte, intentaré colaborar más a pie de obra, como me pides, en Rayuela. He de reconocer que, últimamente, me he dedicado en exclusiva a desarrollar este espacio y he dejado de participar en otras secciones. Tengo que decir que estoy atravesando una etapa de falta de motivación en la escritura, y la escasez de usuarios activos en Rayuela no ayuda mucho a motivarse.

Un fuerte abrazo, Miguel. Reitero mi agradecimiento por haber sido un fiel seguidor de este hilo.

Grego escribió:

Amigo Javier, Preguntas si nos ha sido útil este hilo. Pues, sí. Nos has dejado un material muy importante, que me servirá para terminar un par de novelas que tengo a medias, y probablemente, le servirá a mi nieta de 15 años, que ya hace sus pinitos como escritora aficionada. (Hemos hecho un ensayo y ha salido bastante bien)

También me ha gustado el primer capítulo, y me gustaría que publicaras los que siguen, pues, sería interesante leerlos todos.

Por otra parte, deberías dejar activo este hilo, por si alguien quiere publicar su novela, capítulo a capítulo.

Por último, agradecerte tu aportación, que además ha servido para activar el foro, que falta hacía y hace.

Agradezco también, la valiosa aportación de nuestro compañero César García, (Slictik)

Un abrazo.

Me alegro mucho, Grego, de que te haya sido útil este hilo. Celebro también que tengas una nieta de 15 años que está siguiendo tus pasos como escritor, y que este material le pueda servir en un futuro, cuando decida escribir una novela, me produciría una gran satisfacción.

En cuanto a lo de publicar el resto de capítulos de La fábrica de sueños, lo haría con mucho gusto si tuviera una utilidad práctica, es decir, si este hilo fuera a funcionar como un taller donde los participantes comentáramos los textos de nuestros compañeros, pero como este caso no se va a dar, no considero oportuno publicar aquí los capítulos restantes.

Puedo dejar activo el hilo, si queréis, por si alguien se anima a publicar una novela, capítulo a capítulo, pero, personalmente, no le encuentro una utilidad práctica si no va a funcionar como un taller. No obstante, si algún usuario de Rayuela quiere publicar aquí su novela, por supuesto, puede hacerlo.

Solo me queda agradecerte, amigo Grego, tus aportaciones a este espacio y tu interés. Un fuerte abrazo.

LA REESCRITURA

Muchas gracias por esta posibilidad de teorizar y aclarar algunas ideas sobre la novela. No tengo mucho tiempo pero si me animo tal vez comience a reescrbir y corregir mi novela Crazyworld, como un ejercicio práctico de este taller de novela. Ya veremos.

ALGUNAS SUGERENCIAS BÁSICAS SOBRE LA REESCRITURA

-Toda novela debe ser reescrita, al menos una vez y todas las que sean necesarias. Se puede hacer una reescritura global de toda la novela o se pueden reescribir capítulos o párrafos.

-Hay dos clases de reescritura, la que trabaja el estilo y la que se dedica a la historia, personajes y estructura. El trabajo de estilo puede ser independiente de la otra reescritura, si bien es conveniente que vayan unidos, al menos en algunos casos, como por ejemplo los diálogos de los personajes, no se puede trabajar el estilo de forma individual sin repasar cómo es el personaje y cómo ha vivido a lo largo de la historia.

-La fermentación es imprescindible. En mi caso siempre fermenta antes del final por lo que cuando se remata no importa que siga fermentando el tiempo necesario. El trabajo del subconsciente es clave por lo que deberíamos tomar siempre notas y tener a manos una libreta por si se nos ocurre algo.

-No tener nunca miedo de que al reescribir toquemos las raíces o el tronco y tengamos casi que plantar un nuevo árbol. A veces se nos pasan desapercibidas cosas importantes, fallos estrepitosos o nuevas ideas que dan una fuerza y vitalidad increíble a la historia. Nunca deberemos despreciar estas ideas, mejor trabajar otro año más que quedarnos con una novela que nunca nos satisfará completamente.

