Partiendo de una vaina 30-06 y agolletándola a 6,5 mm. se ha logrado un calibre ideal para largas distancias.
Con la expansión de los imperios Británico y Alemán a finales del siglo pasado, se acrecentó la demanda de rifles de caza mayor de bajo costo, para poder cobrar las diversas especies de animales que poblaban territorios tan vastos como las sabanas africanas.
Antes de proseguir cabe hacer una reflexión, pues en aquel entonces todavía las armas estaban bajo el influjo de la pólvora negra y para lograr una mayor velocidad inicial de sus proyectiles y una mejor rasante, se buscó reducir el peso de éstos y así nacieron los Express. Su uso indiscriminado acarreó muchas muertes innecesarias, pues los cazadores confiaban en la nueva panacea y arriesgaban disparos a animales de gran talla. Los resultados, evidentemente funestos, no se hicieron esperar, porque al aligerar el peso de los proyectiles, si bien lograban mayor velocidad, también disminuyó la penetración, tan necesaria para alcanzar órganos vitales.
Pero con la nueva pólvora sin humo nació en 1890, un arma liviana, de cerrojo, y además dotada de cargadores con peine, cuyos proyectiles de crupo-nickel, de 162 grains de peso volaban a 2.400 pies por segundo, este calibre, que cambió el panorama del momento fue el 6,5 X 53R Mannlicher, un cartucho diseñado para el Ejército Rumano.
Tres años más tarde fue adoptado por el Ejército Holandés, siguiendo la moda de la reducción de calibre imperante en la época, como era el caso de: Italia con su 6,5 Parravicino-Carcano; Japón, 6,5 Arisaka; Suecia, 6,5 X 55 y Portugal con el 6,5 Mauser Bergueiro, por citar algunos ejemplos.
Como en todas la épocas el material militar se utilizó ampliamente en el terreno deportivo, pero fue a partir de 1903, cuando la prestigiosa firma austriaca Mannilincher-Schoennauer, introdujo su carabina en 6,5 X54 mm.. La clave del éxito de este calibre fue su tremenda penetración unida a un escaso retroceso.
LA ETAPA DE LOS SUPER 6,5 mm.
Establecida la enorme popularidad de este pequeño y efectivo calibre en todo el mundo, los fabricantes ofrecieron el mismo en versiones mejoradas o más potentes. Como máximos exponentes de esta raza de cartuchos podemos citar al 6,5 Remington Magnum; .264 Winchester Magnum; el tremendo 6,5 X 68 mm. y un nuevo 6,5 X 65.
El 6,5 Remington Magnum nací en 1966 y fue creado especialmente para una carabina de esta conocida firma norteamericana de tamaño reducido, con la que se pretendió desplazar al .270 Winchester. El cartucho tenía una balística acertada, pero no tuvo éxito en las ventas y con el tiempo cayó en el olvido.
Su corto cañón de solamente 18,5 pulgadas era suficiente para que su proyectil de 120 grains consiguiera una velocidad de 3.030 pies por segundo y una energía en la boca de 2.400 libras por pie al cuadrado.
El .264 Winchester Magnum y el 6,5 X 68 mm. fueron la epítome de este diámetro y por el momento no hay nada comercial que los supere y pienso que el futuro tampoco, pues si queremos sacarle mayor partida en energía, simplemente, lo conseguiremos usando un calibre mayor como un 7 mm. Remington Magnum, calibre de excelente diseño y prestaciones.
Pero volviendo a estos dos especimenes de 6,5 mm., se puede decir sin temor a equivocarse que se trata de unos magníficos cartuchos para cacerías en llanuras y alta montaña, donde se suele disparar a animales no peligrosos y de escasa talla. Gracias, a su altísima velocidad y excelente coeficiente balístico, sus proyectiles logran unas trayectorias muy rasantes que nos aseguran un impacto certero hasta los 300 metros de distancia sin tener que hacer ningún tipo de cálculo.
Pero no debemos engañarnos por las tablas balísticas, porque aunque ambos estén en las 3.000 libras por pie al cuadrado de energía en boca, no dejan por esto de ser calibres pequeños y no se debe intentar cobrar piezas peligrosas. Aunque todos sabemos que se han abatido elefantes con estos cartuchos, no deja de ser una práctica poco deportiva y riesgosa.
Los únicos inconvenientes de estos súper 6,5 mm. son: el excesivo desgaste de sus cañones, pues con esa enorme cantidad de pólvora trabajando a altísimas presiones, lo que se traduce en una corta vida de los mismos y por último, para mí, el peor argumento, su tremendo estampido que nos obliga a utilizar cascos auditivos aún en el campo abierto. No recuerdo armas tan desagradablemente sonoras a excepción del terrible 7 X 66 Von Hoffe.
EL PORQUE DEL WILDCAT 6,5 mm.
Como el panorama que ofrece la industria armera de los 6,5 no satisface a todos los gustos, varios entusiastas de los Wildcats o calibre no-comerciales, han experimentado a partir de la vaina del archiconocido .30-06 Springfield para lograr mayores prestaciones que un 6,5 X 54 ó 55, pero sin llegar a los problemas que conllevan los súper 6,5.
