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RESUMEN DE LAS SALAMANCAS DE LORENZA
Maico
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28-04-2011 15:30
Abril/11 El Bolsón Rio Negro
Farberman, Judith (2005) Las Salamancas de Lorenza. Magia, hechicería y curanderismo en el Tucumán colonial. Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores,286 paginas.

La historia transcurre durante el siglo XVIII, en la jurisdicción de Santiago del Estero que en ese momento pertenecía a la Gobernación de Tucumán. Tal como menciona la autora el libro “se ocupa de la magia y de sus usos hechiceriles y terapéuticos en Santiago del Estero, y de manera subordinada en San Miguel de Tucumán en tiempos coloniales”
A partir de 11 expedientes judiciales (ocurridos y juzgados entre 1715 y 1761) del Tucumán del siglo XVIII se registran las persecuciones y los procesos judiciales llevados a cabo contra mujeres indígenas, la autora nos traslada a la época de la colonia y dentro de ella al mundo de la magia y hechicería donde aparecen las hechiceros y las curanderos quienes tenían, según las creencias, el poder de deshacer los males. La hechicería en estos tiempos era juzgada casi como el homicidio y se la usaba para explicar los fracasos de la comunidad y otros males.
Uno de los aportes más valiosos que hace la autora es dar muestras de que la hechicería de la época surge como un fenómeno mestizo; la comunidad toda creía en ella y por eso se la juzgaba.
El libro se divide en 5 capítulos que se sintetizan brevemente a continuación.
Capitulo 1, titulado “El mundo de Lorenza”, nos sitúa geográfica y socialmente en la gobernación del Tucumán del siglo XVIII, en ese entonces la planicie Santiagueña esta surcada por dos ríos El dulce y El Salado a orillas de los cuales se asentaban numerosas aldeas indígenas haciendo uso de las ventajas que esto significaba pero también soportando la furia de sus desbordes. La recolección era la actividad económica fundamental de las comunidades, la misma se llevaba a cabo en los montes, cinco variedades de miel y cera se recogían en las estaciones de lluvia, así también la algarroba que era de gran utilidad.
Entre los ríos y el monte se encontraban más de 40 aldeas y a partir de 1553 se les sumo la cuidad de Santiago Del Estero, desde las aldeas y la ciudad se poblaron las chacras, las estancias, las haciendas y los potreros que conforman el mundo agrario español. Con la creación de esta ciudad todas las poblaciones fueron organizadas e curatos y doctrinas de indios, con funciones civiles donde aparecen feudatarios y tributarios y fines eclesiásticos.
El movimiento de la vida diaria hace confluir a españoles, indios, negros y castas en los mismos espacios.
Los pueblos como los de Tuama, Soconcho, Pitamba y otros , tenían amos , a quien por cesión real le debían tributo y algunos servicios; en la aldea de Tuama vivía Lorenza quien al momento de ser juzgada en 1761 la encomienda pertenecía a doña Josefa Corbalan.

