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EL TERRITORIO DE LA NOVELA
Observador
Observador
02-07-2014 13:30

Muchas gracias por esta valiosa información, César. Con tus ejemplos pones de manifiesto la complejidad que supone estructurar una novela. Personalmente, fue la fase que más trabajo me costó. Y es que hilar bien los diferentes episodios de una historia no es una tarea sencilla. Hay que tener muchos factores en cuenta; el más importante es que la trama resulte atractiva para el lector.

Un fuerte abrazo, compañero.

Cesar Garcia Cimadevilla
Cesar Garcia Cimadevilla
01-07-2014 14:55

ESTRUCTURA DE LA NOVELA

Se podría decir, sin faltar a la verdad, que estructurar una novela es como diseñar un edificio y levantar el andamiaje, solo que en el caso de la novela no hay que pedir licencia de obra, algo que no podemos garantizar para el futuro dados los tiempos que corren.

Cada historia requiere una estructura distinta. Habrá historias que son tan sencillas, tan lineales, tan cronológicas que basta con escribir la historia de principio a fin y decidir si vamos a utilizar el diseño de los capítulos o vamos a dejar las escenas separadas por espacios en blanco o vamos a utilizar cualquier otra forma de diseño que ayude al lector a visualizar mejor la narración. En cambio otras historias son tan complejas que requieren una verdadera obra de ingeniería, un diseño arquitectónico complejo y bien fundamentado si no queremos que todo se venga abajo. Cada autor decidirá en función de la historia, del número de personajes, del ritmo que desea darle, de si quiere una ciudad, un edificio o un universo.

A veces se puede tener clara la estructura desde el principio y otras veces uno tiene que modificarla a la mitad de la historia y eso supone empezar de nuevo. También puede influir la clase de narrador elegido, si elegimos una primera persona y cambiamos a tercera conforme la historia se va desarrollando puede que eso afecte también a la estructura.

Las estructuras pueden ser desde lo más simple a lo más complejo. Vamos a analizar un poco la teoría de la estructura y luego pondré algunos ejemplos para que se entienda mejor.

ESTRUCTURA CRONOLÓGICA

La historia comienza en un momento del tiempo y sigue adelante, con los saltos y elipsis que el autor considere oportunos. En este caso sería una historia lineal como sucede en el Ulises de Joyce, veinticuatro horas en la vida del protagonista. Claro que el simple hecho de elegir una historia lineal y cronológica no implica que la estructura tenga que ser necesariamente sencilla. En el caso del Ulises la estructura es muy rebuscada puesto que el autor, que confesó a algunos amigos que se había dejado guiar por el Ulises de Homero, al utilizar el monólogo interno como base de largas partes de la historia mezcla historias exteriores con fantasías interiores de la mente del personaje y con un conjunto de juegos de todo tipo al que Joyce era muy aficionado. El resultado es una estructura tremendamente confusa que los analistas y críticos han diseccionado para el lector. En la mayoría de las ediciones del Ulises se hace una introducción explicando un poco de qué va cada capítulo, porque el lector se puede perder con suma facilidad.

Lo normal en una historia cronológica lineal es que todo sea muy sencillo y todo el problema consista en elegir primera o tercera persona para el narrador, separación en capítulos o en espacios en blanco, títulos de escenas o capítulos más o menos reveladores o divertidos, etc. Pero puede ocurrir que al autor le interese viajar al pasado a través de flashback mientras sigue contando la historia presente de forma cronológica. Esto ya supone un delicado estudio de la estructura, puesto que si nos equivocamos el lector puede sentirse perdido y no saber muy bien cuándo se cuenta una historia del pasado o del presente y si el personaje en realidad está soñando o recordando. Para evitar esto existen técnicas tan sencillas como la del dato cronológico. Te puedes limitar a contar la historia presente encabezándola con EN EL MOMENTO ACTUAL, como suelen hacer en el cine, y la historia pasada con HACE DIEZ AÑOS o con fechas más concretas. Se pueden utilizar trucos más sofisticados y creativos pero eso es algo que hay que medir muy bien para que el lector te pueda seguir sin excesiva dificultad. No soy de los que opinan que hay que aguijonear al lector y poner obstáculos en su camino para que se haga interactivo. No se trata de un combate de boxeo con el lector, a ver quién gana, sino de que la estructura sea la mejor para la historia y si al lector hay que marearle o hacerle correr los tres mil obstáculos sea por una razón poderosa y no porque el autor sea un sádico.

ESTRUCTURA PARALELA CONVERGENTE

Es una estructura muy moderna y que se observa sobre todo en novelas de fantasía o ciencia ficción con muchos personajes y la mayoría interesantes e importantes. Se trata de contar lo que le está sucediendo a un personaje desde su punto de vista. Se termina en el momento adecuado y se enlaza con lo que le está pasando a otro personaje que está en otro lugar y al que le ocurren cosas diferentes. Se pueden crear de esta manera varias historias paralelas y que tienden a converger, porque de otra forma el final sería de risa, cada uno muriéndose por su lado… es un decir. En algunas novelas de fantasía he visto hasta seis historias diferentes o incluso más.

El problema de las historias paralelas convergentes es el de no repetirse y aquilatar mucho lo que se debe contar de uno u otro personaje, porque si se repiten datos que no aportan nada, ni perspectivas diferentes e interesantes del mismo hecho, el lector se acabará “rebotando”. “Esta autor es tonto de capirote”. También puede ocurrir que una historia sea muy interesante y que al lector le duela dejarla para retomar otra que le aburre, en ese supuesto puede incluso sentir la tentación de abandonar las historias secundarias y quedarse con las principales, lo que sería un estrepitoso fracaso. Por desgracia ese es el mayor riesgo, porque aunque todas las historias fueran igualmente interesantes, profundas, con el mismo ritmo, lo que es sencillo, a cada lector le gusta un personaje o una historia determinada, sin que por ello tenga que justificarse. Me ha ocurrido con algunas sagas de fantasía donde las historias paralelas son varias y en las que he vivido todo tipo de experiencias como lector, desde sufrir por dejar una historia pero sentir tanta curiosidad por la siguiente que no me ha importado dejar la anterior, hasta no soportar que me corten la historia con más suspense para narrarme otra historia aburrida que dan ganas de saltarse, hasta sentirme tan a gusto con todos las historias que sufro cada vez que saltan de una a otra.

