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Aspectos teóricos, técnicos y prácticos de la escritura de ficción
Rodrigodeacevedo
Rodrigodeacevedo
13-03-2015 01:23

Gracias como siempre, Lidia, por tus valiosos consejos. Yo, que soy un simple aficionado de "perfil bajo" y mis obligaciones como escritor se limitan a mis participaciones en foros literarios, me apoyo muchas veces en los paseos, largos paseos solitarios, en los que puedo meditar y, muchas veces, ¡zas! una lucecita me ilumina una nueva idea para algún relato o poema. Te agradezco nuevamente tus consejos y tu presencia.

Gregorio Tienda Delgado
Gregorio Tienda Delgado
13-03-2015 01:07

Interesantes consejos, Lidia. Yo utilizo mucho el de escribir otra cosa. De hecho, tengo dos novelas inconclusas, que voy alternando. Si no es suficiente, escribo relatos.

Gracias por tus aportaciones; son muy valiosas.



Me gusta soñar despierto... dormido tengo pesadillas.
Lidia Castro Hernando
Lidia Castro Hernando
12-03-2015 23:59

Cómo combatir el bloqueo creativo

El bloqueo literario o bloqueo creativo es mucho más frecuente de lo que nos gustaría.
A veces, simplemente, nuestra mente está cansada debido a todas las tareas que tiene que realizar y el estrés al que está sometida.
Yo misma estoy experimentando uno, por lo que mi novela quizás se retrase un poco más de lo pensado, pero quiero ofrecer la mejor calidad.
¿Cómo combatir el bloqueo literario? Aquí tienen unos consejos y recursos que yo misma he buscado para mí, pero que seguro que pueden ayudar a más de uno.

1. Relájate. Parece obvio, pero muchas veces olvidamos que nuestra salud es lo primero. Por eso, tener una mente relajada y tranquila puede ayudarnos mucho más de lo que creemos.
Sin embargo, el estrés del día a día puede jugarnos malas pasadas. Relajarse puede parecer una tarea imposible, por ello aconsejo utilizar aplicaciones para relajarse:
• ----- Completely: app disponible para Android, iOS y Windows Phone. Está en inglés, pero permite una relajación completa a través de la hipnosis.
• ----- Melodies: Aplicación para crear tu propia mezcla de sonidos relajantes.
• Squeeze and Shake: El típico patito de goma al que podemos apretar para reducir el estrés, pero esta vez en nuestro teléfono móvil.
Hay muchas más, pero estas me han parecido las más interesantes. ¿Alguna otra que quieras incluir en la lista?

2. Escribe sobre otra cosa. Despierta la creatividad con ejercicios de escritura que no tengan nada que ver con lo que estés escribiendo. ¡Quizás se enciende la bombilla!

3. Lee. Tu mente puede estar cansada para crear, pero leer puede ayudarte mucho a que las ideas vuelvan a la mente. Puede estimular tus ganas de escribir.

4. Haz un plan nuevo. Desconecta de la rutina y sal a hacer algo que no entre entro de tu rutina. Una escapada a la nieve, salir de paseo... puede ayudar mucho más de lo que crees.

5. Sigue alguno de mis consejos para encontrar inspiración para escribir. ¡Quizás te pueden ayudar!



Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Rodrigodeacevedo
Rodrigodeacevedo
05-03-2015 19:30

Muchas gracias, Lidia; este último aporte tuyo a nuestra "forja como escritores" me ha resultado particularmente interesante. Tocas un aspecto de la creación literaria que muchas veces sólo intuímos, pero_-al menos yo- tengo dificultades para plasmarlo. Creo que me será una lección muy provechosa, aunque los personajes de mis relatos sean de corto recorrido.

