Hola, mis queridos amigos de siempre de este precioso rincón.
Sigue avanzando el broli....aunque falta aún para que se edite, esta será la tapa y su nombre.
Pondré por aquí también un video que hice contando como nació la idea

Hola a tod@s: espero que al recibo de la presente os encontréis bien de salud, yo bien a dios gracias. Nuestro querido compañero J.J. ha vuelto a dejar a oscuras su mesa de trabajo. Esperamos y pedimos que sea de nuevo transitoria su ausencia.
Estaba pensando en crear un "crowfunding", palabro horrible para disimular el de mendicidad bochornosa, o pedir otros 20.000 milloncejos al gobierno para crear un programa de estimulación de musas, porque, a pesar de las lluvias que han caído por la zona, sigo más seco que la cecina leonesa. Y es que hay temporadas de sequía estructural. Qué se le va a hacer...
Nuestro buen Adolfo sigue al pie del cañón y vigilando las reservas de alcohol, aunque yo ni de eso hacemos gasto.
Pues nada más, colegas y colegos; dejad noticia de vuestra existencia, al menos; que algunos nos preocupamos por la nómina de este rincón
Un abrazo a tod@s

Gracias, querido amigo Rodrigo. Cierto que no todos los acontecimiento son malos. La vuelta de Oncina con su extraordinario soneto y el retorno de JJ, son hachos agradables que contribuyen a hacer más llevadera la tristeza que nos produce la guerra en Ucrania. Esperemos que dure lo menos posible.

Será como jubilar celebración del santo de Gregorio -felicidades, querido compañero- pero hoy el día viene cargado de emociones. La reaparición luminosa de J.J. y el poema que nos deja Oncina.
Querido J.J. Es una alegría para este rinconcito tu reincorporación a la página. Espero que vuelvas animoso y esperanzado a pesar del presente lacerado y triste que nos acoge. Una guerra, y sobre todo una guerra tan injusta y cruel como la que se desarrolla en Ucrania, no supone el mejor marco de recibimiento que mereces. Dios maldiga a los asesinos.
Pero de nuevo estás con nosotros, en esta Rayuela numantina de la que eres por méritos propios y dedicación voluntariosa, el motor y alma mater.
Bienvenido y brindemos por tu feliz regreso.

Me alegro de que todos estéis bien.
Adolfo, una ronda para celebrar a reunión.

Gracias, JJ. Estoy pasando el día de mi Santo, todo lo bien que permiten los ánimos con todo lo que está pasando. Un abrazo.

Mi querido Gregorio vivimos días de sobresaltos y las sombras que conocemos bien de otros tiempos nos amenazan, pero leo en el santoral que hoy es tu santo y espero, que a pesar de los tiempos y las dudas lo celebres a lo grande.

Bienvenido querido amigo JJ. Celebro tu vuelta, tu presencia en este lugar al que siempre volvemos, y tu explicación del porqué de tu ausencia. Aquí, más cerca del conflicto que a todos nos tiene consternados, la rabia y la impotencias de poder hacer muy poco, es decepcionante. Esperemos que los políticos que manejan mayor poder, pongan fin a esta barbarie. Un abrazo, amigo.

Que tal Adolfo, mantengamos abajo las persinas, o pongamos cerros de libros en las ventanas, a ver si somos capaces de evadir, por una vez la violencia desatada.
Sigo vivo compañeros, al igual que Gregorio, quiero vivir un siglo, pero no para recibir al presidente que visita por una vez a los centenarios, si no, por el contrario, para ayudar a educar a estos hijos mios, que de puro ocioso, me puse a hacer despues de viejo.
Al igual que ustedes estoy paralizado, no de miedo, abrumado por el dolor, por las imágenes, porque inexorable la historia se repite y se le abren de par en par las puertas a la muerte.
Efectivamente, en principio me tomé dos meses y luego, abandoné Twiter y FB, y al hacerlo conscientemente me alejé de Luis y su propuesta de Ríos de Tinta y pasé por aquí, o pensé haber pasado y dejé un mensaje, o creí haberlo dejado. En el mensaje informaba que me ausentaba por tiempo indefinido y luego las explosiones en Ucrania retumban de tal manera, que solo busco el silencio.
Como les decía, sigo vivo, nada de que preocuparse, sostenido en las hebras de una esperanza, que alimentan las protestas en todo el mundo y también, por supuesto, en cierto rencor, que se aviva contra mi voluntad sesentosa de paz y amor.
Un abrazo.