MI EXPERIENCIA PERSONAL EN LA REESCRITURA

-Es muy complicado recordar personajes, párrafos, detalles, por eso es conveniente utilizar libretas con abecedario, como las agendas telefonicas y hojas de cálculo virtuales. Si tenemos que releer toda la novela cuando dudamos de un detalle importante, o incluso de si hemos llamado a un personaje de varias formas, nos va a dar algo, un buen índice nos hará perder mucho menos tiempo.

-La figura del narrador es fundamental, no debe importarnos experimentar y cambiar de narrador si la historia no funciona. En mi caso he tenido que empezar de cero varias novelas que ya tenía muy avanzadas, solo porque descubrí que cambiando de narrador todo mejoraba mucho.

-No debemos obsesionarnos con reescribir una sola novela durante meses y meses, a veces nos aburrimos o forzamos el mecanismo y se nos escapan cosas importantes. Podemos seguir escribiendo otra novela haciendo otras cosas, cuando nos apetece nos ponemos a ello y lo dejamos cuando nos sentimos agobiados.

-Un personaje mal encauzado nos puede dar al traste con la historia, no importa lo que tengamos que cambiar, si un personaje no funciona deberíamos buscar fórmulas para que lo haga, profundizar en él, cambiar esto o aquello.

-La obsesión por el estilo puede hacer que algunos personajes pierdan vitalidad, que ciertos diálogos decaigan o que ciertas escenas se ralenticen o suenen a artificiales o falsas. Mejor perder un buen sinónimo o una buena estructura gramatical si ganamos frescura en el diálogo, en el personaje o en la escena.

Aunque ya expresé en su día mi falta de disposición para emprender la aventura (maravillosa aventura) de escribir una novela, siquiera fuese corta, he seguido con interés todos los post's que se han ido publicando, tanto por Javier como por César. Creo que habéis aportado un documento muy valioso para el que que pretenda iniciarse en este mágico mundo de la creación literaria y me uno a la felicitación que expresa Gregorio. Esperemos que de algún fruto y que lo podamos disfrutar aquí, en estas entrañables páginas.
Por otra parte, "liberado ya de la pesada carga de ese particular hilo"esperemos que las colaboraciones a pie de obra de Javier (llamado Observador en esta intimidad) sean más frecuentes. Los "habitués" no damos más de sí.
Felicidades, amigos.
Felicito también al "abuelo" Gregorio por el privilegio de tener una nieta que le acompañe en la aventura de escribir. A eso llamo yo, con envidia sana, ejercer la abuelidad.

Amigo Javier, Preguntas si nos ha sido útil este hilo. Pues, sí. Nos has dejado un material muy importante, que me servirá para terminar un par de novelas que tengo a medias, y probablemente, le servirá a mi nieta de 15 años, que ya hace sus pinitos como escritora aficionada. (Hemos hecho un ensayo y ha salido bastante bien)

También me ha gustado el primer capítulo, y me gustaría que publicaras los que siguen, pues, sería interesante leerlos todos.

Por otra parte, deberías dejar activo este hilo, por si alguien quiere publicar su novela, capítulo a capítulo.

Por último, agradecerte tu aportación, que además ha servido para activar el foro, que falta hacía y hace.

Agradezco también, la valiosa aportación de nuestro compañero César García, (Slictik)

Un abrazo.

Bueno, amigos, pues no pensemos que porque hayamos desarrollado los esquemas de cada uno de los capítulos hemos escrito ya la novela; craso error. Todavía no hemos terminado nuestra obra. La primera escritura no es la definitiva. Nos falta por completar una fase fundamental. En esta última etapa puliremos nuestra redacción y quitaremos o añadiremos todo lo necesario para terminar nuestra historia. Cuando completemos esta última fase, sí podremos decir que hemos escrito nuestra novela.