Lidia Castro Hernando
Lidia Castro Hernando
03-03-2015 19:55

¿Qué es un arco dramático de personaje?
El arco del personaje no es un arma para que tire flechas, sino la evolución de un personaje en una historia.
Me explico: el arco de un personaje es la transformación de punto de vista que sufre desde el comienzo hasta el final de la historia, los estadios por los que atraviesa y el crecimiento psicológico o emocional que experimenta.
Para entenderlo mejor, ahora veremos cómo funciona y cómo podemos crear nuestros propios arcos de personaje:
Tipos de arco de personaje
Subjetivo: puede ser una evolución moral, de valores, ideológica, psicológica… Tiene que ser una transformación a nivel interno.
Por poner un ejemplo conocido, tomemos al personaje de Chandler de la telecomedia Friends: al principio, es un tipo inmaduro, algo cínico y con miedo al compromiso, pero poco a poco evoluciona hasta convertirse en un padre de familia comprometido, sensible y responsable.
Objetivo: se trata de la evolución exterior del personaje, las cosas que cambian en su vida a raíz de la historia.
Tomando el mismo ejemplo de antes, Chandler comienza la serie como un tipo soltero que vive con un amigo y tiene un trabajo aburrido. Al final, sin embargo, está casado, con hijos y tiene un trabajo creativo.
Progresión en el arco de personaje
Todo arco de personaje, ya sea objetivo o subjetivo, tiene una progresión en una de las tres formas siguientes:
Positivo: el personaje evoluciona de una situación mala a una buena (o simplemente a una situación mejor que la inicial). Es el arco de las historias con final feliz. (El caso de Chandler en Friends sería un caso de arco positivo).
Negativo: justo al revés que en el anterior. En el arco negativo, el personaje evoluciona hacia una situación peor que la inicial y la historia tiene un final trágico.
Neutro: el personaje permanece igual y su situación no cambia aunque haya aprendido alguna cosa durante la historia. Ojo, este tipo de personaje ha de tener una personalidad muy fuerte (como, por ejemplo, Sherlock Holmes o James Bond). De no ser así, puede provocar una sensación de final trágico, ya que como lectores y espectadores queremos que el personaje evolucione.
¡Ojo! A veces un personaje puede tener distintos tipos de arco en una historia. Por ejemplo, podemos encontrarnos un arco objetivo negativo (un personaje empieza la historia vivo y acaba muriendo a causa de una enfermedad terminal) mezclado con un arco subjetivo positivo (a causa de la enfermedad, el personaje ha de enfrentarse a muchas cosas y aprende una lección que le lleva a mejorar a nivel psicológico).
Cómo se muestra un arco de personaje
Un personaje no cambia porque sí, de golpe. O bien sufre una transformación paulatina debida a los acontecimientos de la historia, o bien le ocurre algo con la fuerza suficiente como para hacerle cambiar (un punto de inflexión). El cambio siempre ha de ser creíble y estar justificado.
Los cambios del personaje pueden mostrarse de formas muy distintas y cuando son cambios sutiles es interesante no explicarlos demasiado, sino dejar que sea el propio lector el que analice y se dé cuenta de ellos. Eso hace la lectura más interesante (no sé a vosotros, pero a mí me repatea que me lo den todo mascado).
Las formas de mostrar los cambios de un personaje pueden ser a través de sus acciones, sus palabras, su actitud, sus valores, sus prendas de vestir, sus hábitos…
Por ejemplo, en la novela Niña de Cristal, hay un personaje que va sufriendo una transformación paulatina que eclosiona hacia el final del libro y, además de otros cambios en su ánimo y su actitud, se demuestra a través de un cambio de hábitos: después de pasarse toda la novela fumando a lo loco, alguien le ofrece un cigarro y lo rechaza. No fuma más en el resto de la historia. Obviamente, esto no es apología contra el tabaco, sino un símbolo de un mayor control del personaje sobre sus emociones y sobre sí mismo.
Y ustedes, ¿cómo suelen mostrar la evolución de sus personajes?



Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Lidia Castro Hernando
Lidia Castro Hernando
22-02-2015 22:06