Las historias paralelas son muy arriesgadas, el autor debe estudiar hasta qué punto le compensa estructurar así su novela. Si lo exige la misma historia, de acuerdo, si es una forma de “pillar al lector” puede que el que se pille los dedos sea el autor.

ESTRUCTURAS VEROSÍMILES, OMNISCIENTES, REALISTA, PERIODÍSTICAS

No estoy de acuerdo con el principio básico de algunos novelistas que dicen que una historia debe ser siempre verosímil. Hay novelas de fantasía o ciencia ficción que son poco verosímiles y sin embargo son grandes historias que te atrapan. Lo que sí hay que hacer es diseñar la estructura según la perspectiva básica. Si la historia es inverosímil, como acostumbran a ser muchas de mis historias, especialmente las humorísticas, es preciso encontrar la argamasa para unirlas, que bien puede ser un personaje o un hecho sólido que se mueve en una dirección, tal como un reloj, por ejemplo. Puedes narrar una historia inverosímil, pero su estructura interna debe tener sentido y lógica, yo diría que cuanto más inverosímil es la historia, más estricto debe ser su mecanismo interno.

No es lo mismo elegir un narrador omnisciente que como Dios lo ve todo y está en todas partes, que un narrador “testigo” que solo puede estar en ciertos sitios y momentos de forma verosímil y el resto son “testimonios” que le llegan de otras personas o una primera persona que es finita y limitada como todos los mortales. No es lo mismo elegir un tipo de narración periodística en la que un periodista o detective va recopilando datos y moviéndose de acá para allá, que un narrador frío y objetivo que narra todo como si estuviera allí pero dejando bien claro que no lo está, que es como una máquina o un robot, una especie de grabadora puesta en marcha por mano oculta, un “deus ex machina”.

También puede ocurrir, y no es tan insólito, que a lo largo de una historia un autor vaya cambiando, tanto de narrador como de estructura. En unos momentos hace de narrador omnisciente, en otro pasa a primera persona, para volver a tercera sin la omnisciencia, unas veces va para adelante y otras para atrás, en algunos momentos decide contarnos lo que pasa en varios sitios a la vez y en otras se mantiene en un lugar y en un tiempo e ignora lo que pasa en otros lugares o tiempos hasta que un personaje o una noticia le da cuenta de ello. Todo esto puede estar bien, pero hay que andarse con cuidado. Me he encontrado novelas en las que estos cambios desmantelan la historia, cansan al lector y hacen tan inverosímil todo lo que sucede que uno termina por mandarlo todo a freír espárragos. Cualquier estructura puede ser buena si está al servicio de la historia y de los personajes, si lo que se busca es “epatar” el lector, jugar con él o incluso maltratarle sádicamente, los resultados pueden ser feroces para el autor.

ALGUNOS EJEMPLOS

Mis mayores dificultades con la estructura han nacido de historias delirantes, normalmente humorísticas. La mayor dificultad la encontré con mi novela humorística Crazyworld. Voy a analizarla un poco para que os deis cuenta de las dificultades que conllevan algunas estructuras narrativas.

La historia es de todo punto inverosímil y delirante. No se sitúa en el tiempo ni en el espacio, si bien el lector atento saca en conclusión que ocurre en un estado desconocido de USA en un tiempo muy cercano al nuestro o en un futuro cercano.

Estamos en un centro psiquiátrico para millonarios, cercado, de donde nadie puede salir, ni entrar sin permiso. Esto implica justificar por qué en un país democrático ha podido ocurrir algo así y de qué forma las autoridades se mantienen al margen. Como la historia es inverosímil y delirante me he limitado a dar un poco de lógica interna, humorística a todo ello, buscando más el divertimento y la risa que la seriedad lógica apabullante.

La historia comienza en un punto concreto. El protagonista tiene un accidente cerca de allí, se mueve en plena noche, buscando ayuda y al llegar ante una puerta con cámara y alerta, logra llamar la atención antes de caer inconsciente.

La estructura básica de la historia es la siguiente:

El personaje se despierta y ante su consciencia van a ir pasando multitud de personajes que tienen una argamasa que los une. Todos están en Crazyworld, todos son pacientes o personal del centro. La historia va a ir avanzando conforme el protagonista se va enterando de cosas o se las van contando pacientes o personal.

Su amnesia es un truco narrativo para que todas las historias delirantes que le van ocurriendo o le van contando no desentonen demasiado del universo real del que se supone ha llegado nuestro personaje. Al ignorar su pasado y tener que enfrentarse al presente el delirio de lo que está viviendo queda atenuado, como una anestesia le priva al paciente que va a ser operado de la angustia, el terror y toda la dureza de la realidad.

Como los personajes son tantos y tan variados y tan delirantes es el protagonista quien los selecciona y va contando su historia como un narrador ordenado y meticuloso. Le he puesto como narrador-colaborador a un paciente, Jimmy, el pecas, que desbarata su narración ordenada y cronológica con sus saltos en el tiempo y el espacio, dando un toque de intriga y sorpresa a lo que sería una narración clásica y ordenada. Todos los personajes de la historia irán colaborando con sus narraciones a que el caos sea total cuando así se precise o muy ordenado y compartimentado para dar un repaso al lector. Los flashback se producen por varias causas básicas: el personaje recupera la memoria poco a poco, los pacientes o personal le cuentan cosas que han pasado, las cintas con grabaciones de episodios pasados caen en manos del protagonista por diversas causas.

Podría poner más ejemplos, pero creo que me he extendido demasiado. Un saludo.

