Una cosa queda clara: Linux NO es para cualquiera, hay que ganárselo. Te exige interés, constancia, paciencia, curiosidad y las ganas de dejar de lado la pereza mental. Las alternativas a Linux las conocemos todos. Basta elegir alguna de ellas, bajarse los pantalones, pagar el cupo a la banda de turno y dejarse pisotear, espiar y usar.
La libertad tiene un precio y cada uno es libre de decidir si está o no dispuesto a pagarlo. Quien no quiera, pues que siga por la vida con la tableta y el móvil sin privilegios de administrador (que esta gente no hace root) y que pague perfumadamente por el SO restrictivo de su elección para su laptop. Tener la papa lista y masticada cuesta caro y no se paga sólo con dinero…