Aspectos teóricos, técnicos y prácticos de la escritura de ficción
Lidia Castro Hernando
09-01-2014 19:58
ALGUNAS CLAVES PARA ESCRIBIR CUENTOS
Introducción:
Este espacio no está dedicado a la crítica, ni al elogio de
textos. Está dedicado al intercambio del conocimiento literario, de
un Cuentista a otro. Métodos de escritura, técnicas literarias,
sistemas de pulido y corrección. También algunos consejos
prácticos sobre la publicación a través de editoriales
tradicionales, editoriales digitales, y los asaltaviejesitas.
> Eventualmente utilizaremos fragmentos de textos, nuestros o ajenos,
para ver en la practica real el uso de dichas técnicas. Así mismo,
dejaremos una bibliografía de libros, de esos que enseñan a
escribir. Estos libros (salvo excepciones), no fueron escritos por
catedráticos ni académicos; fueron escritos por Cuentistas que al
llegar a su hora de retiro, hacen lo que cualquiera en su sano juicio
haría: No llevarse el conocimiento al cajón, e intentar trasmitir
lo aprendido a la siguiente generación de narradores. Cómo siempre
digo, cuando alguien se haya leído todos esos libros podrá decir,
sin exagerar ni mentir: Yo aprendí con los mejores.
> No se trata aquí de corregir faltas de ortografía, ni errores de
gramática, ni de redacción. Lo que le da valor a un texto, no es
la ausencia de faltas gramaticales, sino el uso de estas técnicas
literarias, que son aplicables a cualquier texto de narrativa, sin
importar cual sea su argumento y siempre lo embellecen.
> Por ejemplo, una maestra me corrigió una vez un parlamento
(diálogo) de un personaje que era un campesino semi-analfabeto. En el
diálogo no soy yo el que habla, es el personaje, y resulta que los
campesinos hablan, como hablan los campesinos. Lo mismo ocurre si el
personaje es un niño pequeño, o un moro recién llegado a
España, etc.
> Recuerden la siguiente frase: El personaje tiene que hablar, como el
personaje tiene que hablar. (Y ya les adelante una premisa, luego
ampliaremos)
> La maestra de escuela, que no es una escritora de literatura,
aplicó las reglas de la RAE sin tener en cuenta las técnicas
literarias.
> Todas estos puntos y varios más, los iremos tratando aquí, de a
uno a la vez, ya que son muchos y complejos.
> Teoría y práctica, son nuestras dos piernas. ¿Puedo llegar a
ser un buen escritor sólo a través de la práctica y
experimentación propia de la escritura? Por supuesto que sí,
saltando en una pierna yo puedo llegar a donde quiera, pero cuando uso
las dos, llego más rápido y voy más lejos.
>
> Las imágenes
>
> La palabra imagen, se acuño de la palabra imaginación. Todo lo
demás son ilustraciones, basadas en esa imagen, que primero proyecto
la imaginación de su creador.
> Hablaremos ahora de las imágenes visuales (las hay con los cinco
sentidos), que toda persona proyecta cuando lee, o escucha. Claro que
esto sólo ocurre en los textos, o fragmentos de este, donde se
encuentren descripciones del tipo visual. Qué tan claramente las
proyecte el lector, y de qué manera las visualice, dependerá
directamente de la habilidad del Cuentista para detectarlas en el texto
primero, y trabajar con ellas después.
> De esta manera un cuentista experimentado puede elegir entre: dar
imágenes sueltas, o armar secuencias con ellas, darlas claras y
nítidas; o borrosas, difusas y extrañas, según amerite la
ocasión.
> Secuencia:
> Es cuando hacemos una descripción visual, donde las imágenes
pasan de corrido y en su orden natural. A decir, cuando por ejemplo
describimos a un personaje: Con el pelo corto, sus ojos negros, la boca
abierta… y esa cicatriz en el mentón. Ahí hay un orden, va de
arriba hacia abajo, primero su pelo, luego baja a los ojos, sigue
bajando a la boca y acaba en el mentón. Secuencia de imágenes
ordenada. Crea una imagen clara y nítida en el lector. Si por el
contario digo: Tiene la cabeza grande, los zapatos negros, un cuchillo
en la mano, y con los ojos rojos, lleva puesta una campera marrón. Es
una secuencia no ordenada, salto de arriba abajo, después al costado
y otra vez arriba. Esto genera una imagen borrosa y confusa, extraña
y rara. Muy útil para describir al monstruo espacial, raro, o cuando
nuestro personaje atraviesa algún portal y se encuentra en otra
dimensión, allí damos todas las secuencia fragmentadas y
desordenadas, y cuando vuelve por el portal a nuestro mundo, las damos
en secuencia ordenada. De esta forma podemos contrastarlas.
> Zoom:
> Son imágenes de acercamiento y alejamiento. Cuando está lejos,
no vemos los detalles, vemos un bulto, una silueta, un punto negro en el
horizonte lejano. A medida que se acerca vemos algunos detalles, como su
ropa, o si aquel punto es ahora hombre o caballo. Luego vemos más
detallado como su pelo, sus ojos y al final, cuando lo tenemos cara a
cara, vemos el rojo en lo blanco de sus ojos.
