La Vaca Estudiosa
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el mito de MINOTAURO
Marcos
Marcos
22-08-2011 15:37
les dejo tambien el link por si quieren entrar en la pagina.. http://www.centroestudiosangelicos.com/sesiones/cea/web/mitologia/sp_8.pdf

EL LABERINTO DEL MINOTAURO

www.centroestudiosangelicos.com
EL MITO
Cuando Zeus abandonó a Europa, después de haber engendrado con ella a
Minos, Radamantis y Sarpedon, en Creta, ella se casó con Asterio, rey de la isla.
Como este matrimonio no tuvo hijos, el rey adoptó a los hijos de su mujer
nombrándolos sus herederos.
Pero los hermanos cuando llegaron a la edad viril, se pelearon entre ellos.
Cuando el rey murió, Minos reclama el trono de Creta y para probar su
derecho a reinar, se jactó de que los dioses responderían a cualquier ruego que les
hiciera. Primeramente dedico un altar a Poseidón, hizo todos los preparativos para
un sacrificio y luego rogó que saliese del mar un toro. Inmediatamente un toro de un
blanco de un blanco deslumbrante llegó nadando a la costa, pero Minos quedo tan
impresionado por su belleza que lo envió con sus ganados y sacrificó a otro en su
lugar. El derecho de Minos al trono fue aceptado por todos los cretenses.
Minos se había casado con Pasifae. Pero Poseidón enfurecido por haber roto
la promesa que le había hecho Minos de sacrificar al toro blanco, se vengó
inspirando en la reina un irreprimible deseo por el animal. Confió su pasión no
natural a Dédalo, el cual prometió ayudarla y construyó una vaca de madera hueca
que cubrió con un cuero de vaca, le puso ruedas ocultas en sus pezuñas y la llevó
donde pacía el toro. Luego enseño a Pasifae como se abrían las puertas corredizas
situadas en la parte trasera de la vaca, y a entrar en ella con las piernas metidas en
los cuartos traseros. El toro blanco no tardó en acercarse y montar a la vaca de
modo que Pasifae vio satisfecho su deseo; y a su debido tiempo dio a luz al
Minotauro (Toro de Minos) monstruo con cabeza de toro y cuerpo humano.
Minos consultó a su oráculo para saber como podía evitar mejor el escándalo
y ocultar la deshonra de Pasifae. La respuesta fue “Ordena a Dédalo que te
construya un Laberinto en Cnosos, en el centro del cual ocultó al Minotauro. Allí lo
alimentaba sacrificando periódicamente siete muchachos y siete doncellas traídos
de Atenas en tributo.
Tesco –del griego tes, “el servidor”- príncipe de Atenas, quiere ser una de las
victimas; consigue al llegar a Cnosos conocer a la hija del rey, a Ariadna (la de gran
pureza) que se enamoró de él. Su amor hizo que se apiadase de tan cruel destino,
y le entregó un ovillo de hilo para que llegando al centro del laberinto, si vencía al
Minotauro, pudiera encontrar el camino de regreso.
Y así lo hizo, sujetó un extremo a un punto cercano a la entrada y desenrolló
el ovillo a medida que avanzaba por el laberinto. Finalmente llegó al centro y se
encontró frente al Minotauro (una criatura mucho más terrorífica que cualquier otra
jamás hubiera encontrado). Tesco no tenia armas, pero con sus manos resistió el
choque del monstruo y agotándolo pudo quebrarle el cuello. Exhausto pero
indemne, con la ayuda del hilo rehizo el camino con éxito.
MITOLOGÍA
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EL LABERINTO
Originariamente el laberinto, es el palacio cretense de Minos donde está
encerrado el Minotauro y de donde Teseo no puede salir más que con la ayuda del
hilo de Ariadna.
Este trazado complejo se halla en estado natural en los corredores de acceso
a ciertas grutas prehistóricas; está dibujado, asegura Virgilio, en la puerta de la
Sibila de Cumas; está grabado sobre las losas de las catedrales; se utiliza en
diversas regiones de Grecia o la China; se conocía en Egipto. Su asociación con la
Caverna muestra que el laberinto debe permitir a la vez, el acceso al centro
por una especie de viaje iniciático, y prohibirlo a quienes no están
cualificados. En tal sentido se ha querido allegar el laberinto con el mándala, que a
veces entraña un aspecto laberíntico. Se trata pues de una figuración de
pruebas iniciáticas discriminatorias previas a la andadura hacia el centro
escondido.
Símbolo de un sistema de defensa, el laberinto anuncia la presencia de algo
precioso o sagrado, no permite el acceso más que a quienes conocen los planos, a
los iniciados. Tiene la función religiosa de defender contra los asaltos del mal, eso
no es solamente el demonio, sino también el intruso, aquel que está presto a violar
los secretos, lo sagrado, la intimidad de las relaciones con lo divino.
El centro que protege el laberinto está reservado al iniciado, aquel que a
través de las pruebas iniciáticas (los rodeos del laberinto) se ha mostrado digno de
acceder a la revelación misteriosa.
Una vez alcanzado el centro, está como consagrado, introducido en los
arcanos, está vinculado al secreto. “los rituales laberínticos sobre los cuales se
funda el ceremonial de iniciación … tienen justamente por objeto enseñar al
neófito, en el curso de su vida de aquí abajo, la manera de penetrar sin desviarse
en los territorios de la muerte (que es la puerta de otra vida).”