Observador
Observador
01-07-2014 12:49

Muy interesante esta experiencia que nos has contado, Grego. Si escribir una novela ya tiene su dificultad, hacerlo entre dos personas, que además están separadas físicamente por tanta distancia geográfica, es el doble de difícil. Todo un reto.
Gracias por compartir tu experiencia con nosotros. Un fuerte abrazo, amigo.

Gregorio Tienda Delgado
Gregorio Tienda Delgado
30-06-2014 23:29

Cómo nació la novela corta, titulada LAZOS ROJOS.

BRISA MATINAL, (Roxana Griselda la Penna), y yo, escribimos entre los dos, un relato en Grupo búho, para un concurso de los que allí hacíamos. Y como quedamos bastante bien, me propuso escribir algo con más extensión. De ahí nació la idea. Un vez elegido el tema y el entorno donde se iba a desarrollar, Roxana creó el personaje protagonista, el primer personaje secundario, y empezamos a escribir sin saber muy bien cuántos capítulos ni cuántos personajes secundarios más aparecerían, teniendo en cuenta, que era un ensayo para ver nuestras posibilidades y ni siquiera teníamos claro qué nos iba a salir. Pero, a medida que avanzábamos, vimos que no era tan difícil como pensamos al principio. Los demás personajes secundarios los fuimos creando sobre la marcha, y moldeando a capricho del personaje protagonista, un personaje muy variable que casi fue cobrando vida propia, y condicionando, en parte, el curso de la novela.

Fue una experiencia muy enriquecedora literariamente, más aún, por lo que supone la distancia, (ROXANA VIVE EN ARGENTINA, YO EN ESPAÑA) y, la diferencia en el léxico, que dio a la novela cierta gracia que hace muy agradable su lectura.

Por otra parte, también fue gratificante aunar criterios, con lo que la obra es una síntesis de tendencias de pensamiento, cuyo resultado es un todo armónico y coherente.

Por último, fue un placer para mí, escribir junto a una gran escritora, que lo es, Roxana Griselda La Penna.

Pero… escribir la misma novela entre dos personas, y además, separadas por la distancia de 8.000 kilómetros, es un doble reto. Roxana escribía unas páginas, me las enviaba, yo continuaba y le enviaba el conjunto, y así sucesivamente, hasta el final.

Ello contribuyó a dilatar el tiempo. Y lógicamente, una vez terminada, hubo que repasar y corregir. Finalmente, fueron 7 personajes, 8 capítulos, 109 Páginas en formato A5.

Con esa exigua experiencia, creo que escribir una novela (corta) no es tan difícil como se piensa cuando no se ha experimentado.

Este es un pequeño resume, o sinopsis:

Una famosa escritora se traslada a vivir a una mansión situada en las afueras del pueblo.

Necesita un lugar más tranquilo para escribir. Y... cuando toma posesión de la casa, comienza para ella un viaje hacia lo inexplicable. Un viaje hacia su interior, que no tiene final.



Me gusta soñar despierto... dormido tengo pesadillas.
Observador
Observador
30-06-2014 18:49

Entramos en la fase, a mi juicio, más delicada de nuestra novela. De la forma en que abordemos esta etapa dependerá que nuestra obra pueda o no interesar al lector. Entre otras tareas, en este apartado construiremos la trama de nuestra historia, es decir, la organización de los principales nudos de acción dentro de nuestra novela, atendiendo también a las subtramas que se deriven de la historia principal. Si consideramos la novela como una urdimbre, la trama es la organización de todos sus hilos básicos para que se entrelacen con eficacia. Conectar los hechos es la función de la trama.

7. Estructura de nuestra novela. Esquema general.

Cada autor tiene una manera particular de organizar su novela, aquí no hay reglas fijas. Hay escritores que prefieren trazarse un plan o croquis previo; otros avanzan casi a ciegas, con una especie de brújula mental. Otros no eligen método alguno o utilizan uno distinto cada vez. Yo reconozco que soy de los que necesitan estructurar la novela y construir previamente un esquema general, con el fin de tener una guía para saber cómo voy a abordar la historia antes de escribirla.
El esquema permite establecer el plan de la novela. Si se piensa distribuirla en capítulos, estos se pueden planificar, así como el número de ellos, extensión y características de cada uno. También puede escribirse una novela sin capítulos y el esquema general puede hacerse según ciertos parámetros, como los nudos de acción o los personajes.
Intentaré abordar este apartado de una manera práctica. Para estructurar mis novelas y crearme el esquema general las distribuyo en capítulos. Al igual que otros muchos autores, yo utilizo el argumento para construir los capítulos de mi historia. Lo que hago, sencillamente, es dividir el argumento que he escrito con anterioridad en partes (como si troceara esa síntesis); esta división está hecha atendiendo a los principales nudos de acción de la novela. Cada una de esas partes constituye un capítulo de la obra (veinte partes, el mismo número de capítulos, etc...). Esto no siempre es así de matemático, a veces de una parte surge más de un capítulo, todo depende de la importancia de ese nudo de acción y si necesitamos más de un capítulo para contar un determinado hecho. Esta distribución es muy personal; cada autor tiene un criterio diferente. Estas estructuras no obedecer a regla alguna, sino a la lógica interna de cada escritor.
Cuando tengamos decidida cuál va a ser la distribución en capítulos de nuestra historia, tomaremos notas antes de desarrollar cada capítulo sobre su contenido, los personajes principales y secundarios que intervendrán y todas aquellas descripciones o explicaciones que habrán de integrarse en la narración.
Esta fase no es definitiva, y permite que se incorporen nuevos materiales literarios a medida que vayan surgiendo durante la redacción de los capítulos.
Es el momento de decidir, eso sí, la secuencia de los episodios, es decir, de los hechos puntuales que forman parte de un todo; si deseamos que se sucedan cronológicamente o si preferimos empezar a contarlo a partir de un determinado momento, bien después de ocurrir los hechos o bien cuando ya han empezado a sucederse y solo tenemos que contar los precedentes para que el lector los conozca y pueda incorporarse al discurrir de los nuevos.
Dada mi inexperiencia en la escritura de novelas, los episodios de mis dos historias están escritos cronológicamente, es decir, del más antiguo al más reciente. Creo que para un escritor novato en estas lides es más sencillo escribir de esta manera. Más adelante, cuando tengamos más experiencia, podremos jugar con el orden de los episodios.
Confieso que esta fase de la estructura de la novela fue la que más trabajo me dio. Cuando planifiqué mi primera novela, no sabía cómo debía hacer el esquema general de mi historia. Tampoco encontré ni en Internet ni en los libros técnicos que consulté ninguna referencia clara sobre cómo estructurar una novela; la mayoría de las explicaciones que daban eran muy complejas y ambiguas, tampoco te ponían ejemplos prácticos sobre cómo hacerlo. Así pues, tomé la decisión de dejarme llevar por mi intuición. Así fue como surgió la idea de dividir en partes el argumento de la obra.
A continuación, como ejemplo práctico de estructura de una novela, os escribo el esquema de los dos primeros capítulos de La fábrica de sueños. La novela tiene un total de quince capítulos.