En este contexto las autoridades indígenas de las aldeas debían compartir su poder con otras figuras que venían del mundo hispano.
Capitulo 2: aquí la autora se ocupa de los jueces, alcaldes ordinarios del cabildo de Santiago Del Estero, quienes creían en la eficacia de la magia tanto como los denunciado y el contexto judicial. El derecho y la teología solían confundirse en estos procesos marcados por las torturas y donde brillaban por su ausencia los doctores en derecho y asesores letrados.
En la América hispana las instancias superiores de justicia estaban a cargo de audiencias y virreyes que al tener un vasto territorio a cargo solían verse como poderes lejanos.
La hechicería fue tomada como un grave delito contra la fe encuadrándola en la categoría simultanea de delito y pecado, el delito era pagado con el destierro y si el acusado continuase con sus actos, la pena de muerte.
Los procesos eran iniciados por una denuncia penal, una querella de partes o una investigación promovida por el Teniente de Gobernador, cuando los acusados eran indios sus representantes eran los protectores naturales , elegidos por el Cabildo, las declaraciones se efectuaban en quichua, con una mediación escrita y siempre siendo producto de terribles torturas, se utilizaban argumentos como los antecedentes familiares(madres o abuelas con prestigio de hechiceras ) , testigos que argumentaban su “mala fama” , el carácter diabólico de la rea y pruebas que materialmente acreditaran el maleficio , de todos modos las pruebas más frecuentes eran las declaraciones de testigos.
Tan solo en siete de los once casos la autora encuentra sentencia siendo la pena capital para cuatro de las reas y el destierro para las otras tres.
En este capítulo podría entenderse, según dice la autora, el caso de la justicia de Santiago Del Estero como un paradigmático ejemplo de “justicia periférica”.
Capitulo 3: en este capítulo nos encontramos con el perfil de las acusadas, en su mayoría mujeres indias solteras, viudas y en su mayoría de edad ------, casi todas bajo el régimen de encomienda, siendo el mas obvio de sus denominadores comunes su alteridad cultural respecto de quienes las juzgan en los Cabildos. Aparecen también curanderos y adivinos, capaces también de remediar los daños y que a menudo son hombres.
En las querellas puede verse que normalmente la principal víctima era el encomendero o propietario de la rea y un pariente de la victima quien suele iniciar las acciones legales, de hecho había un carácter domestico en los conflictos. También podían ser víctimas de maleficios miembros del clero, lo que para los jueces era una prueba del carácter diabólico de la actividad, y sus propios parientes llámese maridos, amantes y también sus vecinos. En el caso de Lorenza se condena también a sus hijas y nietas por ser supuestas aprendices.
Generalmente los síntomas del hechizo eran enfermedades o accidentes extraordinarios (como expulsar del cuerpo un objeto extraño), los curanderos ocupaban un papel importante ya que de su impotencia podía emerger una hechicera igualmente la línea era tan fina que como en el caso de Marcos Azuela empezó como curandero y termino siendo juzgado.
La autora menciona en este capítulo “sin perder completamente su identidad étnica, lo cierto es que nuestros actores, como por otra parte de las poblaciones americanas del setecientos, participaban de una multiforme cultura mestiza, por esto las relaciones entre las distintas culturas son las que acompañan el síndrome de la hechicería.
Capitulo 4: titulado La Salamanca de Lorenza, el capitulo cuatro trata sobre, la salamanca, donde se evocaba al mismo tiempo, magia, aprendizaje y pacto con el diablo. A juicio de la autora la salamanca es un producto mestizo entre leyenda española y colonial. En este capítulo nos adentramos en dos procesos que se inician en el pueblo de Tauma, sobe el rio Dulce. Uno en 1715 y otro en 1761.
1715- Juana Pasteles (quien por indicios de la autora se puede suponer que sería la abuela de Pancha, compañera de Lorenza en los maleficios) acusada del maleficio de dos eclesiásticos, la enfermedad de un indio y la eliminación de su marido.
1761-Lorenza y Pancha acusadas de la enfermedad de la criada del alcalde. A diferencia de Lorenza o Pancha (quienes murieron antes que el proceso concluyera, en prisión), Juana no tuvo que responder a un interrogatorio cerrado. La “verdad” le fue arrancada ajustando los cordeles que sujetaban sus piernas y brazos.
Sin duda, la autora nos muestra que en el proceso de 1761 las salamancas son un ámbito de participación multiétnica, estudiando detalladamente los elementos de las tradiciones populares hispánicas y en general de la demonología europea que se ven en las confesiones inducidas bajo tortura o directamente sugeridas por el juez.
Capitulo 5: en este último capitulo nos encontramos con los médicos del monte o curanderos quienes se suponía podían deshacer los hechizos realizados por las reas, representando una figura ambigua donde la hechicería y la magia tienden a converger. Aparecen en el libro tres casos, el de Marcos Azuela (antes mencionado), Francisca La Sampiedra y Pascuala Asogasta.
Marcos Azuela- participante de las salamancas pero auto nombrado medico que es llevado a luz con la declaración de pancha, haciendo mención de el encuentro entre este y Lorenza, otros testigos colocan en el ojo de la tormenta a su mujer y sus hijas. Marcos fue detenido y luego le ordenaron curar a la criada, esta sano temporalmente y Marcos escapo a su rancho.
Ante el juez dispusieron una de sus tres hijas y sus nietas, además de interrogarlas sobre su asistencia a las Salamancas, las preguntas apuntaban a indagar sobre el paradero de las otras hermanas y las razones de la fuga de Marcos. Las mujeres de Azuela recibieron como sentencia desfilar en lomo de burro con la cabeza en alto para que todo el pueblo las viera y luego el destierro. Marcos fue hallado muerto en su celda.
Francisca la Sampiedra y Pascuala Asogasta-ambas sobresalen por pertenecer al intimo gupo de jóvenes, no tenían a la fecha del juicio más de 25 años cada una, cargaban con la mala fama de sus madres. Lo que las unía era su ejercicio como curanderas, algunos testigos habían sido sus pacientes
Hasta donde sabemos Pascuala fue 2 veces absuelta, en cuanto a Francisca se desconoce su sentencia, pero después de declararse culpable es muy probable que hayan puesto fin a sus peregrinajes.
En estas épocas no existía una ortodoxia en materia de medicina, nuestros médicos del monte, como los chamanes andinos y chaqueños de épocas más remotas, poseían un poder ambiguo que despertaba en pacientes y vecinos mayores suspicacias acerca de la ambivalencia de sus intenciones.
A lo largo de este capítulo la autora muestra que los hechiceros y curanderos pesar de ser opuestos, tenían mucho en común aprendiendo en la Salamanca sus oficios
En este libro Judith Farberman no solo nos muestra el mundo de la magia y la hechicería en la época colonial nos abre también la puerta a los procesos judiciales de la época sus jueces y testigos y en definitiva a la realidad social y cultural en el Santiago de Estero del siglo XVIII.
Marcos
Marcos
19-05-2011 10:04
lo lei todo, esta muy bueno el resumen.
Voy a buscar el libro.

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