• Flexibilidad horaria en el aprendizaje y adaptación a cada alumno, en función de su tiempo libre y sus prioridades. El alumno no tiene horarios ni espacios prefijados, por lo que es más fácil conciliar sus estudios con la vida laboral y personal.
• Ahorro de costes, lo que no implica, en contra de lo que pueda creerse, una reducción de la calidad.
• Formación más personalizada al ser individual y al ritmo del alumno, lo que favorece un seguimiento más continuado de la progresión en la formación y de las dudas que puedan surgir durante la misma.
• Ubicuidad: con el desarrollo cada vez mayor de las tecnogías, no precisas estar en un sitio físico, ni tan siquiera tener un ordenador propio. Algunos cursos incluso pueden desarrollarse a través de smartphones o tablets, lo que elimina también barreras de tiempo y distancia.
• Además al unificar todos los conceptos de manera electrónica, el usuario puede obtener la información que necesita en el momento que necesite con sólo hacer un click.