Todas estas pruebas se reducen en lenguaje morfológico, a penetrar
victoriosamente en un espacio difícilmente accesible y bien definido en el cual se
encuentra un símbolo más o menos transparente de la potencia, de la sacralizad y
de la inmortalidad.
La ida y venida en los laberintos sería el símbolo de la muerte y la
resurrección espirituales.
El laberinto conduce también al interior de sí mismo, hacia una suerte de
santuario interior y oculto, donde reside lo más misterioso de la persona
humana. Pensamos aquí en el mens, templo del Espíritu Santo, en el alma que se
halla en estado de gracia, o también en las profundidades del inconsciente. Una y
otra no pueden ser alcanzadas por la consciencia sino tras largos rodeos o una
intensa concentración hasta esta intuición final donde todo se simplifica por una
especie de iluminación. Allí en esta cripta se vuelve a encontrar la perdida
unidad del ser, que estaba disperso en la multitud de los deseos.
La transformación del yo que se espera en el centro del laberinto y que afirma
a plena luz el fin del viaje de retorno, el termino de este pasaje de las tinieblas a la
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luz marca la victoria de lo espiritual sobre lo material y, al mismo tiempo de lo
eterno sobre lo perecedero, la inteligencia sobre el instinto, el saber sobre la
videncia ciega.
EL LABERINTO EGIPCIO
Egipto tenía el “Laberinto celeste”, en el cual se introducían las almas de los
difuntos, y también en la tierra, el famoso laberinto. Una serie de recintos y
pasadizos subterráneos con los más extraordinarios recovecos. Según la
descripción de Herodoto consta de tres mil cámaras o recintos, la mitad bajo el
suelo y la otra mitad sobre el mismo. Aún en su tiempo no se permitía a los
extraños entrar en las partes subterráneas del laberinto porque estas contenían los
sepulcros de los reyes que lo construyeron y otros misterios. El Padre de la Historia
“encontró el Laberinto ya casi en ruinas, y con todo, lo consideraba, aún en tal
estado, mucho más maravilloso que las pirámides.
EXPLICACIÓN
Poseidón, Dios del mar, a Minos, Rey de Creta, Hijo de un Dios (Zeus) y un
humano (Europa) obsequió un toro espléndido y bello para que se lo ofrendara en
sacrificio. Cumplía así con la lógica del don: lo dado simboliza la mejor parte del
donador. En este sentido Dios ofrece cuanto mejor tiene, la tierra, don de las aguas
según el Génesis, que el toro cuadrúpedo, firme sobre sus pezuñas, representa.
¿Qué puede nacer de amores entre Pasifae (el humano) y la cosa poseída,
esto es, el toro … la materia?
De tan bestiales amores Pasifae dio a luz a la bestia sanguinaria, el
Minotauro, de cuerpo humano y con cabeza de toro, el devorador, la materia que
nos devora.
La real pareja no tuvo el valor de matar sus instintos … al Minotauro,
queremos decir.
Observemos que el Minotauro ejerce función de psico-pompo (Conductor de
almas). Como Hermes según leemos en la Odisea conducía al Hades (Infierno) las
almas de los muertos. Marchaba a la cabeza de estas almas, como pastor al frente
de su rebaño, y ellos le seguían estremecidos por las tenebrosas sendas que
conducen a la noche eterna.
El mito introduce aquí la figura de Teseo (del griego Tes = el servidor). En
realidad es un Logos (divinidad manifestada en cada nación y pueblo) redentor.
MINOTAURO
En el mito del Minotauro vemos que el hombre se encuentra frente a su
propia sensualidad como frente a un monstruo hostil. Le sacrifica los frutos de
su personalidad. Ella los devora, y los sigue devorando hasta que en el
hombre se despierta al Teseo vencedor (el servidor). Su entendimiento le
MITOLOGÍA
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confecciona un hilo (dado por Ariadna, la de gran Pureza) gracias al cual puede
orientarse cuando penetra en el laberinto de lo sensorial para matar a su enemigo
El laberinto es la defensa mágica de un centro, de un tesoro, de una
significación. Sólo se puede entrar en él mediante un rito iniciático, tal como nos lo
propone la leyenda de Teseo. Ese simbolismo es el modelo de la existencia
humana que se enfrenta a numerosas pruebas para avanzar hacia su propio
centro, hacia sí mismo, hacia el atman, como dicen en la India.
La vida no está hecha de un solo laberinto. La prueba se repite una y
otra vez.
Un ser humano viene al mundo, ante él se despliega un laberinto: el de la
vida. Hay que recorrerlo –y apurarlo hasta la hez- para llegar a la hora de la muerte
con la cabeza levantada y con los ojos inundados por la luz del más allá.
Quien alcanza el centro de éste y se instala en él, como lo hizo Teseo, se
centra, se equilibra.
Con su propia fuerza, con su yang y el hilo de Ariadna, el ying
complementándose le permite encontrar el camino del centro, sortear las trampas
que se le tienden, sortear todos los obstáculos, dominar el miedo y la fatiga,
arrostrar el peligro, enfrentarse al Minotauro ( a los monstruos del subconsciente
individual y de inconsciente colectivo) y darle muerte. La vida a partir de ese
momento deja de ser un problema.
Miguel Adillón
www.centroestudiosangelicos.com

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