Capítulo I:

Grupo de cinco mendigos al día siguiente por la mañana en el lugar donde viven: un subterráneo que hay debajo de un parque. Presentación de personajes (solo por los apodos y su actitud al levantarse de sus camastros de cartón). Cada mendigo se va a su tarea diaria. Descripción de las ocupaciones de cada personaje. En este capítulo hablaré también de las historias personales del "Rapero" y del "Pegamoide".

Capítulo II:

El grupo de mendigos se reúne en un banco del parque para comer. Cada uno comenta cómo le ha ido el día. Todos aportan la comida que han podido conseguir para el grupo. Enrique (“El abuelo”) les comenta que ha visto una antigua fábrica, que está deshabitada, y les sugiere que la ocupen en lugar de vivir en el subterráneo. Les propone crear, además de su hogar, un centro de actividades culturales. Les cuenta su proyecto. En este capítulo intercalaré también la historia personal de Enrique.
Los mendigos, en un principio, no le hacen caso. Le dicen que no quieren meterse en problemas ocupando la nave. Enrique intenta convencerlos con argumentos. Fuerte oposición de uno de los miembros del grupo, “El esponja”. “El abuelo” les dice que no tienen nada que perder, porque ya lo han perdido todo. Después de un largo debate, logra convencerlos, salvo al “Esponja“, que se niega a ir con sus compañeros a la vieja fábrica para rehabilitarla.

Bueno, pues yo creo que para que os hagáis una idea de cómo se puede construir un esquema general es suficiente con este ejemplo de dos capítulos. Tampoco es cuestión de aburriros escribiendo aquí el esquema de los quince capítulos que tiene la novela. En definitiva, de lo que se trata es de hacer un pequeño resumen previo donde indicaremos el contenido de cada capítulo.

Aquí finaliza esta sesión. Espero que os haya resultado útil este material. Agradecería que me contarais vuestras experiencias en las estructuras de vuestros textos.

Observador
Observador
26-06-2014 13:23

Muchas gracias por tu interesante aportación, César. Leyendo tus comentarios en este espacio, me doy cuenta de lo mucho que me queda por aprender acerca de los personajes y de lo difícil que es trabajarlos con eficacia para que resulten convincentes para el lector.

Un fuerte abrazo, compañero. Es una suerte poder contar con tus intervenciones en este hilo.

Cesar Garcia Cimadevilla
Cesar Garcia Cimadevilla
26-06-2014 11:58

CÓMO TRABAJAR CON LOS PERSONAJES

Javier ya lo ha expresado pormenorizadamente y yo dejé un enlace a los modelos de personajes, así que me centraré más en cómo construir un personaje desde dentro, no en su técnica o en los modelos a utilizar. Como ya dije lo normal en estos casos es construir el personaje a partir de una historia y no al revés, salvo en mi caso que alguna de las historias, especialmente las humorísticas, están construidas para servir al personaje, pero es que yo soy muy raro, no me hagáis mucho caso.

Una vez que se tiene la historia y se ha esbozado el personaje puede ocurrir que en algunas ocasiones la historia crezca y evolucione por su cuenta y el personaje tenga que ir a remolque y otras veces que el personaje madure, crezca y evolucione tan desmesuradamente que haya que ir corriendo tras él con la historia.

Cada personaje es un mundo como cada persona es un universo, no hay moldes para los personajes y éstos funcionan de forma diferente en cada historia. Lo que yo suelo hacer es ponerme en la piel del personaje, como si fuera un actor y lo tuviera que interpretar en el teatro o en el cine, a partir de ese momento y siguiendo la historia los personajes van evolucionando hasta alcanzar la mayoría de edad, se van de casa y viven por su cuenta. Ese es el ideal del personaje, que viva su vida aunque sea en contra de los designios de su autor, su padre.

Creo que la mejor forma de entenderlo es poner unos ejemplos:

PERSONAJE AL SERVICIO DE UNA HISTORIA

Tengo una serie de relatos unificados por el mismo personaje y que he titulado "El detective". La génesis de este personaje es la siguiente: Quiero hacer una especie de parodia humorística de los famosos detectives de novela negra. Me baso especialmente en el Marlowe de Chandler. Creo un personaje a grandes rasgos y dejo que crezca, por no tener no tiene ni nombre. Comienzo con historias cortas, escenas, una rubia despampanante entra a su despacho y le pide que investigue... El personaje se va mostrando como es, cínico, solitario, desengañado de la vida. Su actuación se adapta a cada episodio. Con el tiempo va creciendo y evolucionando como personaje. NO he esbozado antes su pasado y todos sus rasgos físicos y psicológicos están en la niebla, según la necesidad de cada historia me veo precisado a desarrollarlo un poco más en cada episodio.