> De esta forma traemos un objeto en el espacio. Cuando se aleja ocurre
lo inverso.
> Este tipo particular de secuencia, puede y debe ser acompañada de
un ritmo de lectura coherente.
> Cuando algo está lejos, un punto en el horizonte, parece que no se
mueve. Cuando está un poco más cerca, es que distinguimos su
movimiento hacia nosotros que parece acelerarse a medida que se acerca y
cuando lo tenemos a pocos metros… resulta que ya llegó.
> El ritmo de lectura debe acompañar este aumento en la velocidad del
objeto que se acerca.
> Cuando está lejos, describimos con poco detalle y en ritmo de
lectura lento, luego aumentamos el detalle y aceleramos el ritmo, para
luego detallar aún más y acelerando otro poco.
> Así sumamos ambas herramientas en busca de un mismo objetivo,
aumentando el efecto deseado en el lector.
> El trabajo de un Cuentista, no consiste en imaginar una historia; el
trabajo consiste en hacerla real.
> "Un Cuentista es un profesional de la mentira y el engaño, experto
manipulador de fantasías y maestro, de la mágica ficción; un
Cuentista: es un ilusionista de la palabra."
>
> Diez errores típicos de escrtitor principiante
>
> Mientras me leía esta lista -lo supe de inmediato- yo estaba
cometiendo tres de: "Los diez errores típicos de un escritor
principiante". Cuatro años después, entendí que estaba
cometiendo otros dos.
>
> 1- Uso de palabrerío rebuscado, en un intento por demostrar cuanto
sabe
> 2- El yo, yo, yo: Yo escritor yo narrador yo personaje
> 3- Uso de la gramática, ortografía y puntuación… como
normas (Son herramientas)
> 4- Acción lenta, descripciones innecesarias, dilatamientos…
Sobra de todo
> 5- Escribir primero para corregir después, genial, ¿y el cuento
cuándo lo armamos?
> 6- Diálogos confusos, voces mezcladas
> 7- Caos en los tiempos narrativos
> 8- Desconocimiento de estructuras, ordenes, y sentido narrativo
(Jamás se sale de la estructura lineal natural)
> 9- Conoce sólo el final abierto: pretende siempre continuarlos…
y en sima sin saber cómo
> 10- Ausencia total de al menos, un, método de escritura
>
> Ritmos de lectura
>
> En la narrativa se conoce como período, a la distancia que va desde
una pausa, a la siguiente; dentro de una misma oración.
> Existen tres tipos de períodos claramente diferenciables por su
longitud: corto, mediano, y largo.
> Para la escritura general, lo recomendable es ir alternando estos
tres; sin abusar de ninguno. Pero cuando la ocasión así lo
amerite, podemos hacer uso de sólo uno de ellos, para un determinado
pasaje, escena o fragmento.
> De esta manera, podemos… por ejemplo lograr, que la velocidad de
lectura acompase a la velocidad con la que suceden las cosas en el
cuento. Y clarifico: Si el personaje esta apurado porque llega tarde al
laburo y sale corriendo de su casa como loco metiéndose la camisa
para adentro del pantalón y al llegar a la esquina agitado se da
cuenta: de que hoy es domingo.
> Normalmente los períodos largos, al no tener pausas, tienden a
acelerar la lectura. A su vez, el hecho de tráelo acelerado nos
permite meterle un paráte brusco, lo cual refuerza el quiebre
argumental del final. Esto es lo que ocurre en el fragmento anterior.
> Los ritmos de lectura también son muy útiles para la
imitación del sonido ambiente. No olvidemos los Cuentistas, lo que
tanto Poeta nos ha enseñado. Por ejemplo: Cuando nuestro personaje se
encuentra galopando a lomos de buen corcel: bla bla blá, bla bla
blá, bla bla blá, bla bla bá, bla bla blá, bla bla blá.
> Ya lo que nuestro personaje está pensando, ya la descripción del
paisaje por donde galopa, o lo que sea que esté ocurriendo; lo
armamos en ese ritmo.
> Y si nuestro personaje está a punto de despegar en una nave
espacial. La nave arranca de 0 y va acelerando cada vez más, así
que empezamos con una palabra, luego periodos cortos, después
medianos, mas tarde largos, y finalmente uno muy largo.
> De esta manera pondremos a nuestro lector, a lomos de ese caballo; o
lo sentamos en nuestra nave y le pegamos con las ocho fuerzas G en el
medio del pecho.
> Sonidos onomatopéyicos: como toda herramienta literaria, bien
utilizados son maravillosos. Por ejemplo, nuestro personaje cierra la
canilla, plic, sale del baño y entra rápido en su dormitorio,
plic, comienza de inmediato a vestirse con lo primero que encuentra en
el ropero, plic, (¡Si llego tarde otra vez me matan¡) plic, y
apurado sale sudando del dormitorio, plic, ¿qué es se ruido?,
plic. Cuando hacía rato ya que el asesino, se había quedado sin
balas.
