En medio de una situación global sin precedentes donde el COVID-19 nos mantiene separados físicamente, los videojuegos se han convertido en una herramienta que nos permite continuar unidos y conectados socialmente a pesar del distanciamiento físico. El consumo de videojuegos en el mundo ha aumentado en un 65% durante la pandemia del COVID-19.
Mas allá de lo lúdico y recreativo, el Gaming trae pensamientos positivos a la mente y ayuda a neutralizar las emociones. Con el Gaming se bajan los niveles de ansiedad y vas a pensar mejor y tomar mejores decisiones además de que se provee un espacio seguro para unir a nuestros seres queridos bajo una dinámica entretenida que permite reforzar el vínculo familiar.
Es clave practicar la moderación en el juego y debe existir un equilibrio entre el ocio y el trabajo en casa.
El uso excesivo de los videojuegos se ha relacionado también con un mayor riesgo de desarrollar un sedentarismo nocivo para la salud del niño o adolescente. Este sedentarismo ayudado por el consumo de alimentos perjudiciales (chucherías) desencadenan la aparición de sobrepeso y obesidad.
Otras consecuencias relacionadas con el uso continuo y prolongado de los videojuegos son la aparición de molestias en los ojos con síntomas de irritación al no realizarse los movimientos de parpadeo que lubrifican la córnea, debido a la atención que se presta al juego. Los dolores de cabeza pueden llegar a ser frecuentes principalmente cuando los niños no tienen corregidos defectos en la agudeza visual. También, debido a las posturas que se adoptan durante el juego, pueden aparecer dolores musculares o vicios posturales, muy perjudiciales en un organismo en crecimiento. Se ha observado con frecuencia la aparición de molestias en la mano y muñeca por el desarrollo de tendinitis o inflamación en los tendones.
Y aun sabiendo todo esto... Te atreverías a jugar videojuegos?