Biocarburantes: el carburante derivado de la biomasa. Una gran variedad de productos de biomasa, como el azúcar de caña, las semillas de colza, el maiz, la paja, la madera y los residuos y desechos animales y agrícolas pueden transformarse en carburantes para el transporte;
Bioplásticos: la producción de materiales plásticos biodegradables a partir de recursos naturales como las plantas;
Aislamiento: la mejora de los materiales aislantes para conseguir viviendas y edificios con más eficiencia energética;
Compuestos plásticos de bajo peso que contribuyen a reducir el consumo de carburante de los coches y los aviones;
Pilas de combustible: cuando se utilizan para hacer funcionar los coches y las motos, las pilas de combustible de hidrógeno producen vapor de agua en lugar de gases de escape;
Nuevas tecnologías de alumbrado, como los diodos de emisión de luz orgánica (OLEDS), que producen más luz con menos electricidad;
Turbinas de viento y paneles solares, que están construidas con materiales producidos por la industria química. Las aspas de metal de las turbinas de viento han sido sustituidas por aspas de poliéster reforzado con fibra de vidrio para resistir las peores inclemencias meteorológicas.