9. Reescritura:

Después de escribir cada uno de los capítulos, conviene dejar un tiempo reposando la novela antes de reescribirla, quizás un par de meses o así. Esto nos permitirá reflexionar y tomar distancia antes de abordar el proceso de reescritura.
Reescribir es, básicamente, suprimir, reemplazar o ampliar. En el momento de la reescritura, hay que volver a hacer una visualización mental del conjunto de la novela para confirmar si se ha conseguido el efecto deseado. Esto nos permitirá corregir las partes con las que no estemos satisfechos.

Hay una serie de recomendaciones que debemos tener en cuenta para realizar la reescritura de nuestra obra:

- Trabajar cada capítulo como una unidad dentro de la continuidad total de la novela: puede contener uno o varios episodios vinculados entre sí, pero siempre debe establecer un punto de continuidad con los otros capítulos.

- Trabajar los indicios dentro de la estructura narrativa para mantener abierto el contacto con el lector. Se puede hacer de la siguiente manera, veamos unos ejemplos:

* A partir de la repetición: se repite lo peculiar, como un detalle, una actitud del personaje, cuya reaparición el lector esperará a medida que avanza la novela.

* A partir de la promesa: se promete algo que se cumple inmediatamente: humo-incendio; truenos-tormenta.

* A partir de la adivinación: se proporcionan indicios de que algo saldrá mal o bien y resulta así, pero hasta confirmarlo se mantiene la incógnita durante varias páginas o capítulos.

* A partir de la contradicción: se proporcionan una serie de indicios que hacen creer una cosa, pero se resuelve el episodio o la novela con la contraria.

* A partir de la desviación: se proporcionan indicios de que algo complicado o grave ocurre y se desvían los acontecimientos mediante obstáculos o interrupciones hasta dar con el hecho que da a conocer o resuelve el conflicto.

- Controlar el ritmo. Reflexionar sobre la extensión de las situaciones, la descripción, las acciones, los diálogos, su proporción en el conjunto. Hacerlo sin perder de vista el objetivo principal de la narración.

- Controlar la eficacia de la trama. Todos los aspectos de la novela deben articularse en torno a un eje principal. El montaje debe permitir destacar los momentos claves de la novela y conseguir que las situaciones secundarias refuercen las principales, en lugar de estar desconectadas entre sí.

- Evitar que los personajes sean estereotipos y su actuación falsa o vacía. Se deben caracterizar de tal modo que resulten excepcionales: su actuación debe justificar que la novela haya sido escrita.

- Hacer creíbles las acciones principales y las secundarias. Las acciones deben estar de acuerdo con la caracterización del personaje.

- Convencerse realmente de que el principio y el final de nuestra novela son los mejores que podemos escribir.

Resumiendo, en la reescritura eliminaremos todo aquello que no aporte algo útil al conjunto. Suprimiremos especialmente la información reiterada; las palabras inútiles o los párrafos explicativos que detengan el avance de la novela.

Para terminar, quiero dejaros una frase que a mí me ha ayudado bastante en el proceso creativo de mis dos novelas cortas:

Escribir una novela es desarrollar el qué y el cómo, para entender el quién y permitir que el lector descubra el porqué.

Bueno, compañeros, pues una vez que he completado los puntos que me propuse en la presentación de este hilo, doy por finalizado este viaje por el territorio de la novela. Agradezco mucho la atención que me habéis prestado a lo largo de estas semanas. Quiero dar las gracias en especial a todos los que habéis intervenido con vuestros comentarios en este espacio.
Espero que a partir de ahora, los que todavía no lo hayáis intentado, os animéis a escribir una novela.
Por último, os agradecería, si lo tenéis a bien, que me dijerais si os ha resultado útil este hilo en el objetivo de escribir una novela. Espero vuestras respuestas.

Un fuerte abrazo a todos y muchas gracias por vuestro apoyo y atención.

Pues muchas gracias, César, por estos consejos tan valiosos que nos has dejado. Siempre es un placer leerte y aprender de tu experiencia.

Un fuerte abrazo, compañero.

DESARROLLANDO LA ESTRUCTURA NARRATIVA

Soy el peor de los ejemplos posibles porque como escritor soy un auténtico caos, por eso mejor que sigáis a Javier, aunque no me resisto a daros mi versión del desarrollo de una estructura narrativa. Tal vez haya por aquí alguno que sea tan caótico como yo a la hora de escribir y le pueda servir de algo.