PERSONAJE PSICOLÓGICO BASADO EN EXPERIENCIAS AUTOBIOGRÁFICAS

Tengo al menos media docena de novelas basadas en vivencias personales. En estos casos mi método es muy diferente, en sentido contrario a la construcción normal de otros personajes. Aquí no se trata de crear un personaje desde la nada, sino de "deconstruir" o "demoler" un personaje que ya existe. La técnica que utilizo es muy sencilla. Voy quitando características importantes de mi personalidad o de las vivencias en las que me baso. Si dejo de ser gordo se puede decir que cambio drásticamente como personaje puesto que debo imaginarme como un hombre delgado y cómo me sentiría. Si dejo de ser casado tengo que retroceder a mis años juveniles e imaginarme como soltero y solo en la vida, como "single", o bien me imagino como separado o viudo, etc. Está claro que el personaje ya yo soy yo al cien por cien y todo lo que no soy es ficción, el personaje deja de ser real y se va transformando en ficticio. Conforme cambio mis características físicas o psicológicas el personaje va cambiando y conforme modifico mis experiencias y vivencias en detalles que para mí no son importantes puesto que fueron mis emociones y tragedias personales interiores lo importante, para el lector la historia pasa a ser plenamente ficticia puesto que, por ejemplo, saben que yo no viví en tal lugar, no tengo determinada profesión o no tengo tal edad, etc. Los lectores que gustan de buscar datos autobiográficos en las novelas de sus autores favoritos suelen ser fácilmente engañados y manipulados. Lo que realmente somos lo somos por dentro y como es imposible que nadie nos conozca al cien por cien por dentro basta con cambiar algunos detalles exteriores para que engañemos al lector.

PERSONAJE CON EL QUE NO TENEMOS NADA QUE VER

Me ha pasado en bastantes historias. Ni siquiera poniendo mi nombre real al personaje siento la menor identificación. Esto suele pasar en personajes de pura fantasía o tan malvados que resulta complicado ponerse en su piel. Esto es así en asesinos en serie en un thriller, por mucha imaginación que tengamos el visualizarnos asesinando a alguien que no conocemos y que es una persona tan real como las que están en nuestro entorno, es muy, muy complicado, será por eso que en la mayor parte de las novelas negras o thriller, los asesinos están siempre en la sombra y apenas esbozados. Solo recuerdo un caso en el que el asesino tiene una personalidad apabullante, se trata de 1280 almas de Jim Thompson, una original historia en la que el asesino es el propio sheriff que investiga los crímenes y la historia está narrada en primera persona. Ahora recuerdo otro título, El asesino dentro de mí. Cualquier historia protagonizada por un asesino y mucho más si la historia la cuenta él exige un extraordinario trabajo en la creación del personaje.

También hay otros personajes de este tipo, por ejemplo en las historias de fantasía o ciencia-ficción. En mi caso me he enfrentado a ello en mi trilogía de ciencia ficción "Diario de Ermantis". Ermantis es un anciano de más de 300 años (viven mucho en aquel planeta) que nos cuenta su vida hasta alcanzar la jefatura del Consejo planetario y cómo un cataclismo hace que tengan que evacuar el planeta, él se queda allí, esperando la muerte. La dificultad de ponerse en la piel de un personaje de trescientos años es muy grande y no digamos cuando tienes que vivir en un mundo ficticio donde las cosas se parecen muy poco a la realidad que vivimos aquí todos los días. En estos casos no hay otra solución que echar mano de la imaginación y la empatía, actuar como un actor al que le han dado el papel de un personaje difícil y tiene que estudiarlo y meterse en su piel poco a poco.

PERSONAJES DE DISTINTO GÉNERO

Aunque nos pueda parecer divertido y no demasiado complicado ponerse en la piel de un personaje de género distinto al nuestro, si eres hombre un personaje femenino y si eres mujer uno masculino, lo cierto es que resulta de una complicación endiablada. Si nos limitamos a crear un personaje títere o secundario, que solo entra y sale en las escenas, por así decirlo, no es tan complicado, pero si no solo se trata de un personaje importante, sino protagonista, y además te empeñas en utilizar la primera persona, la complicación es laberíntica y eso nos ayuda a hacernos una idea de lo diferentes que somos las personas de un género o de otro.

En mi caso he llegado al máximo de experimentación creando un relato, dentro de mi serie "Mi vida ficticia",en el que rizo el rizo puesto que un hombre sufre un extraño trauma en una experiencia cercana a la muerte y cuando recobra la consciencia su cuerpo es femenino. El proceso que sigue hasta aceptar ese cuerpo y adaptarse a la personalidad femenina que brota a cada instante, a través de las emociones, las hormonas y la reacción del entorno es apasionante, al menos a mi me lo pareció mientras intentaba escribirlo, pero la verdad es que no hay nada más complicado que crear un personaje del sexo opuesto al del autor, sobre todo si éste es un personaje importante, clave en la historia o incluso la protagonista que narra en primera persona. Este trabajo es tan terapéutico que lo recomendaría a psiquiatras y terapeutas y especialmente a los que trabajan en casos de violencia de género. Obligar a un maltratador a escribir una historia poniéndose como personaje femenino o a escenificar un papel femenino sería una terapia de choque impresionante, tanto que posiblemente la resistencia de estos maltratadores fuera feroz.

PERSONAJES PRINCIPALES Y SECUNDARIOS

La tentación de trabajar mucho menos al personaje secundario es muy fuerte, sobre todo si la historia que estás escribiendo tiene muchos personajes. Piensas que ya has trabajado bastante y decides que los secundarios son como títeres que aparecen y desaparecen. Esto puede destruir la mejor historia porque el lector no es tonto y se dará cuenta de que todos los personajes secundarios son de papel. La historia se resiente y mucho. Es como si en el cine español los actores secundarios fueran malísimos. Todos conocemos películas emblemáticas en las que los actores secundarios son buenísimos y la película ha mejorado mucho, como en Bienvenido Mr. Marshall, con Pepe Isbert. Con otro actor secundario muy malo no hubiera tenido la menor gracia. Hay que trabajar los secundarios y si nos asusta tanto trabajo para tan poco podemos ilusionarnos con utilizar esos personajes en otros historias. Es lo que hago y me da buen resultado.

