Cuando la máquina es sencilla y realiza su trabajo en un solo paso nos encontramos ante una máquina simple. Muchas de estas máquinas son conocidas desde la prehistoria o la antigüedad y han ido evolucionando incansablemente (en cuanto a forma y materiales) hasta nuestros días.Algunas inventos que cumplen las condiciones anteriores son: cuchillo, pinzas, rampa, cuña, polea simple, rodillo, rueda, manivela, torno, hacha, pata de cabra, balancín, tijeras, alicates, llave fija...Las máquinas simples se pueden clasificar en tres grandes grupos que se corresponden con el principal operador del que derivan: palanca, plano inclinado y rueda.
No se debe confundir una máquina simple con elementos de máquinas, mecanismos o sistema de control o regulación de otra fuente de energía.
Las máquinas simples se confeccionaron desde tiempos muy remotos, exactamente cuando los homo sapiens empezaron a inventar herramientas, como las hachas.
Todas las máquinas simples convierten una fuerza pequeña en una grande, o viceversa. Algunas convierten también la dirección de la fuerza. La relación entre la intensidad de la fuerza de entrada y la de salida es la ventaja mecánica. Por ejemplo, la ventaja mecánica de una palanca es igual a la relación entre la longitud de sus dos brazos. La ventaja mecánica de un plano inclinado, cuando la fuerza actúa en dirección paralela al plano, es la cosecante del ángulo de inclinación
¿Como se clasifican las maquinas simples segun su complejidad?
sulay mateus gomez
23-03-2014 20:56
Cuadro clínico. Un concepto que me pareció interesante en su momento. Sustituía el diagnóstico, con su “sentencia cerrada”, por una serie de signos y síntomas que se repiten en diferentes pacientes, orientándote a pensar en un determinado componente y un posible tratamiento.
No deja de ser otra etiqueta, pero más “abierta”. Pasamos de “pieza de ropa, concretamente pantalón vaquero azul de la talla 46” a “posible prenda para las piernas”. Menos específica y con menos margen de error, puesto que no se trata de “nombrar” problemas, si no de intentar solucionarlos.
Seguía faltando una pieza en el puzzle. Continuaba siendo demasiado “impersonal”. Le faltaba el contexto. A mis cuadros clínicos les faltaba “el paciente”. No se trata de una sucesión de signos y síntomas. Son los signos y síntomas que presenta mi paciente y cómo éste los interpreta, los explica y los vive.
Parece que durante mucho tiempo ha existido una dicotomía entre “cuerpo” y “mente”, entre lo biomédico y psicosocial. Esto es señal de que vamos dejando atrás absurdas trifulcas partidistas y estamos adaptándonos a nuevas formas de pensar.
Todo aprendizaje lleva un proceso de asimilación. Durante el mismo es fácil confundirse.