CÓMO ESCRIBIR ESCENAS DE LUCHA
Cómo escribir peleas y escenas de lucha
A lo largo del mes pasado, varios lectores me comentaron las dificultades que tenían para escribir escenas con peleas o luchas, un tema muy interesante. Así que me puse manos a la obra y empecé a reflexionar e investigar sobre ello. Las conclusiones a las que llegué las he transformado en una lista de consejos a tener en cuenta a la hora de describir peleas, luchas o escenas de acción. A ver qué les parecen:
1. Lee escenas de lucha
Es el primero y el más obvio de los consejos, pero no debe faltar. La mejor escuela de escritura está en los libros. Para escribir una pelea, busca novelas y relatos que contengan este tipo de escenas, seleccionar aquellas que más les gusten y tratar de averiguar por qué funcionan. ¿Qué estructura sigue? ¿Qué tipo de frases y vocabulario usa? ¿Qué ritmo? ¿Contiene diálogos? Las respuestas pueden ayudar mucho a la hora de narrar nuestras propias peleas.
2. Usa los espacios
La ambientación es muy importante porque el espacio en el que tiene lugar la pelea puede añadir tensión. No es lo mismo que la lucha tenga lugar en medio de la calle que en lo alto de una azotea, con el peligro de que alguien se caiga al vacío.
3. Usa los objetos
Otra cosa a tener en cuenta respecto a la ambientación son las herramientas. Por ejemplo, la típica pelea de bar en la que se recurre a las sillas o a las botellas. O la piedra que alguien recoge del suelo para estamparla en la cabeza de su adversario.
Usa los objetos que haya alrededor de los personajes, agrégale imaginación. Este consejo no lo aprendí de ningún literato, sino de Jackie Chan ¡que él de peleas también sabe un rato! Y tiende a emplear los elementos más rocambolescos que tiene a mano para hacer que la lucha sea más original.
4. Piensa en los personajes
Antes de poner en marcha cualquier pelea en tu historia, reflexiona un instante en cómo son los personajes que toman parte en ella. Si se trata de alguien muy torpe, cobarde o muy ruin, tal vez debas tenerlo en cuenta para saber cómo se comportará durante la contienda.
Además, ten cuidado con el número de personajes. Puede que sea una batalla o una pelea numerosa, pero intenta centrar la atención en dos o tres personajes como mucho. Lo contrario puede resultar confuso para el lector y difícil de manejar para ti como narrador.
5. Mantén el ritmo
A no ser que se trate de un combate de taichi, nadie se pelea lentamente. El ritmo de una pelea tiene que ser trepidante y provocar tensión. En este sentido, el uso de frases cortas ayuda. Pero ojo, si sólo pones frases cortas, el ritmo puede ser monótono y conseguir el efecto contrario.
Lo ideal es una predominancia de frases cortas entre las que se alternan otras más largas que aportan detalles de la pelea. Si hay diálogos, que sean breves, intensos y aporten algo a la narración.
6. Vigila el vocabulario
Las palabras que selecciones para contar la pelea también afectarán al ritmo y a la tensión. Los verbos evocan acción y aportan dinamismo, los adjetivos tienden a frenar. Además, la sonoridad de las palabras puede ser más o menos rotunda, tener más o menos fuerza. Una lectura de la escena en voz alta te dará pistas para saber qué palabras funcionan y cuáles no.
7. Visualiza y muestra
Antes de escribirla, visualiza la pelea en tu mente, imagina los detalles y luego muéstralos con palabras. No enumeres los movimientos como una secuencia de acontecimientos sin más. Trata de transmitir detalles y sensaciones también, eso incrementará la emoción.
8. Haz que importe
Un factor clave para que haya tensión en una escena de este tipo es que exista algo que haga que el lector se preocupe. Puede deberse, por ejemplo, a que uno de los personajes le importe o a las consecuencias que tendrá la pelea en la trama, pero el lector la vivirá de una forma más intensa si hay algo en juego.
9. Piensa en lo que cambia
Enlazando con el punto anterior, no pierdas de vista las consecuencias de la escena para los personajes implicados y la trama. Si hay una pelea, tiene que ser por algo y tiene que ser importante. Y, por supuesto, tiene que afectar a la historia. Así que, piensa: ¿Por qué ocurre? ¿Cómo acaba para cada personaje? ¿Están heridos? ¿Mueren? ¿Sufren algún castigo? ¿Qué es lo que cambia?
10. Planifica la escena
Antes de lanzarte a escribir la escena, prueba a planificarla, sobre todo si se trata de una batalla numerosa. Puedes crear mapas, diagramas, esquemas, dibujos… Lo que más cómodo te resulte. Te ayudará a no perderte describiendo la pelea.
11. Disfruta escribiendo
Por último, quizá lo más importante: tienes que disfrutar escribiendo tus escenas de pelea y vivirlas con intensidad para transmitir emociones al lector. Un truco útil, mientras escribes la escena, pon de fondo una música emocionante que te ponga en situación. Seguro que ayuda.



Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Jose Jesus Morales
Jose Jesus Morales
14-02-2015 19:32

Gracias Lidia
Ahora me doy cuenta, que mis micro lo único que tienen ademas de las 100 palabras es la libertad de escribirlos, pero me falta todo lo demás. Lo sigo intentando, pero ahora con conocimiento.
Un abrazo.

Rodrigodeacevedo
Rodrigodeacevedo
14-02-2015 11:04

Muchas gracias, Lidia: dentro del lujo que supone pertenecer a Rayuela tenemos como lujo adicional tu presencia, tan ilustradora en muchos de los asuntos que pretendemos abordar. Te agradezco en nombre de todos tus amigos, que somos todos, tu rápida respuesta. Y yo, personalmente (abusón que es uno) me permitiría rogarte que cuando puedas analices algunos de los micros que publiquemos; para ir bien orientados, mayormente.
Un abrazo, amiga nuestra.

Lidia Castro Hernando
Lidia Castro Hernando
13-02-2015 23:54

Cómo escribir un microrrelato A pedido de Rodrigo

En general, un microrrelato debe tener entre 50 y 200 palabras para ser considerado tal. Pero nunca más. Veamos en qué consisten exactamente los microrrelatos y cuáles son las claves para escribirlos:

Sé breve
El microrrelato es un historia de ficción muy breve, tan breve que apenas necesita unas líneas para ser contada (por norma general tiene entre cinco y doscientas palabras aunque los micros de menos de 10 palabras se llaman apropiadamente “nanorelatos”).
Navega entre géneros
El microrrelato no es un género narrativo al uso. Tiene también su parte poética, a veces se mezcla con los aforismos y con los haikus. Es una expresión artística muy peculiar que navega a medio camino entre distintos géneros literarios. Por lo tanto, cuando escribas microrrelatos, siéntete libre para experimentar.
Condensa
El microrrelato ha de ser capaz de condensar una historia a pesar de no contar con muchas palabras. Esto no quiere decir que tengamos que resumirla. Más bien todo lo contrario: el microrrelato es tan solo la punta del iceberg de una historia mayor. Consiste en sugerir al lector para que sea él quien rellene los huecos, quien imagine todo lo que no contamos.
Tenemos que encontrar el momento clave de la historia que ha de ser mostrado en el microrrelato. Si no tienes claro qué momento elegir para contar tu microrrelato, prueba con el clímax. ¿Cuál es el momento álgido de la historia? Seguramente con la respuesta podrás construir tu texto.
Usa las elipsis
El microrrelato, aunque sí tiene una estructura, no cuenta con espacio suficiente para la clásica distribución de presentación-nudo-desenlace. En el microrrelato saltamos directamente dentro de la acción, del acontecimiento. A veces, como decíamos en el párrafo anterior, incluso dentro del clímax. De nuevo: no lo cuentes todo, sólo lo estrictamente necesario para crear una imagen en la mente del lector.
Precisa
Si en el cuento cada palabra es importante, en el microrrelato mucho más. Cuando tienes que causar sensaciones en el lector con tan solo un puñado de palabras, tendrás que elegirlas bien. Intenta que no sobre ni falte nada, que cada palabra esté donde debe y que se trate de la palabra correcta. Busca sinónimos si hace falta, elige siempre la que evoque aquello que quieres transmitir, vigila la sonoridad del texto… Tendrás que revisarlo unas cuantas veces hasta alcanzar el resultado que persigues, pero al ser una narración tan breve, puedes dedicarle más tiempo.
Tampoco debes usar muchos personajes o lugares, ni contar algo que transcurra en un largo espacio de tiempo. Se trata de lanzar una idea simple al lector, no hay tiempo para desarrollarla, así que usa el menor número de elementos posible.
Por ejemplo, en el siguiente microrrelato atribuido a Ernest Hemingway, los elementos son mínimos, como verán: “Se venden zapatitos de bebé, nunca usados”. Para muchos concursos y editores en realidad es más corto que un microrrelato, es un nanorrelato pero muestra la síntesis y la precisión de las palabras utilizadas.
Muestra lo que quieres contar