Habitualmente mis historias nacen de un momento de inspiración en el que se me ocurre alguna idea que anoto en mi libreta. Luego el desarrollo resulta mucho más complejo. Las historias realistas me resultan más sencillas porque solo tengo que hacer un esquema e ir engarzando escenas como en un puzle. La documentación es esencial en estos casos. La forma que propone Javier, de hilvanar las escenas como si fueran secuencias de cine, me parece de perlas. A veces también yo visualizo una escena como si formara parte de una película y eso me ayuda mucho.

Pero lo más frecuente en mi caso es la escritura caótica. Surge la idea, la anoto, pasa el tiempo y se me ocurren más cosas. Cuando tengo bastante material hago esquemas y voy rellenando los huecos. Nunca sé cómo se va a desarrollar una idea. A veces tardo meses en encontrar el mecanismo adecuado para un buen desarrollo, otras, en cambio se me ocurren muchas cosas a la vez y me paso días ordenando ideas.

Lo ideal sería tener un esquema básico de la historia e ir trabajando la narración capítulo a capítulo. Sin duda debe ser la forma en la que trabajan los escritores profesionales que tienen plazos que cumplir y no se pueden permitir el lujo de perder el tiempo en experimentos o dejar que la musa aparezca cómo y cuándo quiera. Como yo no tengo esa servidumbre mi planteamiento es siempre la diversión de escribir y esbozar una historia. Como no es un trabajo, sino una diversión no me pongo plazos ni me centro en una sola historia ni ordeno todo el material hasta que tenga sentido. En mi caso salto de una historia a otra como un cangurito gentil, cuando me bloqueo en una se me ocurre algo para otra y según el estado de ánimo puedo trabajar en un relato humorístico, en un thriller, en una novela de cienciaficción o en una historia realista, con formato de comedia o de drama.

Esta forma de escribir es tan caótica que solo puede darle resultado a un escritor tan caótico como yo, que solo busca la diversión. Sin embargo tiene su lado positivo. Siempre me ha dado muy buen resultado dejar que las ideas se maceren y fermenten en el subconsciente, dejando que pase el tiempo. También me ayudan los sueños, a veces al despertar encuentro que un enfoque distinto en una historia la transforma profundamente y la hace mucho mejor.

Me ocurrió con Crazyworld, una historia que inicié como un relato detectivesco en una clínica psiquiátrica. Iba muy en serio y siguiendo los esquemas del género detectivesco. Me bloqueé y pasaron varios años hasta que un día se me ocurrió introducir en la historia a uno de mis personajes humorísticos y planteármela como un relato de humor delirante. Todo cambio y en pocos meses conseguí esbozar toda la historia, hasta el final. Ahora solo tengo que ir rellenando los huecos, desarrollando cada capítulo según mis estados de ánimo, a veces me salto alguno y luego tengo que volver, pero cuando ya tienes todo el hilo de la historia eso no es complicado, es como dejar de poner piezas de puzzle en la cumbre de la montaña y poner una pieza en el valle, no hay por qué seguir una linea cronológica estricta.

Para mí es muy importante para la estructura y el desarrollo de una historia que los personajes sean muy sólidos, que tengan vida, porque entonces solo tengo que pensar en ellos e imaginar lo que harían si se tratara de una historia real y ellos mismos me van llevando por donde quieren.

El final puede ser muy importante o no serlo y no siempre esto tiene que ver con el género. Ahora mismo trabajo en un thriller y no tengo muy claro el final ni quién es el asesino, sin embargo la historia fluye con naturalidad sin necesidad de saber antes el final. En otro tipo de historias en cambio no sabes muy bien cómo desarrollarlas hasta que no tienes un final. Me ha pasado con una saga de ciencia ficción, Diario de Ermantis, me he pasado años trabajando en el entorno, en los personajes, creando un planeta entero, pero hasta que no supe qué les iba a pasar a los personajes y cómo terminaba la historia no logré poder escribir con sentido, sabiendo hacia dónde me dirigía.

