Victoria redacta sus primeros recuerdos de la infancia unos eran el escuchar historias por su madre la reina, tratadas sobre hermosas doncellas que estaba en peligro las cuales eran contadas antes de dormir, cuando eran una princesita.
Comienza así una princesita llamada victoria que creía en los cuentos de hadas, y en la felicidad eterna de las princesas al casarse con un príncipe alto, fuerte, apuesto y encantador. Aunque ella tenía 7 años de edad ya soñaba con llegase a casar y fueran muy felices para siempre.
La princesita memorizaba cada palabra que su madre pronunciaba y, noche tras noche, se quedaba dormida creando maravilloso cuentos de hadas en su imaginación.
Le preguntaba constantemente a su madre la reina si algún día llegaría su príncipe sobre cuándo llegaría su príncipe, ella respondía que si algún día, la princesita preguntaba si seria alto, fuerte, valiente, apuesto, la madre respondía que si y tal como lo has soñado e incluso mucho más que eso, pues el seria la luz de su vida y su razón de ser, igual que en los cuentos de hadas.
Posteriormente se retiro hacia su habitación y una vez cerrando la puerta con mucha precaución, llamo a su perrito de nombre Timothy Vandenberg III que salió de su escondite, al cual amaba como si fuera el más regio de los perros de la corona.
La princesita se maquillaba, vestía, y se ponía los zapatos de tacón imaginándose que eran zapatos de cristal, paseándose por la habitación moviendo las pestañas muy coqueta, mientras platicaba solita.
Una noche durante la cena, la reina le obsequio una cajita musical que se pasaba de madre a hija de generación en generación de regaño de cumpleaños.
Después la princesita comenzó a bailar con la música de la caja musical, dando vueltas de un lado hacia otro, entonces su mama la reina entro pero la princesita estaña más concentrada en su baile que no se dio cuenta cando entro, la princesita se sorprendió, la reina le bajo el autoestima a su hija porque le dijo que tenía que bailar adecuadamente y esos bailes solo los realizaba una plebeya.
Se sintió tan avergonzada que prometió no bailar su canción al menos hasta que encontrara a su príncipe.
La reina se calmo y se quedo a hacerle compañía a su hija mientras se bañaba esa noche. La ayudo a cambiarse y le conto un cuento de hadas que se situaba cerca de la mesilla y lo comenzó a leer en voz alta.
La princesa empezó a fantasear en un mundo mágico de la eterna felicidad.
Mi comentario personal
Como todas alguna vez en la infancia soñamos que en algún momento nos llegaría un príncipe azul, que nos protegerá de cualquier persona, siendo guapo, fuerte y encantador.
Nos poníamos los vestidos de nuestras mamas, zapatos altos de tacón como si fueran de cristal, maquillarnos, hacer los ademanes o posturas como lo hacen ellas y actuar como señoritas grandes.