Por Carlos Nuñez Hurtado, 23 de abril de 2011 “Pañuelos en rebeldía”
Para contextualizar un poco, vamos a contar que Carlos Hurtado, el Mexicano, arquitecto y educador popular. Tiene una amplia trayectoria en trabajos Socio-políticos. Es educador, conductor y conferencista; es miembro de consejos editoriales de varias publicaciones, consultor de la UNESCO, UNISEF. Actualmente es director de la cátedra Paulo Freire en el ITESO.
No caben dudas de su condición de Educador Popular desde el comienzo del texto, en el que comienza diciendo que es el pueblo, la materia prima para un proceso para la transformación educativa.
Afirma que no hay cuestionamientos en estos aspectos ni siquiera por quienes mantienen una práctica diferente a este planteamiento, los que ponen como protagonistas a los educadores y no al propio pueblo. Aparece entonces el tema del “agente externo” que preocupa tanto a promotores como a educadores y líderes políticos como populares. Este agente externo existe y ha existido en la práctica real en América Latina y ha jugado el papel de promotor, educador y asesor en algunas ocasiones.
Dice que en México, ante la política populista, la demagogia y la captación por parte de la revolución institucionalizada de los procesos populares, los que intentaban activar el movimiento popular lo hacían “promoviendo al pueblo” y el agente externos asumirá el rol de gestor de esa organización que debe orientarse como asesor de la organización popular. Y si el compromiso asumido coincide con los intereses de liberación popular debe tener una ubicación “ajena” o “externa” para cumplir su rol de intelectual orgánico. Coincido plenamente con que el proceso de liberación tiene como protagonista al pueblo y a los que opten por la liberación poniendo sus capacidades y recursos al servicio de la causa.
Se puede ser “externo” a este proceso por origen, pero no se puede servir al mismo sin una opción probada y comprometida con la clase popular. También se puede se “ajeno” por el tiempo de práctica que se realice. Eje de las dificultades metodológicas que influyen en tantas corrientes “vanguardistas” como se hacen llamar y utilizan complicadas teorías y conceptos para sostener por la distancia generada su rol de pretendida vanguardia cuando la autentica vanguardia nace en el pueblo y del pueblo. Es él quien conduce porque es parte del pueblo por origen y/o decisión.
“todo promotor, asesor o educador comprometido con una opción de liberación popular no puede ser ajeno, aunque su origen sea externo, al proceso de transformación y sus luchas” es su tarea ser un intelectual orgánico verdadero. Un coordinador no es neutral porque esa posición no existe, porque ha hecho una opción y por ello sienta una posición y esta debe estar manifestada clara y actualmente en el proceso de educación y transformación popular.
Hay corrientes que creen que el educador debe ser neutral, do otra manera estaría manipulando al grupo, conduciéndolo a sus propias ideas. Cree y coincido otra vez que conducirlo en el sentido correcto si, manipularlo no, y esto es debido a que maneja una manera y una pedagogía que genera conocimientos y actitudes en relación con la realidad de intereses de la propia organización.
No hay, no puede y no deba haber neutralidad, ya que las realidades se analizan e interpretan en un contexto y en una historia. Se debe tener una posición y esto no significa manipular al grupo.
Coordinar es conducir al grupo hacia los objetivos buscados. El coordinador es el responsable del proceso, de la conducción mediante reflexión, análisis y síntesis. No se puede discutir algo sin saber para que se discute y que se pretende lograr. Es por esto que quien coordina debe tener clara una posición .
Coordinar no es solo dar la palabra, es conducir con criterio y participación, orientando y preguntando y repreguntando para conducir al grupo al logro de los objetivos. Coordinar es saber integrar y animar al grupo, es saber generar y propiciar la participación, este debe provocar una participación libre consiente y entusiasta, generando y sosteniendo confianza, y teniendo el domino y el conocimiento del tema.
Es muy importante que el coordinador sepa preguntar, debe tener la capacidad de realizar la pregunta oportuna, y también capacidad de respuesta. Debe saber opinar, no caer en que solo debe cuestionar aunque su pedagogía sea la pregunta. Por lo tanto, debe saber integrarse al grupo, esto generara un ambiente de confianza, y el derecho de manifestarse él con su posición , así, como dice Freire “que nadie enseña a nadie, sino que todos aprendemos juntos” esto nos muestra que el rol de coordinador, siendo este de servicio, no lo separa del proceso que vive el grupo, sino que es parte activa.
Luego de una serie de descripciones de características que debe tener un buen coordinador sigue diciendo, y en esto también coincido, que este no debe ser ni creer ser un maestro distante, al que el grupo debe respetar por esa distancia que se traduce en miedo basado en, el poder o el prestigio. Estas actitudes de distancia, esconden en el fondo una gran inseguridad. La autoridad se transforma en autoritarismo, la verdad en ortodoxia segura y memorizada en lugar de comprensión. La negación de una metodología dialéctica porque no se atreven a ser compañeros. O sea, el rol conductor se ve sólidamente fortalecido cuando se identifica como un compañero, como el mejor, como el más comprometido, el que debe propiciar que los demás sepan, que es firme y respetado porque es fraternal.
Hay algo que n o se debe dejar de lado y es el uso del lenguaje, algo que todo educador debe cultivar, mientras más complejo es nuestro análisis, más compleja y sofisticada se vuelve la mente y el lenguaje, esto es necesario para lograr una correcta interpretación de la realidad. El gran desafío aquí es saber manejar con sencillez sin abusar de términos complejos, y sin caer en el simplismos de generalidades para lograr que mediante un lenguaje simple y entendible el concepto, la idea sea comprendida y apropiada el conocimiento y al léxico del grupo.
La recuperación de las manifestaciones populares, de sus saberes y de su cultura, pueden transformarse en herramientas de la Educación Popular, esto genera conocimiento a través de la participación que propician, más la capacidad del educador para aprovecharlo y manejar adecuadamente el lenguaje, nos dará una excelente dialéctica. Un buen intelectual orgánico, no es quien se separa del pueblo por sus actitudes y lenguaje complejo, sino quien sensible al pueblo sabe enriquecerse del pensamiento de este pueblo, interpretando el mundo de muchas maneras.
Todo esto está referido al lenguaje oral, y por lenguaje entendemos no solamente lo oral sino también todo tipo de expresiones, actitudes y manifestaciones, entonces el coordinador deba estar atento a no descuidar el estos elementos de comunicación. Dejar de lado la actitud pasiva que se observa a menudo, y motivar la participación y para esto es importante también el lenguaje corporal, hay que saber manejar el ritmo y los tiempos. Aclara también, y coincido nuevamente, que coordinar con el silencio pasivo, es un error en que se cae frecuentemente.
