Ya tenemos los siete ingredientes para preparar el alimento. Tenemos el tiempo justo. Desde hoy y hasta el seis de septiembre.
Fraternidad.
Gesto.
Grotesco.
Gruta.
Ligereza.
Marasmo.
Vapulear
Rodrigodeacevedo
21-08-2015 19:18
L'as clavao, Gregorio, compañero, amigo.
J.J., tiene usted en su mano, como los alguacilillos en las tardes de toros, la facultad de iniciar la cor.rida, o sea de dar permiso para iniciar los relatos. Recuérdanos, por favor, la fecha límite.
Gregorio Tienda Delgado
21-08-2015 15:06
Como solo falta una, pongo esta:
fraternidad.
(Del lat. fraternĭtas, -ātis).
1. f. Amistad o afecto entre hermanos o entre quienes se tratan como tales.
Me gusta soñar despierto... dormido tengo pesadillas.
Eratalia
21-08-2015 14:37
VAPULEAR (O VAPULEO)
.Golpear repetidamente
.Zarandear de un lado a otro.
.Reprender, criticar o hacer reproches duramente a una persona:
MARASMO.
Suspensión, paralización, inmovilidad, en lo moral o en lo físico.
Extremado enflaquecimiento del cuerpo humano.
Con rimas y a lo loco
Rodrigodeacevedo
21-08-2015 14:06
Semillas p'al palabrero:
GROTESCO.
adj. Ridículo, extravagante o de mal gusto: es un personaje grotesco por su anacronismo.
GRUTA
f. Cavidad natural o artificial abierta en riscos o peñas: encontraron pinturas rupestres en la gruta.
Estancia subterránea artificial que imita la anterior.
Tres más y empezamos temporada.
Jose Jesus Morales
21-08-2015 13:50
Continuamos con lentitud este trabajo, de alimentar los espacios de Rayuela, para la alegría de nuestros amigos y visitantes.
Quincena del 23 de agosto y hasta el 06 de septiembre
Palabras propuestas.
Ligereza
Gesto
Rodrigodeacevedo
06-08-2015 20:29
Mi relato; está lleno de referencias mitológicas, no siempre coherentes con su papel en el cuento. Así que a tirar de google y a ponerse al día, que lo griego está de moda.
MATERIALES DE DERRIBO
Todo había sido brillante en la vida de Orestes : su nacimiento, su infancia, su completa formación bajo los mejores maestros; estaba destinado a ser la insignia de aquella generación de ricos comerciantes que impulsaron la economía en tiempos ya pasados.
Perteneciente a una adinerada familia que administraba las alcabalas que constituían parte de las haciendas públicas (un famoso alcabalero fue nuestro Miguel de Cervantes), Orestes vivió una vida muelle, de estudiante adinerado, pues sus padres le evitaron todo lo que supusiese trabajo plebeyo, introduciéndolo pronto en el mundo de sus fructíferos negocios, en los que el joven Orestes pronto evidenció una clara visión para gestionarlos y un excelente olfato para localizar los más rentables; aunque las presiones familiares le empujaron al mundo de la náutica (si hubieses sido armador, hijo mío... le decía su apenada madre, Doña Clitemnestra) un velero de dos palos, que sus padres le regalaron cuando terminó de licenciarse en Humanidades, en la prestigiosa Universidad de Bolonia fue el único contacto que Orestes tuvo con la peripecia marinera.
Erinia Megara, un bellezón de veintipocos años, estaba destinada por los dioses más salaces a entrar en la vida de Orestes, precisamente en la época en la cual los éxitos mundanos del joven estaban en su apogeo. Aquella noche, en la suntuosa fiesta que Orestes dio a sus amigos en su velero, Erinia, acompañada por otras dos espléndidas jóvenes amigas, todas ellas vestidas con lujosos vestidos negros, rodearon al joven anfitrión sumergiéndole en una orgía de carnes lascivas, apetitosas y procaces.
Pero era Erinia la que poseída por una especia de diabólica capacidad de seducción llevaba a Orestes hasta límites insoportables, negándole luego el premio definitivo, aquel cuerpo suyo que podría haber inspirado al propio Apeles para alguna de sus maravillosas esculturas de cuerpos de mujer. Sólo le hubiese faltado a la obra del maestro aquel brillo demoníaco que ahora encendía los ojos de Erinia, ojos que podrían equipararse a aljibes insondables, de un negror abisal, en cuyo fondo anidasen las más seductoras bestias de la noche.
Allí, en aquellos territorios olímpicos, los dioses marcaron fatalmente, desde aquella fiesta, el destino de Orestes. Entregado a la vida noctámbula, buscando ardua y obsesivamente a aquella mujer en cuyos ojos profundos se había sumergido como en un inexorable ascesis hacia los gozos y placeres de la vida sensual, no tardó en perder toda su fortuna y sus ascendientes sociales: Orestes se transformó, simplemente, en un pordiosero.
Erinia Megara, más feliz que unas Pascuas, por haber conseguido aquella misión destructora de un hombre brillante encarga por los dioses, aunque ella no fuese consciente de tan devastador cometido, siguió junto a sus amigas de fiesta en fiesta. el grupo de "las Erinias", era llamado. Sus vestido negros eran el fatal señuelo donde, uno tras otro, fueron sucumbiendo los hombres más descollantes de aquella sociedad de hombres brillantes.
