Un poco de buen humor, que no hace daño a nadie...

Vivir como una ermitaña
por culpa'l corona virus
oh, que cosa más extraña
no poder irme de vinus.

Y esta larga reclusión
afecta a mi inspiración
tratar de hacer un soneto
me supone un grande aprieto.

Apenas con la cuarteta
tan sencilla y tan escueta
se atreve mi pobre pluma
luz pobre en tan densa bruma.

Tendré que fumar peyote
o un buen tinto de rioja
para que alguna idea brote
de esta mi mente tan floja.

Y queridos compañeros
he cumplido mi misión
veros a todos enteros
entonando esta canción:

corona, corona virus
hay que ver la que has liao
con tu mala sangre china
a todos has contagiao...

Si tú me estás esperando
como a un autobús de línea
no te aburras, voy llegando
llego con prisa fulmínea.

Llevo tortilla y pepitos
de esos que tanto te gustan
y para postre panchitos
verás como los disfrutas

Mas con esta cuarentena
nada de playa o montaña
y es que vaya una faena
vivir como una ermitaña...

(Bueno, no me ha salido muy fino, pero yo tampoco lo estoy...)

¿Qué arrasó nuestras dos almas
en sublime desatino?
¿Fue locura o fue el destino?
Con tus palabras me calmas
y por eso bato palmas
Y danzo alegre, cantando,
la pesadumbre ahuyentando
cuando en la sombra me acecha
o me atraviesa cual flecha,
si tú me estás esperando.

Como todo lo humano, perfectible. Pero es lo que me ha salido (y ya es la hora de comer...)

De modo tan repentino
y sin que medie palabra
llegaste hasta mí, macabra,
como la voz del destino
y allí fue mi desatino.

Tan tristes son tus miradas
tan lánguidas tus palabras
que un fuego nació en mis ojos
pasión prendida en abrojos
que arrasó nuestras dos almas.

En tarde tan macilenta,
oscura y algo aburrida
mientras pasaba la vida
de manera más que lenta,
me sentí un poco violenta
al cruzarme en tu camino,
pensé que era un desatino
que me quisieras llevar
en volandas a bailar
de modo tan repentino.

Bajo tremendo aguacero,
caminaba cabizbajo
al regresar del trabajo
cargado con el apero.
Me persiguió un carnero
con enorme cornamenta
y retumbó la tormenta.
Corrí veloz como el rayo,
y se me desgarró el sayo,
en tarde tan macilenta.

Por bondad y cortesía
mató mi padre un cochino
con ayuda de un vecino
y un trago de malvasía.

Peor fue la travesía
del cerdo hasta el matadero
a la luz de algún lucero
que alumbraba el arrabal
remolcando al animal
bajo tremendo aguacero.

(Improvisación o humorada antes del convite con el vecino; después entraré en depresión...)

Mejor no digas ni pío
y así nadie se molesta
por una mala respuesta
de un pajarito bravío.
Que pïar con poderío
daña y provoca afonía.
Piar no causa simpatía
a los que quieren dormir
sin las verdades decir
por bondad y cortesía.

Un puñal envenenado
dices que causó su mal?
Pues me parece fatal
todo lo que le ha pasado
y que tú nos has contado.
Lo del hierro, lo del frío
-qué pena me da este tío-;
primavera albar con llanto
es algo que causa espanto...
Mejor no digas ni pío.