Podría poner muchos más ejemplos, pero creo que con estos son suficientes. Si uno mira la creación de sus personajes como si estuviera interpretando como actor una obra o una película todo se hace más ameno y divertido.

Observador
Observador
23-06-2014 12:23

Una vez que hemos fijado las bases de nuestra novela y hemos escrito su argumento, podemos tener una idea más definida de los personajes que van a intervenir en nuestra historia. Ahora que ya sabemos cuáles van a ser los principales nudos de acción, porque los hemos detallado en nuestra síntesis, también podremos concretar quiénes se van a encargar del desarrollo de esos hechos. Ya estamos en disposición, por tanto, de detallar la lista de los actores literarios, sus características, tanto físicas como psicológicas, sus relaciones con otros personajes y el papel que desempeñarán en nuestra novela.

6. Desarrollo pormenorizado de los personajes:

Volvemos al tema de los personajes para desarrollarlos en profundidad. El autor debe tener un conocimiento exhaustivo de sus personajes antes de darles vida en la novela. Esto implica elaborar una información detallada de cada uno de ellos, aunque estos datos puedan no utilizarse posteriormente en la escritura de la obra. La pregunta clave que debemos hacernos es: ¿Qué hace cada personaje en la novela, qué acción realiza para demostrar su función?
Para ello, muchos escritores se crean las llamadas fichas de personajes, cuya función es llevar a cabo una investigación para conocer a los actores de su novela en profundidad.
Por supuesto, cada autor puede elaborar las fichas de personajes como considere oportuno para dejar plasmada esa información. Estas fichas son muy útiles para poderlas consultar en cualquier momento por si no recordamos las peculiaridades de un determinado personaje. De esta forma también evitamos incurrir en contradicciones, dando a un personaje en un capítulo de nuestra historia unas características que no le habíamos atribuido anteriormente.

Veamos algunos ejemplos prácticos sobre fichas de personajes:

Nombre del personaje: César Ramil Montoriano.

Función en la novela: protagonista.

Edad: 34 años.

Carácter: emotivo, colérico.

Retrato moral: farsante, embustero.

Retrato físico: bajo, manos grandes, tez colorada.

Relaciones: su madre es una ama de casa inculta, no tiene padre. Su hermano hace la mili en Ceuta, no se hablan. Sus amigos pertenecen a un partido de extrema izquierda.

Anhelos: le gustaría ser piloto de pruebas.

Lugares que frecuenta: el restaurante del puerto y el local social donde se reúne con sus compañeros.

A continuación, un ejemplo más detallado:

Ficha del personaje: Irina Davidova

1. Aspecto físico.

a. Sexo, edad: femenino, veinte años.

b. Apariencia: es blanca y tiene contextura delgada. Su cabello es rubio y largo y lo usa atado. Su rostro es agraciado, a pesar de que es ciega de nacimiento.

c. Vestimenta: viste en forma informal, con pantalones de mezclilla y remeras.

d. Defectos: es sumamente tímida y solo confía en su novio y en Luther Scott, quien la cuida.

2. Historia.

a. Lugar de origen: es rusa, pero cuando era muy pequeña, sus padres emigraron a Rumanía, donde se crió.

b. Familia, parientes, amigos: es huérfana pues sus padres murieron cuando tenía cuatro años. No se le conocen parientes vivos. Sus amigos son Luther Scott, quien la sacó del circo donde trabajaba, y su novio, Maurice Dupré.

c. Ambiente y educación familiar: Irina pasó la mayor parte de su vida en orfanatos.

d. Estudios: tiene educación primaria y secundaria.

e. Ocupación: se desempeñó como adivina en un circo.

f. Hechos clave de su vida: muerte de sus padres, noviazgo con Maurice.

3. Psicología.

Es tímida y reservada, a causa de las visiones que comenzó a experimentar en la adolescencia, que la hicieron objeto de burla. Desea encontrar un hogar y por eso Maurice es lo más importante de su vida.

4. Posición y función en la novela.

Es un personaje secundario, que contribuye con sus dotes de vidente a desvelar el misterio que rodea al protagonista.

Otro ejemplo diferente de ficha de personaje podría ser:

Don Lorenzo:

Tiene algo más de 50 años. De baja estatura y algo obeso. Ha estado casado tres veces, pero desde hace seis o siete años vive solo en un edificio antiguo situado en el centro de la ciudad que han reconvertido en apartamentos modernos bien dotados de servicios. Tiene fama de inconstante en sus relaciones de pareja y las trabajadoras de la oficina procuran evitarle o, por lo menos, intentan no quedarse solas con él ni coincidir en los ascensores o lugares estrechos. Es el organizador de los actos culturales del Ayuntamiento y le gusta exageradamente salir en los periódicos, sobre todo si es acompañado de estrellas televisivas y chicas jóvenes. Tiene pocos amigos, aunque la mayoría de los compañeros prefieren llevarse bien con él.

Para terminar, voy a escribir a continuación las fichas de los dos protagonistas de mi segunda novela, La fábrica de sueños:

Protagonistas:

-Enrique Martín (“El abuelo”):

Representa la creatividad. Ex catedrático de sociología. 58 años. Pelo y barba blancos, complexión delgada, ojos azul claro. Aspecto de anciano. Está separado y tiene dos hijos. Capacidad de convicción. Rebelde y crítico con la sociedad actual.
A consecuencia de la ruptura de su matrimonio, se abandonó completamente; le dio por la bebida y lo perdió todo. Vive en la calle desde hace años y comparte sus horas con un grupo de indigentes.
Siempre quiso hacer algo en beneficio de las clases desfavorecidas, pero cuando pasa a formar parte de ese grupo social, se siente incapaz. En el momento en que se le ocurre la idea de crear el centro de actividades culturales recupera la ilusión por vivir.
No soporta el poder establecido y desconfía de la clase política.
Tiene una gran fuerza de voluntad para conseguir lo que se propone.
A pesar de su estado de deterioro, logra convencer a sus compañeros para que participen en su proyecto.

