Muchas gracias, Lidia; acepto con todo cariño esa pequeña reprimenda hecha desde la amistad y el deseo de estímulo a un compañero -que soy yo- no muy dado al esfuerzo y al trabajo organizado. Me ha encantado ese matiz maternal que he creído encontrar en tus palabras. Sólo por mantener este calor merece la pena tener activo Rayuela. Seguiremos.

RODRIGO: sinceramente no me agrada que hables así de tí mismo. Puede parecer que de toda tu vida pasada ha quedado poco, pero eso es porque desvalorizas lo que recuerdas. Un día que tengas poco que hacer, simplemente te poner ante una página en blanco y desde el primer recuerdo vas anotando todo, todo, todo. No te va a alcanzar una hoja así que tienes que seguir. Vas a ver cómo van apareciendo muchas experiencias, personas, logros, equivocaciones que creías olvidados. Ese es el material del que los escritores nos nutrimos en primera instancia. Después viene los imaginado, lo inventado y las experiencias ajenas. Mientras te escribo esto, me lo voy diciendo a mí misma, y me hace bien. Espero que te des cuenta de que ni tu vida ni siquiera la de una persona que está en la cárcel durante 50 años están vacías. Con cariño. Lidia

Desde luego si de la profusión y sabiduría de los consejos que nos llegan desde nuestra amiga Lidia no llegamos a adquirir una buena práctica literaria, un buen oficio al menos, es que somos demasiado zoquetes para seguir en el empeño. Me ha gustado especialmente el consejo nº 4:
4. Crea personajes, no tipos literarios
“Comienza con un personaje y antes de que te des cuenta habrás creado un tipo. Comienza con un tipo y acabarás no creando nada”.
Para mí, como compendio de todos esos consejos, subyace uno muy importante: quien pretenda escribir ha que tener algo que contar, vida donde alimentar sus experiencias. Para alguno de nosotros (yo en primer lugar) esa vida ya se ha vivido y no ha dejado demasiadas semillas de las que hacer brotar una obra interesante. Pero sigue siendo muy grato leer a Lidia y recrear esa vida ya imposible. La imaginación es la loca de la casa, como dijo Santa Teresa de Ávila.

CONSEJOS DE SCOTT FITZGERALD PARA ESCRIBIR

1. Empieza por tomar notas.
“Tienes que empezar por tomar notas. Quizás tengas que estar tomando notas durante años… Cada vez que se te ocurra algo, cada vez que recuerdes algo, anótalo y ponlo donde corresponda. Anótalo mientras lo estás pensando. Es posible que no puedas volves a capturarlo igual de vívido una segunda vez”.
2. Haz un completo esquema de la historia
“Inventa un sistema a lo Zola… pero necesitas un archivador. En la primera página, escribe un bosquejo de tu novela a una escala enorme (no te preocupes, se contraerá con el tiempo) y trabaja detallando el plan durante dos meses. En el punto central del archivador describe el gran clímax, y trabaja hacia delante y hacia atrás completando los detalles durante otros tres meses. A continuación, crea algo tan complicado como una continuidad con todo lo que ya tienes, y fíjate un horario”.
3. No le cuentes a nadie en qué estás trabajando
“Creo que una buena norma es no decir nada sobre lo que estás escribiendo hasta que esté acabado. Cuando se hace, siempre parece perder algo. Nunca volverá a pertenecerte tanto como antes”.
4. Crea personajes, no tipos literarios
“Comienza con un personaje y antes de que te des cuenta habrás creado un tipo. Comienza con un tipo y acabarás no creando nada”.
5. Usa palabras comunes
“Nunca debes usar una palabra desconocida a menos que la hayas buscado para expresas un delicado matiz y sea así como lo hayas conseguido. Creo que esta es una muy buena regla para la prosa. Excepciones: a) necesaria para evitar repeticiones, b) necesaria por ritmo, c) etc”.
6. Usa verbos, y no adjetivos, para mantener las frases en movimiento
Acerca de los adjetivos: toda la buena literatura se basa en los verbos llevando las frases. Ellos son los que consiguen que las oraciones avancen. Probablemente, el mejor poema (técnicamente) en inglés sea ‘La víspera de Santa Inés’ de Keats. Un verso como “La liebre salió cojeando temblando a través de la hierba helada” está tan vivo que puedes sentirlo, apenas sin darte cuenta, pues el poema se ha coloreado con su movimiento – el cojear, temblar y helar camina delante de tus propios ojos”.
7. Sé despiadado
“[Tirar lo escrito a la basura y empezar de nuevo] Esta es una de las decisiones más difíciles que un escritor tiene que hacer. Por ponerlo filosóficamente, antes de haberte agotado durante horas tratando de reanimar un cadáver o desenredando una madeja mojada, es una prueba de si eres o no eres realmente un profesional. Hay ocasiones o en la decisión es doblemente difícil. En las últimas etapas de una novela, por ejemplo, cuándo no hay algo concreto que tirar a la basura, sino que un personaje favorito tiene que ser cogido por los talones, chillando, y arrastrando media docena de buenas escenas con él”.