> Otro ejemplo: Tic tac tic tac, corre Emilio por la acera, tic tac tic
tac, parece que no va a llegar, tic tac tic tac, acelera empuja y pecha,
tic tac tic tac, salta se aferra y se va. El ómnibus lo llevó de
arrastro, tic, media cuadra o poco más, tac, …
> Pero cuidado, que mal utilizadas estas mismas técnicas, quedan como
la cara del cuentista cuando empiezan a tirarle los tomates. Por eso no
basta con conocer las herramientas, hay que practicarlas y la mejor
manera de hacerlo, es a través de la experimentación, y con
nuestros propios textos. Agarrarle la mano lleva su tiempo. Porque
además, por el camino les iremos encontrando otros usos, así como
también el descubrimiento de otras técnicas y ensima, veremos que
estas se pueden mezclar de a dos, tres, o más, todas juntas en una
misma escena, párrafo, o fragmento. Véase el caso de combinar
imágenes con ritmos de lectura.
> Recomendación: aconsejo pelearse primero de a una, mano a mano y
por separado con cada una de ellas; luego lucharemos con dos a la vez, y
al final acabaremos batallando con todas. De lo contrario recibirán
la tal golpiza y acabarán seguramente, en ese hospital que se
especializa en artistas fracasados: el manicomio. Pero no se preocupen,
la comida es buena y se sirve a las ocho.
Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Lidia Castro Hernando
20-12-2013 01:02
TESIS SOBRE EL CUENTO, de Ricardo Piglia
Para quienes no lo conocen, este autor argentino ha escrito -entre otras obras- "Plata quemada", novela que fuera llevada al cine.
Tesis sobre el cuento
Los dos hilos: Análisis de las dos historias
Ricardo Piglia
I
En uno de sus cuadernos de notas, Chejov registró esta anécdota: "Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a casa, se suicida". La forma clásica del cuento está condensada en el núcleo de ese relato futuro y no escrito.
Contra lo previsible y convencional (jugar-perder-suicidarse), la intriga se plantea como una paradoja. La anécdota tiende a desvincular la historia del juego y la historia del suicidio. Esa escisión es clave para definir el carácter doble de la forma del cuento.
Primera tesis: un cuento siempre cuenta dos historias.
II
El cuento clásico (Poe, Quiroga) narra en primer plano la historia 1 (el relato del juego) y construye en secreto la historia 2 (el relato del suicidio). El arte del cuentista consiste en saber cifrar la historia 2 en los intersticios de la historia 1. Un relato visible esconde un relato secreto, narrado de un modo elíptico y fragmentario.
El efecto de sorpresa se produce cuando el final de la historia secreta aparece en la superficie.
III
Cada una de las dos historias se cuenta de un modo distinto. Trabajar con dos historias quiere decir trabajar con dos sistemas diferentes de causalidad. Los mismos acontecimientos entran simultáneamente en dos lógicas narrativas antagónicas. Los elementos esenciales del cuento tienen doble función y son usados de manera distinta en cada una de las dos historias. Los puntos de cruce son el fundamento de la construcción.
IV
En "La muerte y la brújula", al comienzo del relato, un tendero se decide a publicar un libro. Ese libro está ahí porque es imprescindible en el armado de la historia secreta. ¿Cómo hacer para que un gángster como Red Scharlach esté al tanto de las complejas tradiciones judías y sea capaz de tenderle a Lönnrott una trampa mística y filosófica? El autor, Borges, le consigue ese libro para que se instruya. Al mismo tiempo utiliza la historia 1 para disimular esa función: el libro parece estar ahí por contigüidad con el asesinato de Yarmolinsky y responde a una casualidad irónica. "Uno de esos tenderos que han descubierto que cualquier hombre se resigna a comprar cualquier libro publicó una edición popular de la Historia de la secta de Hasidim." Lo que es superfluo en una historia, es básico en la otra. El libro del tendero es un ejemplo (como el volumen de Las mil y una noches en "El Sur", como la cicatriz en "La forma de la espada" de la materia ambigua que hace funcionar la microscópica máquina narrativa de un cuento.
V
El cuento es un relato que encierra un relato secreto.
No se trata de un sentido oculto que dependa de la interpretación: el enigma no es otra cosa que una historia que se cuenta de un modo enigmático. La estrategia del relato está puesta al servicio de esa narración cifrada. ¿Cómo contar una historia mientras se está contando otra? Esa pregunta sintetiza los problemas técnicos del cuento.
Segunda tesis: la historia secreta es la clave de la forma del cuento.
VI
La versión moderna del cuento que viene de Chéjov, Katherine Mansfield, Sherwood Anderson, el Joyce de Dublineses, abandona el final sorpresivo y la estructura cerrada; trabaja la tensión entre las dos historias sin resolverla nunca. La historia secreta se cuenta de un modo cada vez más elusivo. El cuento clásico a lo Poe contaba una historia anunciando que había otra; el cuento moderno cuenta dos historias como si fueran una sola.
La teoría del iceberg de Hemingway es la primera síntesis de ese proceso de transformación: lo más importante nunca se cuenta. La historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión.
VII
"El gran río de los dos corazones", uno de los relatos fundamentales de Hemingway, cifra hasta tal punto la historia 2 (los efectos de la guerra en Nick Adams), que el cuento parece la descripción trivial de una excursión de pesca. Hemingway pone toda su pericia en la narración hermética de la historia secreta. Usa con tal maestría el arte de la elipsis que logra que se note la ausencia de otro relato.