-Adolfo Aldana:

Representante institucional. 35 años. Político ambicioso. Líder de la oposición a la alcaldía de la ciudad. Tiene dos carreras universitarias y varios masters. Prototipo de “yuppie“. Bien parecido, complexión atlética. Moreno, ojos verdes. Casi siempre lleva gafas de sol oscuras. Gran poder de persuasión. Conoce los mecanismos necesarios para convencer a la gente del pueblo. Su ambición no tiene límites. Hará lo que sea, sin escrúpulo alguno, para conseguir sus propósitos. Calculador, inteligente y manipulador. Es capaz de poner siempre a la opinión pública a su favor.
Cuando consigue su objetivo de ser Alcalde, traiciona a los mendigos y derriba la antigua fábrica para construir dos bloques de apartamentos.

Aquí finaliza esta sesión. Espero que os haya parecido interesante este material y que os animéis a contarnos vuestras experiencias en la creación de fichas de personajes para vuestros textos.

Observador
Observador
17-06-2014 12:10

Ana escribió:

Mis cuentos son tan cortos que generalmente no necesitan trabajo previo: se me ocurren, me siento y los escribo. O me siento a escribir sin tener idea de lo que voy a contar, y la historia aparece en el camino. Sólo en algunos casos, por ejemplo si me estoy por quedar dormida y se me ocurre alguna idea, enciendo la luz, escribo en tres o cuatro líneas lo que me gustaría contar, para no olvidarlo, y al día siguiente, o en cuanto pueda, lo desarrollo. No mucho más que eso.
Mi intervención, en este caso, es más para preguntarte. Javier, si tus novelas están editadas y hay alguna manera de leerlas (no sé si ya lo contaste alguna vez; en todo caso no lo recuerdo) Me gustó mucho ese argumento de los mendigos y sus actividades. Me parece un sector social interesante para trabajar sobre la organización, ya que el aislamiento los perpetúa más en su condición de marginales.

Yo tampoco utilizo esquemas previos para escribir mis cuentos, pero he de tener claro antes de comenzar cuál va a ser el final. Quizás sea una manía, pero si no conozco el final, no puedo empezar a escribir. Digamos que antes del inicio de un cuento, me hago un planteamiento mental de lo que quiero contar y cómo terminará la historia. Solo en unos pocos relatos no sabía cómo iban a concluir y me dejé llevar por la trama y los personajes. Lo cierto es que lo paso mal escribiendo si no tengo claro lo que voy a contar. Si no escribo de esta manera, me siento perdido. Necesito trazarme una ruta para escribir.

En cuanto a lo que me preguntas de si mis dos novelas han sido editadas, la respuesta es que no. Nunca me ha dado por intentar publicar nada, ni relatos ni novelas. El escenario de las nubes la tengo pasada a limpio en un documento de Word, pero la segunda novela, La fábrica de sueños, ni siquiera la he escrito en el Word, es decir, todavía está escrita a mano en un borrador. Algún día la pasaré a limpio, pero de momento voy postergando esa tarea por pereza y falta de tiempo.
Escribo por placer y nunca me he planteado dar el salto al mundo editorial.

Un fuerte abrazo, Ana. Te agradezco mucho tu interés y tus intervenciones en este hilo.

Cesar Garcia Cimadevilla
Cesar Garcia Cimadevilla
17-06-2014 11:56

HISTORIA O ARGUMENTO

¿Sirve cualquier historia o argumento para una novela? Sí y no. En la historia de la literatura hay un poco de todo, desde el Ulises de Joyce que se desarrolla durante 24 horas en la vida cotidiana de un personaje, hasta Cien años de soledad de García Marquez que se desarrolla durante un siglo y toda una generación.Se han escrito novelas sobre lo más cotidiano de la vida cotidiana o novelas futuristas y puramente imaginativas (ciencia ficción y fantasía) se han escrito novelas sobre crímenes (novela negra), históricas sobre determinados acontecimientos históricos, novelas de terror, novelas realistas (Un día en la vida de Ivan Denisovich, sobre la vida en un campo de concentración), etc etc. Decía Camilo José Cela, que se negaba a definir la novela, que en ella cabía todo.

Cierto, pero vayamos por partes. Se podría escribir una novela de cualquier cosa, incluso del acontecimiento más nimio del que apenas se podría sacar un relato, solo sería cuestión de alargar el chicle. Pero no se pueden escribir buenas novelas de cualquier cosa. Una buena novela necesita de personajes sólidos, como ya dije, sin ellos se pueden escribir novelas, pero no buenas novelas. Necesita también que el argumento o la historia tenga interés humano, la novela-entretenimiento puede funcionar si sabe divertir bien pero lo que se dice una buena novela necesita mucho más.

Una buena historia, con unos buenos personajes, con un tema humano e interesante, no funcionará bien si no se saben utilizar los recursos literarios y estilísticos, la técnica narrativa. Para ello hay que estructurar el argumento, darle un ritmo y utilizar cualquier técnica literaria o estilística que nos ayude a llegar a buen puerto.

¿Cómo se consigue una buena historia? En mi caso utilizo casi todo. Algunos sueños me han dado grandes historias. Otras veces una noticia de prensa, un recorte de periódico que tengo en una carpeta y que en un momento determinado se me ocurre que puede funcionar como novela. Hay una parte importante de mis historias que nacen de mi propia biografía. Muchos autores desprecian este material, consideran que no hay que mezclar vida con literatura y que cualquier experiencia vital personal contamina la historia de ficción que se va a contar. No estoy de acuerdo. Creo que las mejores historias son las más personales. Se me ocurrirían mil ejemplos de esto en la historia de la literatura. Eso sí, todo material autobiográfico requiere, exige, una transformación en profundidad y un meticuloso trabajo de "novelización".