ATRACONES DE ADVERBIOS Y ADJETIVOS

El peligro de los adverbios terminados en “ente”
Cuando se cae en la repetición constante y muchas veces involuntaria de estas expresiones la impresión que puede llevarse el lector es de pobreza expresiva. Detenerse y pensar en sinónimos puede enriquecer los textos sin que peligre su sencillez.

Atracones de adjetivos que se indigestan
Hacer de una narración algo estético lleva por derroteros equivocados a los autores. Demasiados adjetivos hacen que el lector se agote en la lectura. Como escritor debes saber dónde está el centro de interés de una oración o párrafo. Si lo importante es el sustantivo no necesitas adornar con demasiados adjetivos que sólo resultan redundantes.

Diálogos que pecan de superfluos
Reproducir escenas y aportar tensión a los diálogos es una labor muy complicada. Muchas veces el lector es incapaz de notar la tensión que genera una disputa . Para evitar que un diálogo se convierta en una serie de líneas de relleno que no cuentan nada están los incisos. Sin abusar de este recurso el autor logrará dotar de vida a las conversaciones y facilitarle una imagen mental más acertada al lector.

Eufemismos de quita y pon
Salinger o Bukowski no tenían miedo de expresarse como cada ocasión lo requería. El escritor no debe temer el uso de tacos o palabras que a priori resultan malsonantes, pero ojo, no se tata de copiar las bases del realismo sucio, sino de buscar la naturalidad.

Rodrigo, escribiste una hermosa prosa poética para hablar de la basura y la mala educación. Excelente!!

Querida Lidia: qué sorprendente coincidencia. No; nunca fui campeón de nada en lo que al deporte se refiere. Pero sí vivo frente al mar hace ya ocho años. Y padezco la misma angustia que tú en los meses en los que los "turistas" (masas desbocadas de gentes sin la menor educación ciudadana) invaden las recoletas calas, las íntimas playas y cualquier rincón aprovechable de la costa. Qué lástima. si al menos eso puliese algo su rudimentario proceder... Pero no; sólo montones de basura invadiendo los maltratados lentiscos, entre los "margallones" (palmitos), o cubriendo las praderas apenas insinuadas bajo los pinos. Así hasta octubre bien avanzado. Luego llega una cierta paz en la que los residentes aprovechamos para pasear por los restos del campo de batalla. Bien está; es la "democratización" del turismo. Lo malo es que este concepto está tan degradado, la masificación turística es tan galopante e invasiva que apenas puedes encontrar reductos de paz. Yo ya me refugio en los documentales del National Geographic, y allí disfruto de las inmensas soledades de la Patagonia y admiro el Perito Moreno sin apreturas.

Y pensar que fui campeona argentina de natación 400 mets, 4 estilos cuando tenía 17 años!! Ah, qué tiempos!!
Vivo frente al mar y hace seis años que no piso la playa. La dejo para el millón de turistas que vienen cada año entre diciembre y marzo. Después sí salgo a caminar sin temor a que me lleven por delante. Pero desde mi balcón, veo el mar, tan hermoso y el horizonte infinito.

¡NO! Tú jamás comentaste sobre textos o relatos muertos.

En otro espacio plantearon la posibilidad de escribir un texto muerto, sin dar mayores detalles a que se referían con esa denominación.

En todo caso lo que comentas es lo más acertado, un montón de palabras que posiblemente guarden algunas coincidencias, pero que no tengan vida, incluso que no generen no siquiera un alito de vida en el lector, quien finalmente es capaz de darle vida a cualquier texto, o relato.

Gracias.

Contra la artrosis, ademas de mucha resignación, no sé que te puedo recomendar, menos mal que no eres atleta de alta competencia. Y tus mayores dotes las puedes realizar, sentada, y si te exiges mucho, hasta acostada.

Un abrazo.

JJ: salvo los ligamentos, todo lo demás está comido por la artrosis.

Por favor decime en qué parte hablé del texto muerto, porque no me acuerdo. En principio se entiende por un texto muerto un texto que no dice nada por más que ocupe 20 páginas, un texto que no resuelve el conflicto ni nos muestra a los personajes en forma clara.
Pero si me recordás de donde lo sacaste, quizás le haya dado otra acepción. Estuve buscando en mis posts pero no lo encontré.