¿Qué hubiera hecho Hemingway con la anécdota de Chejov? Narrar con detalles precisos la partida y el ambiente donde se desarrolla el juego, y la técnica que usa el jugador para apostar, y el tipo de bebida que toma. No decir nunca que ese hombre se va a suicidar, pero escribir el cuento como si el lector ya lo supiera.
VIII
Kafka cuenta con claridad y sencillez la historia secreta y narra sigilosamente la historia visible hasta convertirla en algo enigmático y oscuro. Esa inversión funda lo "kafkiano".
La historia del suicidio en la anécdota de Chejov sería narrada por Kafka en primer plano y con toda naturalidad. Lo terrible estaría centrado en la partida, narrada de un modo elíptico y amenazador.
IX
Para Borges, la historia 1 es un género y la historia 2 es siempre la misma. Para atenuar o disimular la monotonía de esta historia secreta, Borges recurre a las variantes narrativas que le ofrecen los géneros. Todos los cuentos de Borges están construidos con ese procedimiento.
La historia visible, el cuento, en la anécdota de Chejov, sería contada por Borges según los estereotipos (levemente parodiados) de una tradición o de un género. Una partida de taba entre gauchos perseguidos (digamos) en los fondos de un almacén, en la llanura entrerriana, contada por un viejo soldado de la caballería de Urquiza, amigo de Hilario Ascasubi. El relato del suicidio sería una historia construida con la duplicidad y la condensación de la vida de un hombre en una escena o acto único que define su destino.
X
La variante fundamental que introdujo Borges en la historia del cuento consistió en hacer de la construcción cifrada de la historia 2 el tema del relato. Borges narra las maniobras de alguien que construye perversamente una trama secreta con los materiales de una historia visible. En "La muerte y la brújula", la historia 2 es una construcción deliberada de Scharlach. Lo mismo ocurre con Azevedo Bandeira en "El muerto", con Nolam en "Tema del traidor y del héroe".
Borges (como Poe, como Kafka) sabía transformar en anécdota los problemas de la forma de narrar.
XI
El cuento se construye para hacer aparecer artificialmente algo que estaba oculto. Reproduce la búsqueda siempre renovada de una experiencia única que nos permita ver, bajo la superficie opaca de la vida, una verdad secreta. "La visión instantánea que nos hace descubrir lo desconocido, no en una lejana tierra incógnita, sino en el corazón mismo de lo inmediato", decía Rimbaud.
Esa iluminación profana se ha convertido en la forma del cuento.
Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Lidia Castro Hernando
13-12-2013 17:57
FRASES HECHAS Frases hechas o modismos
Llover a cántaros - Estar más contento que un niño con zapatos nuevos - Estar más fresco que una rosa/ que una lechuga - Ser más corto que las mangas de un chaleco - Tener un morro que se lo pisa - Tener más cuento que Calleja - Ser todo oídos - Estar más bueno que chupita - Tener más paciencia que un santo - Ser más largo que un día sin pan - Estar para chuparse los dedos - Tener la cabeza llena de pájaros/ de grillos - Estar chupado - Echar un ojo - Romper las oraciones - Ser más agudo que el hambre - Hacer un frío que pela - Estar más contento que unas castañuelas - Irse a freír espárragos o a freír churros o a freír monas - Poner el culo como un tomate - ¡Por si las moscas! - Salvarse por los pelos - Cantar como una almeja.
Quedarse con dos palmos de narices - Saber lo que vale un peine - Bajarse los pantalones - Bajarse del burro - Cambiarse de chaqueta - Ser una olla de coles - Ser una merienda de negros - Ser de pelo en pecho - Ir como una bala – Ir como un tiro - Estar como una moto - Ser la pera - Estar como una cabra - Estar mal de la chaveta - Estar como una regadera - Ponerse morado - Ponerse como el chico del esquilador - Estar más contento que unas pascuas - Ir a hacer puñetas - Ir a hacer gárgaras - Llorar como una magdalena - No ser chicha ni limoná - Ser más tonto que Abundio - Ser más viejo que Matusalem - Ser más tonto que mandado a hacer de encargo - Poner cara de poker .
Estar o ponerse como una sopa - Mearse de risa - Hablar por los codos - Ir hacia atrás, como los cangrejos - Echar una mano - Andar con pies de plomo - Ir de culo - Pasarlas canutas - Estar en la luna de Valencia - Irse por los cerros de Úbeda - Estar en las nubes - Bailar con la más fea - Tener una flor en el culo - Tener buena estrella - Caer gordo - Comérselo a besos - Acabar como el rosario de la aurora - Ser más vago que la chaqueta de un guardia - Pasar más hambre que un maestro de escuela - No llegar ni a la suela del zapato - Ser más lento que un desfile de cojos - Ser más pesado que una vaca en brazos - No tener vela en este entierro - Dar gato por liebre.
Salvar el pellejo - Estar al loro - Comer con los ojos - Nadar y guardar la ropa - Estar más solo que la una - Salir pitando - Tener mala leche - Ser como dos gotas de agua - Venir con un pan bajo el brazo - Tener más moral que el Alcoyano - Tener una salud de hierro - Estar en ascuas - Tener la moral por los suelos - Estar como un tren - Poner los pelos de punta - Morirse de risa - Tener las espaldas anchas - Verle las orejas al lobo - Estar de mala uva - Dar alas - Dar un trompazo - Estar rendido - Estar reventado - Tenerlo en la punta de la lengua - Dormir como un tronco.
