Ponte delante de un espejo, a ser posible que sea uno en el que puedas observarte de cuerpo entero, preferiblemente desnudo. ¿Cómo te sientes ante la imagen de tu cuerpo? ¿Qué tipo de sentimientos surgen? ¿Enfado, descontento, crítica, rechazo...? O ¿quizás experimentas sensaciones más positivas como amor, respeto, aceptación, cariño...? Si no es así, continua delante del espejo. Inspira profundamente y exhala suavemente, tirando del ombligo hacia la columna, para vaciar completamente los pulmones. A la vez que espiras, repite mentalmente que estás echando los prejuicios y sentimientos negativos que sientes. Realiza este proceso 10 veces. Después repite en voz alta 3 veces: "Me perdono por no quererme y envío amor hacia todas las partes de mi cuerpo". Haz este ejercicio diariamente hasta que notes un cambio significativo en tu percepción.
El cuerpo es nuestra pertenencia más valiosa y, a menos que sintamos un profundo respeto hacia él y hacia nuestra persona, nunca lo cuidaremos como se merece. Sin ir más lejos, el mero de hecho de sentir amor ya refuerza el sistema inmunológico.
Felipe Pinia
17-11-2011 19:45
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