“The Battle of Surfaces” fue un evento único, que no registra antecedentes en la historia del tenis. Tuvo como protagonistas a algunos de los mejores jugadores del mundo: el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal. Se jugó en el Palma Arena, en Palma de Mallorca, y tuvo una particularidad: una mitad de la cancha era de polvo de ladrillo y la otra mitad de césped.
Se trató de dos auténticos especialistas. Federer es el rey de la hierba y campeón de Wimbledon, donde ha ganado en forma consecutiva desde 2003 a 2006. Nadal es el rey de la tierra batida y de Roland Garros. Así, estuvieron frente a frente quienes gobiernan el circuito de ATP y jugando en sus superficies predilectas.
El partido tuvo las características normales. Es decir, se jugó al mejor de tres sets, con los cambios de lado usuales, en los games impares. Teniendo en cuenta la particular cancha, también los jugadores realizaron los cambios de zapatillas necesarios para cada superficie.