Tener un nudo en la garganta - Ser un pelota - Estar como una tapia - Faltarle un tornillo - Estar que arde - Echar humo - Tener los ojos como platos – Estar caliente - Entrar por un oído y salir por otro - Haber gato encerrado - No tener ni pies ni cabeza - Echarle el guante - Darle un baño - Dormir a pierna suelta - Tener un humor de perros - Reírse por debajo del bigote - Dar la lata - Estar molido - Ser un trozo de pan - Tener el alma en vilo - Ponerlo verde - Dormir como un lirón - Predicar en el desierto - Ser un petardo - Tener la cara muy dura.
Tener la mano muy larga - Coger una mona - Estar con la soga al cuello - Costar un ojo de la cara - Meter las narices donde no te llaman - Estar en los huesos - Llorar como un descosido – Hacerse un siete- Tener más cara que un saco de perras - El mundo es un pañuelo - Chupar del bote - Quitar un peso de encima - Romper el hielo - Meterse en camisa de once varas - Correr un tupido velo - Pegársele las sábanas - Trabajar a brazo partido - Aguantar mecha - No dar golpe - No dar el brazo a torcer - Meter el dedo en la llaga - Colgarle el San Benito - Ponerlo a parir - Estar hecho un lío - Caerle la negra.
Estar entre la espada y la pared - Estar como sardinas en lata - Tener la sartén por el mango - Pasar las de Caín - Llegar hecho un cristo - Ser un manojo de nervios - Tocar todas las teclas - Ser un viva la virgen - Hacer de tripas corazón - Ser un chupatintas - Estar "enchufao" - Ser un metepatas - Ser un manirroto - Quedarse a dos velas - Ser la leche - Salir pitando - Dar más vueltas que un ventilador - Estar hecho polvo - Estar como un flan - Tener mala pata – Sentarle como un tiro - Tener la cabeza de chorlito - Hacer el indio - Ser más agarrado que un chotis - Levantarse con el pie izquierdo. Salirle humo por las orejas.
Estar hasta el gorro - Hacerse la boca agua - Cogerlo con las manos en la masa - Tener la cabeza como un bombo - No estar católico - No estar fino - No estar para cuentos - Ser un lince - Tener mucha cara - Ir a tontas y a locas - Estar que muerdo - No haber moros en la costa - Naranjas de la china - Ser de la virgen del puño - Valer más la salsa que los caracoles - Ser un plomo - Matar dos pájaros de un tiro - No ser trigo limpio - Acordarse de Santa Bárbara cuando truena - Ser más corto que el día de Santo Tomás - Hacer borrón y cuenta nueva - Quedar en agua de borrajas - Echar leña al fuego - Dar jarabe de palo - Ser más tonto que un zapato.
Tener mano izquierda - El burro delante para que no se espante - Ser más viejo que los caminos - Estar en los huesos - Estar al pie del cañón - Sacarse la venda de los ojos - No haber ni un alma - Tirar la casa por la ventana - Consultar con la almohada - Estar en la higuera - No decir ni pío – No andarse con rodeos - Pagar los platos rotos - Perder los estribos - Dar la nota - Ser más claro que el agua - Estar más limpio que una patena - Ser un asunto de faldas - Irse a tomar por saco - Estar como un cencerro - Buscarle tres pies al gato - Tener más vidas que un gato - Costar un ojo de la cara - Costar un riñón.
tener un pelo de tonto - Pensar en las musarañas - Ser más chulo que la pana - Cada loco con su tema - Ser un demonio - Estar que se sale - Morder el polvo - Dar la hora - Matar el tiempo o el rato - Subirse por las paredes – Ser un angelito – Alucinar por un tubo – Arrastrar una enfermedad – Buscarle las cosquillas – Irse a tomar viento – Estar en Babia…
Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Lidia Castro Hernando
08-12-2013 20:59
LUGARES COMUNES II
silencio sepulcral
la profundidad del abiso
blanco como la nieve / o el marfil
ligera como una pluma
su boca de fresa
un escalofrío recorrió su espalda
mirar / o hundirse en la profundidad de unos ojos
los ojos como espejos del alma
bañado en sudor
el sudor frío
el amor infinito
peligro potencial / peligro inminente
romper el silencio
Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Lidia Castro Hernando
29-11-2013 20:36
Muy bueno JJ. Acá en Argentina también es un lugar común pero menos común que LO VAMOS A HACER CUESTE LO QUE CUESTE. jajaja!!! (por supuesto para después no hacer nada porque SURGIERON INCONVENIENTES DE ÚLTIMO MOMENTO)
Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Jose Jesus Morales
29-11-2013 05:35
Tomaré en cuenta.
En Venezuela se ha convertido en lugar común para empleados públicos de alto rango,( Ministros, Directores, Diputados)apegados a nuestra dolorosa realidad
No tiene curriculum, tiene prontuario
Lidia Castro Hernando
28-11-2013 01:15
Hoy voy a empezar a postear un tema dividido en 3 pero que me ha sido muy útil. El de los LUGARES COMUNES LUGARES COMUNES 1
Lugares comunes del periodismo, demostrando "con creces" que los clichés abundan en el léxico de los encargados de informar, que cuentan con un "frondoso prontuario" en el uso de este tipo de términos.