Decía Graham Greene que una historia comienza en un punto y luego sigue adelante o retrocede, que es así de simple. Y ciertamente lo es. Debemos elegir un punto para comenzar una historia. Los comienzos son importantísimos. El comienzo del Quijote es el comienzo más genial de una novela que se puede encontrar. Elegir el comienzo de la historia es muy, muy importante.

En cuanto a cómo se desarrolla la historia, en eso cada autor es un mundo. En mi caso los pasos habituales que doy para desarrollar un argumento son los siguientes:

-Esbozo de la historia. Un esquema básico, un par de líneas con la idea, lo importante es que no se nos vaya de la cabeza esa idea tan genial que se nos ha ocurrido en un momento determinado.

-Esbozo de los personajes. Es importante, no se puede desarrollar una historia sin desarrollar al mismo tiempo los personajes porque luego habría que hacer cambios en profundidad de la historia o de los personajes que no encajarían una en los otros y los otros en la una. Si desarrollamos un argumento y luego los personajes van por otro lado o contradicen la historia hay que rehacerlo todo, por eso aconsejo ir desarrollando historia y personajes en forma paralela.

-No es esencial saber el final al principio o incluso durante el desarrollo de buena parte de la novela. Esto tiene sus excepciones, como en la novela negra, que si la vas escribiendo sin hacerte una idea del final luego no hay manera de encajar nada si eliges un determinado final. En cualquier historia normal, lo importante es la vida que llevan los personajes, no su muerte. Es como en la vida, vivimos y eso esa lo importante y lo interesante, la muerte luego puede teñir toda una vida, pero es solo el final, no vivimos para la muerte sino que esta nos llega porque es "ley de vida" como decían en mi pueblo en los funerales. Eso sí, cuando se nos ocurra un buen final hay que dejar de lado todo lo que estamos haciendo y escribirlo, porque los buenos finales escasean. Me ha ocurrido a mí con el thriller "Todos estamos solos al caer la tarde". Nunca tuve claro el final y tampoco quién era el asesino en serie, pero un día se me ocurrió cómo debería terminar, lo escribí y a partir de ahí me encajaron muchas cosas, aunque sigo sin ver claro el personaje del asesino.

-Según estructuremos la historia el ritmo será bueno, incluso perfecto o regular, malo o muy malo. Si el ritmo no funciona en una historia el lector se descorazona y aunque haya cosas muy buenas en la novela acaba por cansarse y dejarla. Cada historia tiene su propio ritmo como cada momento de la vida el suyo, no podemos poner música de samba en un funeral, al menos no aquí, en este país y de momento. Con esto quiero decir que a veces el ritmo y la estructura de una historia se subordina a los lectores para los que se ha escrito. Cada autor vive en un país y en una cultura, pretender ser universal "per se" es condenarse a perder mucha carne por el camino. No es lo mismo el ritmo de una novela policíaca, negra, que el ritmo de una novela psicológica. No es lo mismo la estructura narrativa de una novela de fantasía o de ciencia ficción que en una novela convencional. Encontrar el ritmo es tan complicado e imprescindible como llevar "el ritmo en la sangre" en ciertas músicas, música negra, negros espirituales, blues, etc. En esto puede ayudar la técnica pero es algo con lo que un autor nace. Saber estructuras y darle un buen ritmo a una novela va en la fibra del narrador, del "contador de historias". Si tienes buena técnica y has practicado mucho lograrás buenos resultados, pero el saber narrar, el saber "contar" es un don natural.

-El orden es fundamental a la hora de desarrollar un argumento. Con ello no quiero decir que se debe escribir desde el principio hasta el final siguiendo un orden cronológico estricto y no salirse nunca del cauce. No es mi caso, me refiero al orden de saber dónde está todo y poder acceder a los datos de la historia o personaje cuando sea necesario. Yo suelo escribir según la inspiración, comienzo la historia, se me ocurre una buena escena para la mitad y la escribo sin esperar a que llegue su turno. Tomo al vuelo cualquier inspiración que me llegue, porque los caprichos de la musa no son para tomarlos a broma. Pero una vez que tienes las piezas del puzzle lo primero es tenerlas a mano y saber dónde están cuando llega el momento de encajarlas. De otra manera un personaje puede ser de una forma, vestir de una forma, actuar de una forma, en una escena de la novela y de otra completamente diferente en otra. Este sería un trabajo para una "script" en cine. Es esa secretaria de rodaje que toma nota de todos los detalles de una escena y si hay que repetirla ella lee sus notas para que no se cometan errores de bulto. Los novelistas no podemos disponer de una "script" y es una pena, por eso nos tenemos que arreglar solitos. Gracias a Dios la informática ayuda mucho. Se puede hacer una tabla con el nombre y circunstancias de los personajes. Si necesitas algún dato para una determinada escena, abres la tabla y miras. Si anotas en un archivo los esquemas básicos de la historia y de cada escena, solo tienes que abrirlo y consultarlo para saber qué hizo tal personaje en las primeras escenas y los datos esenciales de la historia. Tener que releer hojas y hojas para hacerse una idea de cómo debe funcionar la historia en una determinada escena puede ser un gran tormento y una formidable pérdida de tiempo. Mucho orden, es imprescindible.

Por último, y para no extenderme demasiado, podríamos decir que escribir un relato corto sería como recordar lo que has hecho durante el día, si tienes buena memoria no necesitarías ni tomar notas, si no la tienes tan buena puedes anotar lo que has comido o qué has hecho a determinada hora. Una novela en cambio es como escribir tu biografía, una vida entera. Ni la cabeza más privilegiada puede recordarlo todo y por orden. Necesitas tener a mano las fotos, anotar el nombre de los familiares o personas que te pueden dar datos de esto o de aquello. Llevar un buen calendario de cuándo sucedieron determinados acontecimientos, etc Una novela es como intentar recordar una vida entera, necesitas ayuda, mucha técnica y mucho orden.

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