Perry anderson
La génesis del capitalismo ha sido objeto de muchos estudios inspirados en el materialismo histórico desde el mismo momento en que Marx le dedicara algunos famosos capítulos de El capital. La génesis del feudalismo, por el contrario, se ha quedado casi sin estudiar dentro de la misma tradición y nunca ha sido integrada en el corpus general de la teoría marxista como específico tipo de transición hacia un nuevo modo de producción. Sin embargo, y como tendremos ocasión de ver, su importancia para el modelo global de historia quizá no sea menor que la de la transición al capitalismo. El solemne juicio de Gibbon sobre la caída de Roma y el fin de la Antigüedad aparece hoy, paradójicamente, quizá por vez primera en toda su verdad: "Una revolución que todavía sienten y que siempre recordarán todas las naciones de la Tierra" 1. A diferencia del carácter "acumulativo" de la aparición del capitalismo, la génesis del feudalismo en Europa se derívó de un colapso "catastrófico" y convergente de dos anteriores y diferentes modos de producción, cuya recombinación de elementos desintegrados liberó la específica síntesis feudal, que, en consecuencia, siempre retuvo un carácter híbrido. Los dos predecesores del modo de producción feudal fueron, naturalmente, el modo de producción eselavista, ya en trance de descomposición y sobre cuyos cimientos se había levantado en otro tiempo todo el enorme edificio del Imperio romano, y los dilatados y deformados modos de produczión
Para la llegada de la civilización griega clásica. Se trata, naturalmente, de la introducción en gran escala de la esclavitud. La conservación de la pequeña y mediana propiedad de la tíerra había resuelto en el Atica y en toda Grecia una creciente
crisis social, pero Por sí misma habría conducido a la paralización del desarrollo Político y cultural de la civilización griega en un nivel "beocio" al impedir la aparición de una división social del trabajo y de una superestructura urbana más complejas. Las cornunidade-s relativamente igualitarias de campesinos pueden congregarse físicamente en ciudades, pero lo que no pueden crear, en la simplicidad de su estado, es una brillante civilización ciudadana del tiro que la Antigüedad iba a presenciar ahora por vez
primera.
Para eso se requería la generalización de una fuerza de trabajo excedente y cautiva que emancipara al estrato dirigente y le permitiera construir un nuevo mundo civil e intelectual. "En general, la esclavitud fue fundamental para la civilización griega en el sentido de que su abolición y sustitución por trabajo libre -si a alguien se le hubiera ocurrido intentarlo- habría dislocado toda la sociedad y acabado con el ocio de las clases altas de Atenas y Esparta.
Así pues, no fue algo puramente fortuito que la salvación del campesinado independiente y la cancelación de la servi. dumbre por deudas fueran rápidamente seguidas, en las ciudades y en el campo de la Grecia clásica, de un nuevo y
~3xtraordinario aumento en el uso del trabajo de esclavos. En efecto, cuando los extremos de la polarización social quedaron blojueados dentro de las comunidades helenas, la clase dominante recurrió lógicamente a la importación de esclavos para resolver la escasez de mano de obra. El precio de los esclavos -en su mayoría tracios, frigios y sirios- era bajísimo, no muy superior al costo de un año de mantenimiento 11; lo que permitió que su empleo se generalizase en toda la sociedad griega hasta el punto de que incluso los más humildes artesanos o los pequeños agricultores con frecuencia podían poseerlos, Esta evolución económica también se había anticipado en Esparta, porque la previa creación de una masa rural de ilotas en Laconia y Mesenia fue lo que permitió la aparición de la fraternidad de los espartanos, la primera población esclava numerosa de la Grecia preclásica y la primera clase libre . de hoplitas Pero en este caso, como en todos los demás, la prioridad espartana bloqueó la posterior evolución: la condición de los ilotas se detuvo
en una "forma subdesarrollada" de esclavitud 12~ porque los
. "La esclavitud no era, por supuesto, una mera necesidad económica, sino que era vital para el conjunto de la vida social y política de los ciudadanos"
al cabo de unos años, este golpe aristocrático desde arriba fue seguido de insurrecciones masiva de trabajo. Ya desde finales del siglo III se habían producido esporádicas rebeliones campesinas en la Galia e Hispania: esclavos fugitivos, desertores del ejército, coloni arruinados y pobres rurales se haya reunido periódicamente en bandas de salteadores, llamados bagaudes, que durantes años interminables habían desencadenado guerra de guerrillas contra las guarniciones militares y las notables de las provincias, siendo necesaria en ocasiones la intervención directa del emperador para someterlos. Estas insurrecciones, que no tuvieron equivalente en oriente, combinaban las rebeliones tanto contra la esclavitud, contra el colonato, esto es, contra los sistemas de trabajos inicial y final del occidente agrícola. A comienzos del siglo quinto y en medio de las insoportables presión de los impuestos y las rentas que la destrucción e inseguridad de las fronteras que siguió la restauración senatorial, las insurrecciones de los bagaudes explotaron con una nueva y superior intensidad en los años 407 -417.435 -437 y 442 -423. En la zona rebelde central de la armónica que se extendía hacia el norte desde el base de loirá, los insurgentes campesinos quedaron un estado prácticamente independiente, expulsando a los funcionarios, expropiando a los terratenientes, castigando con esclavitud a los propietarios de esclavos y creando un propio ejército sistema judicial. La polarización social de occidente acabó, en un noble y sombría final, en el que el imperio fue desgarrado desde arriba y desde abajo por fuerzas del interior antes de que otras fuerzas del exterior pedirán el golpe de gracia.