•Educar en valores es acompañar a los hijos en el proceso de respuesta libre y personal sobre su propia identidad, y sobre los horizontes y metas que buscan para su felicidad
Socialmente, el comportamiento agresivo ha sido inherente al ser humano desde los inicios de su existencia. En lo individual, suele manifestarse desde los primeros años de vida, pero su frecuencia se va reduciendo a través de los años. Sin embargo, hay personas que continúan siendo agresivas en edades adultas, encontrándose por eso comportamientos agresivos en los diferentes contextos sociales, como el de la familia o en ámbitos educativos y laborales.
Desde la perspectiva biológica, el genoti-po de una persona y otros correlatos biológicos del género pueden influir en la propensión a la conducta agresiva, antisocial. Sin embargo, para Shaffer (2000), Albert Bandura y Seymour Fesbah, teóricos de la agresión, el grado en que un individuo tiende a ser agresivo y antisocial dependerá en gran medida del entorno social donde se haya criado.
Existen dos conjuntos de influencias sociales que contribuyen a explicar por qué algunos niños y adolescentes son más agresivos que otros:
(1) las normas y valores asumidos por la sociedad y sus subculturas, y
(2) los contextos familiares en los que se han criado.
Si observamos el término desde la psicología social, se encuentra que el ser humano tiene tanta fuerza y tendencia a la agresividad como propensión a la sociabilidad y afiliación (Ledesma, 1980). Shaffer (2000) advierte incluso sobre la existencia de actos agresivos que se realizan como medio para obtener fines no agresivos, que el impacto de los indicios agresivos depende en mayor proporción de las interpretaciones que se hagan de los estímulos y hechos (factores cognitivos) que de la mera presencia de tales indicios.
• Si un niño pequeño tiene problemas persistentes con la acción de pelear y de morder o exhibe un comportamiento agresivo, los padres deben de buscar la ayuda profesional de un psiquiatra de niños y adolescentes o de otro profesional de la salud mental que se especialice en la evaluación y tratamiento de los problemas del comportamiento en los niños pequeños.
• Educar en valores es acompañar a los hijos en el proceso de respuesta libre y personal sobre su propia identidad, y sobre los horizontes y metas que buscan para su felicidad. Valores e identidad son, en consecuencia, dos realidades inseparables. Una formación plena que permita configurar la identidad de un ser humano en crecimiento, no puede desvincularse o prescindir de una seria y bien planificada educación en los valores.
VEAMOS NUESTRAS ACTITUDES
cristabel
26-05-2011 12:44
SON TANTAS LAS CAUSAS DEL MAL COMPORTAMIENTO EN LOS SERES HUMANOS, QUE NO SE ALCANZAN A COMPRENDER, PERO ES DE TRATAR DE SER BUENOS CIUDADANOS CON BUENOS VALORES Y EXCELENTES PERSONAS CON LOS DEMAS...