En el planteamiento de la estructura y desarrollo de una historia es muy importante la elección del narrador. Elegir una primera o tercera persona no solo cambia el tono de la historia, la puede cambiar drásticamente. Me ha ocurrido con algunas novelas que ya tenía muy avanzadas cuando decidí cambiar el narrador porque no me sentía a gusto. No es que tuviera que desechar todo el material, pero prácticamente tuve que empezar de cero. Por eso es muy importante antes de desarrollar una historia tener en cuenta estas ideas básicas:

-Tener muy desarrollados los personajes.
-Tener un esquema básico de cómo es la historia y hacia dónde se puede dirigir.
-Tantear con los posibles narradores hasta encontrar aquel con el que nos sintamos más a gusto y que le de un mejor tono y ritmo a la historia.
-Desechar aquellos episodios en que los personajes no están a gusto, como si se sintieran tirados de un hilo, obligados a hacer cosas que no van con ellos. No debe importarnos recortar material o desecharlo, a mí me ha servido para otras historias, un buen material nunca acaba en la papelera.
-Tener muy claro si lo que buscamos es una historia realista y verosímil o una ficción literaria en la que sean más importantes otras cosas, como el lirismo, el humor, la fantasía o un terreno de juego para nuestros personajes. La meta a la que pretendemos llegar es fundamental para hacer la estructura. Lo mismo que no se puede hacer una casa comenzando por el tejado, tampoco se puede, en este caso, crear una estructura compleja sin saber para qué nos va a servir. Cada historia requiere una estructura como cada edificio unos cimientos y un diseño diferentes. Puede que una estructura sencilla y lineal, capítulo a capítulo, funcione muy bien con una historia pero en otra sea una rémora. No debemos hacer complejas las historias porque sí, pero tampoco tenemos que simplificarlas solo por agradar al lector o evitarnos trabajo. Un diario o una autobiografía no pueden ser escritor de la misma forma que uno escribiría la historia de una nación. La estructura está al servicio de la historia y no al revés.

Por último, solo aconsejar que nunca se tenga prisa con una historia, sino funciona hay que darle tiempo, puede que se nos ocurran más cosas o que descubramos por qué no funciona. Si el autor se convierte en lector o espectador al mismo tiempo enseguida sabrá porqué no le gustan determinadas historias. Me ocurre mucho con el cine o con las series de televisión, enseguida me doy cuenta de porqué no me gustan, personajes sin garra, una temática que no me dice nada, una estructura laberíntica en la que uno nunca sabe lo que está pasando ni dónde situar a los personajes... Mi filosofía básica a la hora de escribir una historia es la de que si no me gusta a mí lo más fácil será que no guste a nadie. Pensar que nosotros nos aburrimos con lo que estamos narrando y que otros se pueden divertir mucho es como jugar a la ruleta, puede que consigas ganar alguna vez pero lo más fácil será que te dejen en pelota picada. Lo peor que puede hacer un autor al estructurar su historia es pensar cómo la verá un lector tipo. Si fuera tan fácil saber lo que piensa el lector o el espectador todas las películas serían grandes éxitos, como las obras de teatro o las series de televisión o cualquier otra cosa. Nadie lo sabe, por eso cada historia que uno cuenta es siempre una aventura. Al menos si te gusta a ti lo que estás haciendo no estarás perdiendo el tiempo. Escribir para tener éxito o pensando en que te lean cien mil en lugar de mil o diez en lugar de uno es como jugar a un juego de azar, mejor dejarlo y dedicarte a una partida de cartas, por ejemplo, puede ser más divertido. Un saludo.

