Acompañaba un lobo a un rebaño de ovejas pero sin hacerles daño. El pastor lo observaba y tenía cuidado de él como un enemigo. Al Principio el lobo le seguía y en ningún momento intentó robo alguno, llegó a pensar el pastor que más bien tenía un guardián de aliado.
Cierto día, teniendo el pastor necesidad de ir al pueblo, dejó sus ovejas confiadamente junto al lobo y se marchó.
El lobo, al ver llegado el momento oportuno, se lanzó sobre el rebaño y devoró casi todo.
Cuando regresó el pastor y vio todo lo sucedido exclamó:
-- Bien merecido lo tengo; porque ¿De dónde saqué confiar las ovejas a un lobo?
Nunca dejes tus valores al alcance de los codiciosos, no importa su inocente apariencia.
Fabula de Esopo.
jhon edilberto rodriguez balanta
17-06-2011 17:44
muy interesante la fábula y definitivamente nos enseña a no confiar en todo el que se acerca a nuestro lado; ya que puede aparentar nobles intensiones por fuera pero no sabemos lo que quiere por dentro; esto lo vivimos a diario en nuestro país, personas escopolaminadas, asaltadas en los cajeros de los bancos, paquete chileno en fin los vivimos a diario pero muchos no aprendemos.