Es ficción la noción de rutina:
otra la intensidad que colma el día,
distinto el bocado que alimenta,
diferente el color de mi interior.
jota jota
22-10-2025 17:03
10222025 CC
Amanece Miércoles.
Mantengo los sueños intactos
y avanzo con entusiasmo ciego.
Crecen insólitas espinas
y me declaro en rebeldía.
jota jota
21-10-2025 16:49
10212025 CC
Amanece Martes.
Son otros los afanes
a enfrentar este día.
La vida me devuelve
mis viejas credenciales:
ánimos renovados
y testarudos recuerdos.
jota jota
20-10-2025 17:19
10202025 CC
Amanece Lunes.
Otro día iluminado,
colmado de incertidumbre.
Sin triunfo ni derrota,
sin límite ni freno.
-Esperanza-
Sencilla y franca.
La vida en cada plano
entrega este regalo.
jota jota
20-10-2025 17:18
Extraordinario Rodrigo. Gracias por esta referencia. Lo leeré una y otra vez con diferentes ojos, en diferentes días y estoy seguro que algo tejeré en la maraña de mi cabeza. Gracias. Por ahora he completado un proyecto de siete textos, uno por cada día de la semana y cada texto se descuenta una línea, como el día que pasó.Espero que te guste.
Rodrigodeacevedo
19-10-2025 14:47
He estado algún día sin acceso a Rayuela por algún reclamo de mi viejo ordenador. Y la verdad es que estaba asustado por si se me cortaba el único y último hilo que me conecta al mundo que quiero.
Como la sequía sigue en todo su apogeo me voy a permitir publicar unos versos de Cavafis, uno de mis poetas favoritos, con muchos puntos de coincidencia con mi modo de ver y entender la vida. Y uno de los más importantes es el de la edad y el de la transitoriedad del paso de la vida. Su "Viaje a Itaca" es de verdadera antología. Yo, al final ya de este mi Vije a Itaca, coincido con el gran poeta.
ITACA
Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
jota jota
17-10-2025 17:34
Mi querido Rodrigo. Ese mar con dos orillas bien puede ser tu mudanza. Puedes verla desde dos perspectivas, desde lo nuevo, lo que vendrá, la infinita cadena de imponderables que la vida nos tiene reservada y nuestra también infinita capacidad de enfrentarla y lo que dejas, las razones o sinrazones que te llevan a esta nueva mudanza. Dicen que una maldición árabe reza: Espero que te mudes pronto. Quisiera que recuerdes por un momento que la vida es movimiento, un movimiento eterno, no sabemos hacia dónde, ni para que, pero esos son nuestros signos, avancemos pues con esperanza. Un abrazo.
Rodrigodeacevedo
16-10-2025 20:35
En pleno proceso de mudanza física confirmo y sufro la mudanza espiritual que la otra conlleva. Como mueble a punto de ser embalado, atónito y desarbolado contemplo como y cuanto de inestabilidad hay ahora en mi peripecia vital. Realmente siempre la hubo, pero a veces, como ahora, dramatiza sus colores. No soy, precisamente, ese mar con dos orillas que tan bien describe Jota. Soy un mar amorfo, infértil, sin peces ni alcatraces; y, mucho menos, sirenas. Soy como aquel mar de las Sirtes de cuyas orillas incógnitas se espera que surjan enemigos desconocidos que reactiven la vida de los habitantes de la otra orilla. En mi caso hasta los amigos serían bienvenidos.
De nuevo gracias, querido Jota, por tu permanencia en estas líneas. En mitad de esta interminable noche, eres la lamparilla que me indica que todavía queda vida más alla de la oscuridad.
jota jota
16-10-2025 18:06
Referencia obligada:
Carta abierta de Adolfo Pérez Esquivel a Maria Corina Machado.
Carta Abierta de Luis Manuel Marcano a Adolfo Pérez Esquivel.
Líneas entre cartas
Gracias Luis. Por tus palabras.
Gracias Manuel. Por la emoción.
Gracias Marcano. Por la verdad.
Yo me alimento de esperanza
a falta de proteínas.
Igual que a ti, ella me sostiene,
la esperanza y no el odio.
Pero hay hombres
y Esquivel es uno,
uno de esos hombres,
que se perdieron
en una esquina
entre muchas mentiras
y no se encontrarán jamás
con la verdad.
Perdieron la esperanza
entre los odios.
jota jota
13-10-2025 19:23
Mar CC
En un pequeño punto de la geografía existe un mar con dos orillas. Un mar único, excepcional, que se esconde de los atrevidos curiosos y sus insolentes cámaras fotográficas. Este mar inusual sólo aparece frente al deseo extraordinario de quien alguna vez tuvo mar y lo perdió. Este mar único tiene dos orillas y se niega a ser un mar tormentoso. Ha decidido por cuenta propia que sus olas sean amables y caprichosas y se dediquen al juego de: ya llegué y ya me voy. Las olas de este mar no se inquietan, ni se alborotan, y al chocar contra las piedras no se oye una voz ronca y tumultuosa; por el contrario, se oyen los dulces y sencillos acordes de una canción de cuna. Pero este mar esconde peligros, como todos los mares. Los peligros de este mar son los bancos de arena y las rocas que apenas se asoman sobre la espuma de las olas para mirar el sol. Estos peligros espantan las embarcaciones y hacen temblar a los capitanes y por eso, en cada una de las orillas de este mar se levanta un faro. Uno de los faros lleva pintada la linterna de color rojo y se eleva encima de una colina; el otro faro, lleva la linterna pintada de amarillo y está anclado sobre un risco.
Los faros son una ciencia antigua, cada faro posee una luz única y aunque parezcan iguales, guardan entre ellos diferencias, se observan claramente en los destellos particulares de su luz. Los faros de este mar envejecieron y envejecieron también los fareros y le llegó la hora de la muerte al farero del faro amarillo. Toda la intensidad del faro se fue detrás del viejo farero, tenía por obligación iluminar el camino de las sombras que emprendió, pero el camino por la muerte es infinito, desolador.
Alumbrar bajo la luna bancos de arena y filos rocosos no son suficientes razones para regresar al mar y la luz del faro siguió acompañando el viaje de su entrañable farero. Previsivos, como son los faros, el viejo faro amarillo dejó en la lámpara una gota de luz para encontrar el camino de regreso.
El farero sobreviviente, el que vive en el faro rojo, se hizo cargo del faro huérfano y con amorosas manos limpió la linterna, pulió la lámpara de Fresnel y el reflector, lavó con esmero hasta abrillantar los paneles de la vidriera, pero la gota de luz no recobró su intensidad.
El farero no se dio por vencido y sin rendirse, siguió intentando revivir la luz con trucos de viejo mañoso sin conseguirlo.
Al experimentado farero se le ocurrió una artimaña de último recurso contra la añoranza, que pensó, era la enfermedad del faro y trabajó arduamente en el sistema rotatorio, hasta hacer coincidir en una milésima de segundo la luz de los dos faros. El faro amarillo al descubrir en medio del mar un destello parecido a su propia luz se achispó, se avivó y encontró en esa luz hermana una razón para el regreso, su luz cobró toda la intensidad y el brillo de una nueva aventura que solo aspira ese encuentro de un instante.