8. Desarrollo de la estructura de la novela. Escritura de nuestra obra.

Bien, amigos, pues una vez que hemos desarrollado todas las fases necesarias para preparar nuestra novela, es el momento de redactarla, de dar a conocer al lector nuestra historia. Las etapas anteriores nos han permitido dar cuerpo y madurar nuestra obra. En esta etapa recogeremos la cosecha de todo lo sembrado previamente y lo plasmaremos por medio de la escritura. Para ello, nos valdremos de la estructura que planteamos en la fase anterior e iremos desarrollando los esquemas de los capítulos que dejamos escritos.
La técnica que utilizo para escribir cada capítulo consiste en intentar imaginarme, como si fuera una película, las diferentes escenas, y una vez que las he visualizado en mi imaginación, las desarrollo hasta completar todos los puntos que me he planteado en el esquema de cada capítulo.
Como siempre, os voy a poner un ejemplo práctico. Partiendo del esquema del capítulo I de La fábrica de sueños, que escribí en el apartado anterior, veremos cómo se convierte en el primer capítulo de la novela.

Esquema capítulo I:

Grupo de cinco mendigos al día siguiente por la mañana en el lugar donde viven: un subterráneo que hay debajo de un parque. Presentación de personajes (solo por los apodos y su actitud al levantarse de sus camastros de cartón). Cada mendigo se va a su tarea diaria. Descripción de las ocupaciones de cada personaje. En este capítulo hablaré también de las historias personales del “rapero” y del “pegamoide”.

Capítulo I:

El frío de la mañana despertó a algunos mendigos que permanecían acurrucados bajo la aspereza de los cartones. A otros, quizás todavía anestesiados por los efectos del alcohol, parecía no afectarles el azote del nuevo día.
El hedor a orines y vino barato se hacía insoportable en la profundidad del subterráneo.
Un joven con aspecto de “punki” y la cara cubierta de mugre se incorporó retirando los cartones que cubrían su cuerpo. Cojeaba ostensiblemente y vestía con unos harapos negros, que le daban una apariencia más siniestra en la oscuridad del túnel. Espoleado por el frío, sacó un mechero plateado de un bolsillo de cremallera y comenzó a prender unos papeles de periódico en un rincón.
Al rato, asomaron otras cabezas del interior de los improvisados camastros de cartón.
“El pegamoide” había conseguido que la hoguera alcanzara una altura considerable. El resplandor de las llamas proyectaba sobre la pared su imagen deformada, que se hacía más grotesca por el desproporcionado volumen de la cresta que coronaba su cabeza.
Instantes después, fueron acudiendo los demás indigentes al calor de la fogata.
-Una mañana de estas van a encontrar nuestros cuerpos congelados –dijo “el abuelo” con gesto de resignación.
-Seguro que la “peña” no se iba a molestar en avisar a nadie –dijo “el lagartija” frotándose las manos sobre la hoguera.
-¡Nos ha jodido!, si pasan de nosotros estando vivos, imagínate si estuviéramos “fiambres” –dijo “el rapero” con una sonrisa amarga.
-Solo se llevarían nuestros cuerpos cuando empezaran a oler mal. A la gente le molesta el olor a podrido, le recuerda a sus conciencias –dijo “el esponja” con un profundo gesto de desprecio.
Cuando consiguieron entrar en calor, amontonaron los cartones en un extremo del subterráneo y revolvieron entre sus bolsas, maletas y mochilas en busca de algo de comida para saciar el hambre. Solo consiguieron reunir unos cuantos mendrugos de pan, una lata de foie-gras, otra de atún con el aceite chorreando por los bordes y un cartón de leche cortada.
-Yo me voy al “bareto” de la esquina –dijo “el esponja” poniéndose su chaqueta blanca de lana-, con un poco de suerte se “enrollan” y me dan las porras que les han sobrado del desayuno y, aunque estén frías, me llenarán el estómago.
-Voy contigo, “tronco” –dijo “el lagartija” incorporándose.
-No, “tío”, “hazte” tú otro bar. En este ya me conocen y si me ven aparecer con más “peña” “pasarán” de darme las sobras.