A aquella fiesta, con una pretenciosa audición del grupo musical de moda, Erinia y sus amigas acudieron con unos impresionantes vestidos de lamé, deslumbrantes en sus juveniles bellezas. Un mendigo, extemporáneo espectador de la llegada de los invitados, se irguió entre los soberbios landós y cabriolés que esperaban la salida de los invitados, y con voz aguardentosa gritó: “¡Erinia!”. La joven se estremeció al reconocer a aquella su primera víctima que la fatalidad de los dioses había puesto en su camino. La anfitriona de la fiesta, Atenea Calímaca, dotada también de poderes mágicos, para evitar el berrinche que ciertos invitados demasiado susceptibles pudieran llevarse, transformó a Orestes y a Erinia en dos delicadas piezas, como salidas de los talleres de los mejores artesanos: dos preciosos bibelots que reproducían con gran exactitud, casi con vida, los cuerpos de los dos jóvenes. Estas estatuillas fueron compradas inmediatamente por un industrial nuevo rico, recién incorporado a aquel mundo de lujos y exquisiteces que él nunca supo apreciar.
Pero al cabo de pocos años, sus descendientes encontraron de mal gusto aquellas figurillas; para entonces una familia valenciana, la familia Lladró, había monopolizado el negocio del kistch en los objetos cerámicos. Al cabo del tiempo, los irredentos Orestes y Erinia, pasados ya de moda, fueron vendidos en la tienda de un chamarilero, puesto que aún no se conocían las de antigüedades.
Gregorio Tienda Delgado
06-08-2015 15:03
EL TAXIDERMISTA.
¿Te cuento mi historia?
Me llamo Juan Pedro Suárez, siempre tuve OLFATO para los negocios, y VISIÓN de futuro. Me dedicaba al negocio de la taxidermia, por lo que viajaba con frecuencia a Kenia. Concretamente a Nairobi, donde me abastecían de pieles de animales que después enviaba a Madrid. Tenía montado un gran taller muy FRUCTÍFERO, donde las acoplaban a las esculturas de poliuretano, escayola, o fibra de vidrio, y del taller a los museos de zoología de medio mundo, donde la INSIGNIA de mis productos era muy apreciada.
Siempre me alojaba en The Nairobi Safari Club, donde nos obsequiaban a los clientes con alguna AUDICIÓN de música autóctona sin que tuviéramos que pagar ALCABALA por escucharla. Allí me contactaban los proveedores. Participaba en los Safaris, y nada me pesaba más en mi conciencia que la muerte de tantos animales por buscar caza y fortuna. Pero la vida es así. Era el negocio del que vivía y el que me había enriquecido.
Soy soltero, sin familia, un poco tímido y casi no tuve contacto con mujeres hasta que empecé a viajar a Nairobi cuando ya era un hombre maduro, con más de treinta años. Como todos sabemos, el dinero abre muchas puertas y quizás porque olían mi posición adinerada, empecé a tener esporádicas relaciones con distintas mujeres, hasta que conocí a Michelle.
Michelle me trataba con tal dulzura y llegó a enamorarme de tal manera, que me sorbía hasta los tuétanos; nunca sentí nada igual. En un mes, hicimos los trámites necesarios y nos casamos en Madrid. Durante un tiempo, vivimos muy felices en mi mansión de La Moraleja, o al menos, eso creía.
Un día, cuando ella tenía la nacionalidad española, fui sorprendido por dos individuos pistola en mano, que me obligaron a firmar, bajo amenaza de muerte, un documento notarial cediéndole todos mis vienes a Michelle. Descubrí entonces que todo fue un complot; que Michelle, como las otras mujeres con las que tuve relación, sólo quería mi dinero.
Me tiraron a la calle como si de un gato tiñoso se tratara, y desde ese día, vivo mendigando, envuelto en mis cartones y recordado las suavidades de valles y colinas de esa princesa de color de ébano que tan feliz me hizo un tiempo, y preguntando a los viandantes:
¿Te cuento mi historia?
Me gusta soñar despierto... dormido tengo pesadillas.
Gregorio Tienda Delgado
05-08-2015 19:12
Aunque solo sea para dejar constancia de que las he leído, comento estas últimas historias… a mi manera.
EN UN JARDIN ENCANTADO. RODRIGO.
Se vale de un jardín encantado, de Pierrot y Colombina, incluso de La Cenicienta y de su extraordinaria imaginación, para desandar el camino, volver a la infancia y a la fantasía que todos hemos vivido en la niñez. Yo, soñaba que podía volar. ¿Quién, cuando se es mayor, no sueña con volver a ser niño?
Muy buena historia, publicada en el mejor lugar.
LOS PLANES DE CENICIENTA. ESTELA.
Ciertamente, estas actualizaciones de los cuantos antiguos, nos muestran los avances de la sociedad. Las princesitas de ahora… empiezan la fiesta a la 12 de la noche o más, no comen verduras ni frutas, y tienen teléfono móvil para llamar a su hado madrino, y viajan en coche.
Una bonita historia que da vida a este lugar de encuentro.
TOMÉ UNA DECISIÓN. J. J.
Una historia escrita en prosa poética y redactada con esmero. Una decisión bien tomada para que el hombre zanahoria y la mujer pájaro se encuentren y se cumpla su deseo de emprender una vida en común, un vuelo conjunto por siempre y para siempre.
Este lugar se está despertando.
Me gusta soñar despierto... dormido tengo pesadillas.
Rodrigodeacevedo
03-08-2015 19:33
Que así sea, amigo Gregorio; que tu buen olfato y nuestra buena voluntad hagan que se cumplan esas predicciones tan halagüeñas. Mira, por si acaso se adelantan los acontecimientos voy a dejar donde Adolfo material para el concierto de reapertura. Abrazos.
(Como pueden ver todos ustedes he elegido música de y para "gente mayor". Un pequeño homenaje a los jubilatas que seguimos dando guerra.)