Un buen ejemplo de esto es, como podemos ver en el Manual de recarga Lyman, que tanto el 6,5-06 y el .264 Winchester Magnum llegan a los 3.000 pies por segundo con 140 grains de proyectil, pero el primero lo hace con un 20% de pólvora menos, lo que se traduce en menor presión, temperatura y desgaste del cañón.
El nacimiento del 6,5-06 es publicitado por primera vez en revistas americanas por el año 1940. Hoy en día su uso está muy difundido en los Estados Unidos. Otro ejemplo de su popularidad es que existen cargas para todos sus proyectiles, que van de los 87 grains hasta los 160.
PROBANDO UN RIFLE 6,5-06
Hace poco tiempo tuve el privilegio de conocer, en mi último viaje, a los Sres. Francisco Tomassian y Daniel Barni. Con ellos asistí a la confección completa de estos cartuchos partiendo desde una vaina 30-06, como así también apreciar los rifles que estos dos cazadores utilizan por las pampas y cordilleras argentinas.
El peso preferido por estos cazadores para su munición es de 140 grains fabricado por Sierra y su perfil es de cola de bote, lo que le brinda un aspecto muy aerodinámico. En animales del tamaño de los antílopes utilizan proyectiles más livianos como los de 100, 120 ó 127 grains.
En la caza de animales mayores como venados, cochinos o similares pueden utilizar hasta el de 157 grains RWS H-Mantel o el de 160 grains Hornada de punta redonda.
EN LAS PRUEBAS DE TIRO
El rifle que utilizamos fue un Mauser de acción 98 con un cañón Douglas Premiun con una longitud de 60 cms.
El conjunto de cerrojo y cañón se montó sobre una culata sintética reforzada con fibras de Kevlar. El disparador del rifle es uno de origen americano marca Timney y para finalizar se le montó un visor Leupold de 3 a 9 aumentos.
En las pruebas de tiro, con munición de 140 grains a una distancia de 150 metros, las agrupaciones no salían de un círculo de 25 mm.. Igualmente comprobé que a 300 metros se puede perfectamente abatir un animal mediano en condiciones buenas por lo que le doy la razón a los dos amigos que hicieron posible que probara este cartucho. Sinceramente pienso que este Wildcat es una excelente opción con el que se puede igualar las prestaciones de cualquier 6,5 milímetros sin los inconvenientes que presentan los ejemplares más potentes.
ACLARACIÓN: Texto trascripto de un artículo publicado por el Sr. Carlos Coto en la revista “ARMAS” Nro. 97 de fecha Junio 1990.
Durante 1920, varios wildcatters trabajaron con la vaina del .30-06 rebajando su cuello a .257". Por nombrar algunos, hubo los .25 Niedner, los .25 Griffen & Howe, y los .25 Whelen. Todos eran similares en capacidad de pólvora, y todos estaban limitados por la falta de pólvoras lentas. No fue hasta que DuPont introdujera la pólvora IMR-4350 a inicios de 1940 que los .25-06, como se les llamaba fueran prácticos.
Entonces, durante 1940, B.E. Hodgdon presentó la pólvora H4831 a los recargadores, y los .25-06 alcanzaron un punto óptimo. En 1969 Remington tomó nota de todo el ruido que estaban haciendo los wildcatters con el cartucho y lo adopto.
Rémington simplemente agolletó el cuello de la vaina del .30-06 Sprg. al calibre .25 ó 6,35 milímetros nominal; este cartucho alcanzo bastante popularidad nada mas aparecer en el mercado dada su flexibilidad en permitir usar proyectiles de 75 a 90 grains para la caza varmint y los de 100 a 120 para la caza mayor de ciervos hasta cuatrocientos kilos.
Además, tras la 2ª Guerra Mundial, llegaron a EE.UU. muchos rifles militares de calibre 6.5mm. Allí era difícil o imposible obtener cartuchos para esos rifles, por lo que muchos consideraron modificar las recámaras para adaptarlos al 6.5mm- 06 ya que las vainas del 30-06 eran abundantes, baratas, y se estrechaban fácilmente a 6.5mm. La conversión además ofrecía un cartucho más poderoso que el original.
En la actualidad Remington, Intraarms, Ruger, Salvaje, Winchester, Weatherby, Sako y casi todos fabricantes de acciones de cerrojo ofrecen una versión por lo menos en 25-06.
La foto que sigue es la de un jabalí abatido en la pampa argentina con un 6,5-06.-
REPLANTO
07-05-2011 16:43
Aqui va otra donde se pueden ver de izquierda a derecha un cartucho .308, un proyectil 6,5 extraído de un venado, y un cartucho 6,5-06.
Aldo
08-05-2011 01:11
Muy buen aporte, gracias don replanto
Tus derechos terminan donde comienzan los mios
Burriqueta
25-05-2011 23:36
Tengo un 25-06 que jamas conocera una vaina de 25-06 sino que transformo simpre vainas del 30-06 es muy simple y no requiere dados especiales,es muy potente y muy preciso, aun no lo he llevado a cazar pero ya le tocara la aprueba de fuego. Es un calibre que recomiendo.
Saludos
ELLUCCI
26-05-2011 09:02
Don Burriqueta: si algun dia precisa vainas 30.06 pegueme el grito.
Tengo algunas para donar.