Los lugares comunes en el lenguaje funcionan porque permiten, ante la falta de ideas o recursos lingüísticos, la formación de un discurso de contenido aparente. Funcionan porque son cómodos, porque están adheridos como lapas en el imaginario colectivo o porque quienes los usan están convencidos, básicamente, de estar utilizando un lenguaje técnico o formal.
Sin embargo, los tópicos se repiten en forma tan agotadora, tanto en el periodismo como en la calle, que muchas veces pierden el significado y se convierten simplemente en fórmulas vacías.
Como cualquier lector comprobará, la costumbre está muy extendida tanto en el periodismo deportivo como en la crónica policial, pero ante la micosis generalizada de clichés en los medios y en el lenguaje popular decidÍ hacer una lista de los lugares comunes más infames. Es decir, los tópicos que ya empiezan a hartar.
Lamentablemente nosotros también cometemos este pecado, entre tantos otros, pero en el afán de mejorar les agradecemos que nos lo hagan notar cada vez que bajemos la guardia. Por ejemplo, enviando sus aportes a la siguiente lista [email protected] o entreteniéndose con nosotros mientras repasamos las frases comunes que conviene evitar. Y esto es sólo un comienzo.
“Llamó poderosamente la atención”
(El más común. Parece que las cosas sólo pueden llamar la atención si lo hacen“poderosamente”)
“El citado nosocomio”
(Si es un hospital, nunca es citado, pero si es un nosocomio no puede fallar)
“Los inadaptados de siempre”
(Uno de los más populares y ya convertido en chiste, excepto para algunos periodistas deportivos)
“El sentido común, el menos común de los sentidos”
(Una frase que le encanta al Toto Da Silveira y que, para quien la dice, da la impresión de estar demostrando una tremenda sabiduría popular, aunque sea el más común de los lugares comunes)
“Se respiraba una tensa calma”
(Un intento de oxímoron que se repite hasta el cansancio en los policiales)
“Calvicie incipiente”
(Si recién te estás quedando pelado hay sólo una definición posible para vos)
“China milenaria”
(Otras dos palabras inseparables cada vez que se quiere aludir con misticismo al país asiático)
“Borracho empedernido” o “Soltero empedernido”
(Un adjetivo empedernido)
“El flagelo de la droga”
(Si es droga siempre es flagelo, no es problema, polémica ni nada parecido)
“Se fundieron en un abrazo”
(No siempre que la gente se abraza parece que se “fundiera”, pero la metáfora es tan linda que nunca falla)
“Incendio de proporciones”
(Generalmente se usa cuando uno no tiene la mínima idea de las hectáreas consumidas por el fuego, o de puro relleno nomás)
“Literalmente” o “prácticamente” en todo tipo de combinaciones
(“La pelota ingresó prácticamente en el arco” o “el jugador quedó literalmente muerto”, son dos ejemplos de los tantos en usar estas muletillas hiper frecuentes, que casi siempre quedan mal aplicadas)
“Sufrió un duro revés”
(Bah, perdió. Para qué complicarla siempre)
“La famosa sensación térmica”
(Si pasa un solo día en el que no salga alguien en los informativos preguntándole a la ministra Tourné si la inseguridad es sólo sensación térmica–un término en realidad acuñado y usado por el ex ministro José Díaz- que venga y le regalamos una pata de jamón, como hacía Estadio Uno con los mejores goles de la fecha)
“Demostraron con creces”
(Una frase que casi se puede perdonar, a pesar del abuso)
“Figuras de la talla de…”
(Otro clásico deportivo)
“En el punto álgido”
(Ya sea una reunión, un partido o lo que fuere, siempre hay un punto que inevitablemente es álgido, no culminante)
“Demostración cabal”
(Cuando algo no está demostrado con creces, está demostrado cabalmente)
"Soldado del fuego"
(Una forma elegante de llamar a los bomberos)
"Voraz incendio"
(El fuego siempre es voraz, cuando es de proporciones)
"Extrajo de entre sus ropas"
(Típica del periodismo policial, los "malvivientes" en general realizan este curioso trabajo de extracción)
"El más popular de los deportes"
(Fútbol, fútbol, fútbol)
"No hubo que lamentar víctimas"
(Cómo decir de forma más extensa que no murió nadie)
"Muy buen éxito"
(Quisiéramos ver un éxito malo)
Evoluciona favorablemente
(No puede faltar en notas sobre celebridades internadas)
"Nuestra capacidad de asombro no tiene límites"
(Menos mal)
"El equipo salió con rostros adustos"
(Cara de pocos amigos)
"Esto es una concatenación de sucesos o hechos"
(Como la vida misma)
"El conductor del birrodado"
(Un poco de glamour para la moto o bicicleta)
"Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa"
(Y otra cosa es decir algo con contenido)
"Violenta rapiña", "violenta colisión"
(No hay rapiñas ni colisiones agradables)
"El vital elemento"
(Están hablando del agua, no del whisky)
"Viciado de nulidad"
(Cuando lo usan los abogados puede ser, pero usado por periodistas deportivos es un vicio)
"Ingentes esfuerzos"
(Se esfuerzan por caer en lugares comunes)
"Un hecho luctuoso"
(Triste lugar común)
"Frondoso prontuario"
(Para los periodistas que ven el árbol y el bosque)
"Hizo hasta lo imposible"
(Pudo hacerlo, sin embargo)
Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Lidia Castro Hernando
22-11-2013 20:04
Cuestiones de Estilo ESCRIBIR EN RELIEVE ¿Qué se entiende por escribir en relieve?