Es posible que tengas una idea extensa para desarrollar en un microrrelato (por ejemplo, la relación entre dos hermanas con el paso de los años). No lo cuentes en el microrrelato. Muéstralo a través de una escena concreta que tiene lugar entre esas dos hermanas y que transmite, de alguna forma, la idea que persigues.
Dale al lector algo en lo que pensar
El microrrelato tiene que dibujar en la mente del lector una escena evocadora, con mucha fuerza y el final ha de impactarle de manera que su imaginación no se detenga ahí, sino que siga trabajando una vez que haya concluido la lectura.
Usa un giro final
Una buena forma de dejar ese poso en el lector es a través del giro final, como en el siguiente ejemplo de Stace Budzko, titulado “Por qué yo no uso agenda”: “Escrito en su calendario en el día de la muerte de mi padre, dos palabras: llamar hijo”“.
Este giro también puede funcionar del mismo modo que los chistes, explicando todo lo que hemos leído anteriormente, como en el siguiente microrrelato de B. Mistoda: “No quise continuar con mi investigación sobre el cáncer porque me di cuenta de que, incluso aunque podría haber acabado por perfeccionar la cura, nunca le habrían puesto mi nombre, Eddie Spaghetti”.
Otra solución es dejar un final abierto, una frase que invite a la reflexión o lanzar una pregunta al aire para dar al lector algo en lo que pensar. Por ejemplo, “Una inmortalidad”, de Carlos Almira: “El poeta de moda murió y levantaron una estatua. Al pie grabaron uno de los epigramas que le valieron la inmortalidad y que ahora provoca la indiferencia o la risa, como la chistera, el corbatín y la barba de chivo del pobre busto. El Infierno no es de fuego ni de hielo, sino de bronce imperecedero”.
No te olvides del título
Si cada palabra cuenta, el título no podía ser menos. Es un espacio maravilloso que puedes emplear para aportar luz y nuevos significados sobre el texto. Trabaja también esta parte del microrrelato.
Por ejemplo, fíjate en el siguiente microrrelato de David Joseph: “La añoro más que a las otras”. Es un microrrelato muy simple, que por sí mismo no acaba de evocar tanto como cuando leemos su título, “Poligamia”. Es entonces cuando el texto cobra otro sentido.
Atrapa al lector
La estructura perfecta para un microrrelato consiste en lo siguiente: empieza intrigando al lector, lo lanzas en medio de una acción o una imagen evocadora que lo lleve a seguir leyendo porque quiere saber qué ocurre. Es como un misterio. El lector sigue leyendo y se encuentra, de repente, con un giro o un final sorprendente, algo que arroja luz sobre las palabras anteriores y lo deja noqueado. Finalmente, la última frase lo invita a la reflexión (el poso del que hablé antes).
Fíjate, por ejemplo, en este precioso microrrelato de Paz Monserrat Revillo titulado “Herencia”: “Antes de ponerse el pendiente frotó el metal que rodeaba el zafiro con un bastoncito impregnado en líquido para limpiar plata. Cientos de estratos de tiempo levantaron el vuelo dejando la superficie luminosa y desnuda. Se acercó, curiosa, y la joya le devolvió el rostro adolescente de su abuela probándose el pendiente ante un espejo”.
Usa referencias conocidas
Si quieres, también puedes usar un pequeño truco para ganar “espacio” en el microrrelato. Si usas personajes famosos, eventos históricos, situaciones literarias conocidas… no tendrás que explicarlas porque el lector ya las conoce.
Para explicar mejor este punto, les dejo un microrrelato excelente sobre un famoso detective, a ver qué les parece: “Watson contempló desolado la escena del crimen. Sin pistas, sin sospechosos, el único detective capaz de resolver aquel misterio, yacía muerto a sus pies”.
Escribe, edita y recorta
No intentes conseguirlo a la primera. El microrrelato es breve, pero requiere mucho trabajo. Escribe primero la historia lo mejor que puedas y luego revisa y recorta hasta que consigas esa pequeña pieza de relojería que es el microrrelato.



Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Gregorio Tienda Delgado
Gregorio Tienda Delgado
13-02-2015 22:48

Gracias Lidia por estar de nuevo con nosotros. Tus aportaciones son muy valiosas y a mí me ha ayudado mucho.

Saludos.



Me gusta soñar despierto... dormido tengo pesadillas.
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