IFDC de El Bolsón
Seminario: “Introducción al trabajo docente y a la realidad educativa.
Profesora: María Cecilia Mecozzi
Estudiante: Marcos Ariza
Construcción de la identidad profesional del docente: un desafío permanente.
Resumen
Este artículo es un análisis de la importancia de la identidad docente, comenzando en la introducción a enumerar cambios que se observan en la sociedad, cambios profundos que afectan a la comunidad educativa, y que propone cambios para su mejoramiento, que salen de las expectativas de la misma comunidad.
A partir de la pregunta ¿En qué consiste la profesión docente y cuál es su quehacer específico? -en la que la respuesta es mas difícil para la profesión docente que para cualquier otra-, propone un análisis para responder a está, del lugar donde se desarrolla esta profesión, que es la escuela en todos sus aspectos.
La escuela constituida por actores diversos con una realidad que desde su complejidad y diversidad generan una fuerte tensión.
El docente, en el proceso de formar personas debe dar respuesta a distintos tipos de exigencias, para construir relaciones entre los actores que forman parte de esta tarea común.
La tarea de constituirse como profesional para facilitar el aprendizaje teniendo en cuenta la cultura y la realidad local, sus problemas sociales, afectivos y de aprendizaje de sus alumnos es parte del quehacer y se ve cruzado por todos estos aspectos.
La realidad de los profesores está atravesada por lo antedicho, produciendo en ellos dilemas, amenazas, presiones externas y requerimientos que hace que prioricen todas las tareas a realizar por considerarlas a todas urgentes. Esta condición hace que el docente se sienta solo debido a la inseguridad que genera en ellos el desgarro de su identidad profesional ocasionada por lo fluctuante de esta condición. Si bien es apremiante revertir esta situación no son solo los profesores quienes deben responder a esta tarea.
La identidad profesional del docente, no viene incluida en la obtención de un título, sino que está en constante construcción, y esto no es un trabajo individual sino un trabajo colectivo y de naturaleza dinámica y compleja y le permite la configuración de representaciones subjetivas y colectivas.
Estas representaciones subjetivas son la forma en que el profesor organiza su experiencia social de acuerdo a valores, creencias, juicios, imágenes y actitudes propias relacionadas con la profesión.
También hay un proceso colectivo en la construcción de la identidad profesional que requiere de una reflexión que les permita ejercitar su autonomía intelectual. Este proceso de reflexión intersubjetiva genera y articula los procesos subjetivos y construye la identidad profesional docente.
La reflexión colectiva entre docentes (aunque no siempre es posible debido a una cuestión de tiempo) ha producido buenos resultados a partir de compartir su experiencias profesionales. Estas prácticas de reflexiones conjuntas podría generar un profundo sentido de identidad.
La formación inicial de profesores y la construcción de la identidad profesional requiere de una mirada retrospectiva, analítica y crítica de las instituciones hacia su propio sistema de formación. La exagerada preocupación por los objetivos descuida la integridad del proceso formativo. Y es sobre estos factores que se debe reflexionar críticamente. El docente debe ser en esencia un acompañante en el proceso de aprendizaje del alumno y no un solista que imparte conocimiento verticalmente convirtiendo al alumno en un depósito de contenidos.
El saber pedagógico y la didáctica están asociados al tema de la enseñanza y el aprendizaje, constituidos por un conjunto de saberes relacionados con la práctica de la enseñanza en una sociedad en permanente cambio.
La reflexión crítica y la construcción de la identidad profesional en la formación inicial debe ser el fin primordial de la formación de profesores. Esta debe ser profunda y comprensiva para poder vincular el proceso educativo con los factores que los atraviesan, los factores sociales, culturales y políticos.
El proceso formativo entonces trasciende el tema de la planificación y evaluación. Los artefactos que median los aprendizajes se ven enmarcados en contextos sociales, culturales y políticos que los califican.
Por todo lo dicho anteriormente debemos deducir que el quehacer del docente es complejo y requiere de profundas reflexiones que deben comenzar en la formación inicial.
A partir de los 90 el docente dejó de ser un técnico de la enseñanza para transformase en un intelectual reflexivo y transformativo, quien puede y debe cooperar en la transformación de la enseñanza y de los procesos escolares.
Estas transformaciones han afectado a los profesores en las contradictorias demandas de ser, al mismo tiempo, instructores y facilitadores del aprendizaje.
Concluimos entonces que si bien el profesor tiene un campo de actuación definido, carece de la autonomía para desempeñarse profesionalmente, porque se ha producido la pérdida de un saber institucionalizado propio y esto incidió en la falta de autonomía e identidad profesional.
Significar los contenidos como productos históricos a cuestionar y el análisis de los problemas escolares son parte de un proceso que lleva las implicancias de la reflexión crítica en la formación de profesores, también considera que el aprendizaje está enmarcado en un proceso social, aunque sea este una construcción personal. Es la práctica de la reflexión crítica la que va a permitir la oportunidad de razonar aprendiendo a informarse acerca de la realidad, esto va a permitir abrir la mente de los estudiantes a nuevas maneras de pensar y actuar.
Si asociamos a la colegialidad los procesos de participación y toma de decisiones por parte de un grupo de profesionales que con la reflexión entre pares va a garantizar la identificación y practicas especializadas va a implicar un proceso emancipador y transformador ya que la reflexión va dirigida al entendimiento entre actores.
Desarrollando la colegialidad los docentes van a poder contrarrestar el desmembramiento de las relaciones ya que genera una cultura reflexiva-colaborativa que les va a hacer aprender a influir mejor sobre los problemas de su trabajo profesional. Este espacio da la oportunidad de generar conocimiento con sus pares, asegura el rescate de la valides de sus propios planteamientos y permite valorar y confiar en sus experiencias y también genera una forma de alcanzar acuerdos sobre la base del dialogo consensual.
La colegialidad de los profesores hace que atreves del dialogo, la reflexión critica, la participación y el encuentro entre pares, potencie las capacidades individuales, desarrolle el sentimiento de cohesión y permita desarrollar instancias de resistencia para no sucumbir a la cultura amenazante de la escuela.
Por todo lo expresado hasta aquí, llegamos a las conclusiones de que es fundamental la construcción de la identidad de los profesores, que esta identidad se crea a partir de la reflexión crítica, que estas prácticas son parte de la toma de conciencia de que la construcción y el desarrollo de la profesión es una tarea y una responsabilidad compartida entre los profesores.
También este proceso de construcción de identidad permite que se recupere la cooperación, el trabajo colegiado, identificando y re-descubriendo la importancia del sentido de comunidad. De esta manera el profesor puede vencer su aislamiento, fortalecer su desempeño profesional y practicas cotidianas.
Finalmente, este proceso de construcción de la identidad docente contribuiría a la transformación de la escuela y de la profesión docente.
Publicado en la Revista Enfoques Educativos (Departamento de Educación, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de chile)
Maria Prieto Parra, especialista en fundamentos sociales de la educación cualitativa
Universidad católica de Valparaíso