Escribir en relieve es encontrar cosas que no han dicho los demás, y decir de otro modo lo que ya ha sido dicho; es crear inesperadas uniones de palabras; es emplear giros imprevistos y vivos, una manera variada y cautivante, que llame la atención por los estremecimientos de la idea y de la vida de las palabras.
Trabajando, volviendo a empezar, retocando; buscando el relieve, sin perder de vista la concisión, condición tan importante como la creación de las imágenes y la vivacidad de los giros. Para expresar las mismas ideas de un modo más intenso, trátese de ser más brutal, de decir las cosas más crudamente, de sacar la idea de su envoltura literaria y retórica. Téngase la audacia de emplear las palabras salientes. Es mejor la barbarie que la sosería.
Pruébense palabras inesperadas; inténtese acoplar epítetos disparatados; a veces dan efectos sorprendentes; cámbiese el adjetivo en adverbio, el verbo en sustantivo y recíprocamente. Si hemos escrito: “Ahogó un sollozo convulsivo”, póngase: “Lloró convulsivamente”. Si hacemos enumeraciones de verbos, reconstruyamos la frase sustantivamente, y tendremos: “Las complacencias de su pensamiento”, en lugar de: “Se complacía en pensar”; “La inmolación precoz de su corazón”, en lugar de: “Inmolaba precozmente su corazón”; “La dependencia”, en vez de “Dependía”, lo que también nos dará: “Su servidumbre”. Ténganse presentes, sobre todo, en el espíritu, una multitud de palabras, como están en un globo los números de la lotería; las tres cuartas partes servirán, no solamente para ser empleadas, sino también para hacernos descubrir otras. Hay que revolver todo eso para que la idea que queremos expresar se agite en una efervescencia constante. Esa efervescencia, esa afluencia de palabras y de imágenes, la proporcionará la lectura.
El principal medio de obtener la variedad del estilo, o de mejorarlo, consiste en refundir la materia por la sustitución de las palabras y la transposición de los epítetos.
Ensáyese la inversión de las relaciones; eso da combinaciones agradables e inesperadas. Dante habla del “sol que se calla”; se encuentra en él un sitio “mudo de luz”, una “claridad ronca”. Ese artificio del estilo, no es más que un cambio feliz de palabras que nuestros sentidos hacen entre ellos: la vista juzga del sonido diciendo: un sonido brillante; la garganta, de la luz, diciendo una “claridad ronca”.
Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Lidia Castro Hernando
19-11-2013 20:32
CÓMO PONER UN TÍTULO
Cómo aprender a poner un título
El título es la primera frase que lee el lector de una obra. De ahí la tremenda importancia que tiene en la vida (y muerte) de la obra. Muchas veces, lo único que se recuerda de una historia es precisamente el título. Otras veces, es lo que primero se olvida.
Bueno, todos sabemos que el título es importante. Y ahora... ¿Cómo titular?
Lo primero que tenemos que ver es qué es lo que vamos a titular. Es diferente poner título a una novela, que a un cuento corto, que a una película, o a una canción.
En una novela, se dice que el título ha de atraer pero no desvelar el contenido de la misma. Cuenta Umberto Eco el proceso que siguió al elegir el título de su novela.
En un principio pensó llamarla "La abadía del crimen". Pero eso haría centrar al lector en el aspecto policíaco. Además de darle un tinte de "novela negra" o tal vez incluso de "novela adolescente"
Entonces pensó en "Adso de Melk" El título en sí no dice nada ya que solo habla del narrador que se convierte en protagonista de la obra. Pero por lo visto, a los italianos no les gustan los nombres propios como títulos de novelas.
La idea de "El nombre de la rosa" -dice- surgió de casualidad. Como suelen nacer todos los títulos. La rosa ha sido dotada de tantos significados (poéticos, simbólicos, bélicos...) que el lector se queda desorientado y no puede interpretar lo que va a leer. En cambio, el título ya comienza a ejercer en la imaginación del lector que se queda intrigado.
En los relatos cortos, el título muchas veces juega un papel diferente. Dado que el número de palabras del texto está limitado, muchas veces el título da la pista necesaria para comprender el relato. Así puede ocurrir en textos que se quieren dejar abiertos (que sea el propio lector que elija el final), en los relatos más bien abstractos (donde hay una concatenación de ideas o de imágenes que no terminan de contar una historia) O donde el autor quiere influir en la interpretación que haga el lector.
Un título como "Se vende librería" puede titular una historia donde se cuentan una serie de desgracias que han tenido lugar en esa librería, y no es necesario que en el texto se "malgasten" palabras diciendo que quieren deshacerse de ese lugar maldito y por eso lo venden.