El cielo estaba cubierto de un tono plomizo. Caía una lluvia fina pero incesante. La suave cortina de agua iba calando, poco a poco, con persistencia de termita hasta helar los huesos.
El grupo de mendigos, a excepción del “esponja”, subía ahora una calle empinada con paso lento y cadencioso. Algunos, como “el rapero” o “el pegamoide”, tenían una ocupación determinada y se dirigían a la esquina o al espacio de la acera donde llevaban a cabo su actividad. Otros, como “el lagartija”, “el esponja” o “el abuelo”, se buscaban la vida como podían: hurgaban entre los cubos de basura y las papeleras buscando comida o algunos objetos que pudieran aprovechar, pedían en los semáforos a cambio de un paquete de pañuelos de papel o vendían al peso la chatarra, los periódicos o los cartones que iban recogiendo.
Aunque ninguno de ellos quería oír hablar de los albergues de beneficencia, algunos días no les quedaba más remedio que acudir en busca de algo caliente que echarse al estómago, porque la generosidad de los ciudadanos había sido escasa.
Por su parte, al “rapero” y al “pegamoide” las cosas les iban bastante mejor que a sus compañeros.
Mario Enríquez, alias “el rapero”, era un joven de 21 años de origen dominicano; de estatura baja y complexión fuerte. Tenía la piel muy morena y el pelo corto y rizado. Nunca miraba a los ojos y solía moverse muy rápido, con pasos ágiles y nerviosos.
Debido a su condición de inmigrante ilegal, estaba siempre asustado y desconfiaba de la gente. Cruzó el charco como polizón de un barco y hacía dos años que se había instalado en aquella localidad.
Se fue de su país huyendo del hambre, y solía decir que lo importante era vivir el momento porque mañana no se sabía lo que nos podía pasar.
Acompañado de un radiocassette, bailaba desde hacía algún tiempo a ritmo de rap en la esquina de una calle bastante transitada. Era muy creativo y le gustaba inventar nuevos pasos de baile. Al principio, la gente le tomó por un loco y apenas le echaban monedas. Con el tiempo había logrado despertar el interés, sobre todo de los jóvenes, y le hacían un corrillo muy numeroso cada vez que bailaba.
Con las monedas que iba sacando se defendía bastante bien. Estaba agradecido a la suerte que le había deparado el destino en aquella ciudad, porque sabía que las condiciones de vida en su país eran mucho más duras.
Antonio Almeida, alias “el pegamoide”, quedó inútil de una pierna como consecuencia de una herida mal curada que se fue gangrenando poco a poco.
Durante un tiempo llevó una pierna ortopédica, pero una noche que dormía profundamente en la calle, después de una tremenda borrachera, alguien se la quitó. Desde entonces llevaba una muleta en la que se apoyaba para andar.
El mote se lo pusieron debido a su afición a inhalar pegamento.
Tenía 25 años, la voz grave y quebrada, el rostro envejecido y la mirada huidiza. Su estética punki y su aspecto sucio y desaliñado eran la causa de los frecuentes interrogatorios a que era sometido por la policía.
Tuvo una infancia muy difícil. Su padre era alcohólico y les propinaba unas palizas brutales tanto a él como a su madre y a sus cuatro hermanos.
Fue a partir de entonces, a los nueve años de edad, cuando empezó a encerrarse en su habitación e inventarse historietas de cómic mientras inhalaba pegamento. Esta adicción le produjo daños irreversibles en el cerebro. Siempre dibujó muy bien. Esa cualidad era innata en él porque nadie le había enseñado a hacerlo.
Desde hacía algún tiempo, pintaba sobre la acera con tizas de colores cuadros de pintores famosos a escala. La gente se quedaba maravillada por la perfección con que era capaz de reproducir esas imágenes. Gracias a las monedas que le echaban podía ir sobreviviendo.
Aquella mañana, tenía un gran disgusto porque la acera estaba mojada y no iba a poder hacer su trabajo en el lugar acostumbrado. Con la vista clavada en el cielo y maldiciendo a voz en grito el tiempo, se dirigió a una acera resguardada de la lluvia donde poder pintar.

Aquí finaliza esta sesión. Espero que os haya parecido útil este material. Estaría bien que os animarais a hacer algún comentario sobre el desarrollo de la estructura de una novela.