Los títulos deben chocar. Llamar la atención. Escribir algo extraño provocativo o chocante que haga que el lector se interese o incluso que se ofenda, para que entre a leer.
"Dios debe morir" sería un título provocativo.
Otra técnica es la de titular eligiendo una frase del mismo texto. El lector, cuando encuentra la frase del título en el texto es como cuando "encuentra a Wally" o cuando ve a Alfred Hitchcock en la peli. Es una especie de "logro".
No conviene titular la obra desvelando el final de la misma. Por ejemplo:
"El misterio del libro con tinta asesina"
Los títulos pueden ser muy largos
- Tres hombres en una barca, por no mencionar al perro, Jerome K. Jerome
- La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada, Gabriel García Márquez
- Las ardillas de Central Park están tristes los lunes, Katherine Pancol
- Y los hipopótamos se cocieron en sus tanques, Jack Kerouac y Willian Burroughs
O que consten solo de una palabra
-Nada, Carmen Laforet
-Expiación, Ian McEwan
-Hamlet
-Macbeth
-Otelo
(A Shakespeare, por lo visto, sí que le gustaba titular con nombres propios. Parece que en eso, los ingleses difieren de los italianos).
En cualquier caso, a titular se aprende titulando. Por tanto, les propongo un juego. Podéis elegir cualquier obra y cambiarle el título.
¿Cómo titularían "Los pilares de la tierra"?
O uno de mis favoritos "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?"
Pueden elegir cualquier obra y cambiarle el título o también, podemos jugar a titular, como hacía un viejo amigo mío. Inventaba títulos.
Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes
Lidia Castro Hernando
11-11-2013 20:25
EL PROBLEMÁTICO GERUNDIO DE POSTERIORIDAD
Uno de los problemas más frecuentes es el uso de los gerundios, esos verboides que contienen la raíz "-ando" o "-iendo". Noto también que de las muchas trampas que nos tienden los gerundios, la que nos atrapa más seguido es la del gerundio de posterioridad. Veamos cómo detectarla y escapar de ella.
En principio debemos decir que un gerundio implica una acción. "Riendo", "cantando", "viéndote", "preparándome", "fugándonos"... todos llevan implícita una acción y, para ser más exactos, una acción en desarrollo. Una de las reglas sobre los gerundios dice que esa acción debe ser simultánea o anterior a la acción del verbo principal de la frase, pero NUNCA una acción posterior. Recomiendo releer detenidamente esto último, rumiarlo palabra a palabra hasta incorporar la idea.
A ver si se ve mejor con un ejemplo:
El hombre nos hablaba mirándonos a los ojos.
En este caso, nuestro gerundio es "mirándonos" y el verbo principal de la frase es "hablaba". Aquí el gerundio se usó correctamente, porque la acción mirándonos es simultánea a nos hablaba: nos hablaba y, al mismo tiempo, nos miraba a los ojos.
Veamos otra frase:
Montó el caballo aferrándose de las crines.
Análisis mediante, constatamos que también aquí tenemos un gerundio correcto. La acción aferrándose (gerundio) es anterior a la que propone montó (verbo principal): primero se aferró y luego montó.
Pero veamos qué ocurre en este otro ejemplo:
Al comerciante lo apuñalaron con saña, muriendo desangrado dos horas después.
Verificamos los tiempos de las acciones y resulta que el gerundio muriendo es una acción posterior a la que propone apuñalaron: es obvio que primero apuñalaron al pobre infeliz y que luego se murió desangrado.
Ése es el gerundio que debe evitarse, el de posterioridad.
Detectado el problema, la solución suele ser bastante sencilla. En este caso podría haberse dicho:
Al comerciante lo apuñalaron con saña, y murió desangrado dos horas después.
Y aún con más fuerza:
Al comerciante lo apuñalaron con saña y, dos horas después, murió desangrado.
Así que ya sabés: cuando tenemos dudas sobre si un gerundio es o no de posterioridad, debemos revisar los tiempos en que se realizan ambas acciones. Si la acción del gerundio es simultánea o anterior, venimos bien; pero si es posterior, vayamos preparando el bisturí.
Antes de cerrar el tema, te cuento una experiencia puntual:
Cierta vez me percaté de que una alumna evitaba sistemáticamente los gerundios. Y, claro, esa manía la llevaba a extender oraciones sin necesidad, o a inventar expresiones insólitas, o a retorcer las frases hasta estrangularlas. Le pregunté el motivo, explicándome ella que como no sabía distinguir cuándo los usaba bien y cuándo mal, había optado por eliminarlos a todos. Por supuesto, eso no es en absoluto la solución. Lo mejor es enfrentarse al fantasma una y otra vez hasta vencerlo...
Releo lo que llevo escrito y veo que en el párrafo anterior escribí «Le pregunté el motivo, explicándome ella […]». Hummm, ese explicándome suena sospechoso. Revisemos los tiempos y saquémonos la espina. El gerundio explicándome es una acción... posterior a la del verbo principal pregunté: primero le pregunté y, luego, ella me explicó. Yo también he caído en la trampa, pero una vez detectado el ripio, sólo me resta erradicarlo:
Le pregunté el motivo, y ella me explicó […]
Sí, así de fácil.
Somos lo que leemos: somos una multiplicidad de personajes