En mi opinión, cuando nos planteemos el tema para nuestra novela, conviene ser más específicos y definirlo con mayor profundidad. Dices que el tema de tu novela compartida, Lazos rojos, es el terror. A mi entender, el terror no se puede considerar el tema de una novela, más bien sería una modalidad o tipo de novela, como lo son la novela fantástica, la de humor, la romántica, la social... etc. Precisamente, ese será el siguiente punto que abordaremos, los tipos de novelas.
Por ponerte un ejemplo de una novela de terror muy conocida, en Frankenstein, de Mary Shelley, el tema principal es La resurrección por métodos científicos. No se puede decir que en esta novela el tema principal sea el terror, aunque se trate de una obra de este subgénero. El tema tiene que ser específico para nuestra obra, algo que la distinga de otras del mismo género y que nos guíe para abordar su escritura.
Un fuerte abrazo, Grego. Reitero mi agradecimiento por tu participación.
Gregorio Tienda Delgado
06-05-2014 21:24
Elección del tema, en nuestra novela, “LAZOS ROJOS”.
Roxana y yo, después de varios intercambios de sugerencias vía correo electrónico a gran distancia, lo tuvimos claro. El terror. La novela tenía que ser de terror; que impactara al lector desde principio a final. Y naturalmente, como la mayoría de las novelas son fruto de la imaginación, tuvimos que imaginar un lugar y un entorno adecuados, donde fuera posible que se produjeran situaciones de soledad, que combinadas con fenómenos meteorológicos; relámpagos, truenos, lluvia, grandes ráfagas de viento, ruidos imaginarios etc., contribuyeran a crear escenas de verdadero pánico. Para conseguirlo, inventamos una mansión antigua, en un lugar alejado rodeado de bosques, junto a la carretera que conduce a la ciudad. Y, allí situamos al personaje principal.
Sobre dicho personaje y de los personajes secundarios escribiré en el apartado siguiente.
Pero nosotros partimos de cero. No elegimos un relato como inicio, pero sí nos sirvió la experiencia de haber escrito bastantes relatos. Y, la idea de escribir una novela, surgió de un relato, que explicaré en el punto 4, pero solo la idea, “Lazos Rojos” no tiene nada que ver con dicho relato.
Me gusta soñar despierto... dormido tengo pesadillas.
Observador
06-05-2014 12:35
Bien, pues ahora que tenemos clara la diferencia entre novela y cuento, y he puntualizado la importancia de escribir muchos cuentos antes de embarcarse en el difícil campo de la novela, vamos a desarrollar el siguiente punto de la introducción.
3. La elección del tema:
Lo primero que hay que hacer antes de escribir una novela es pensar el tema sobre el que tratará. La elección del tema es importante, ya que a partir de él empezaremos a desarrollar nuestro texto. Una vez que hayamos hecho la elección, trataremos de concretarla en cuatro o cinco renglones como mucho, no hacen falta más, y lo haremos de una manera sencilla y clara. Podemos hacer varios ensayos hasta quedarnos con la idea que más nos guste, que será en lo sucesivo lo que intentaremos desarrollar a lo largo de la obra. La idea principal o tema que propondremos para nuestra novela no es necesario que aparezca de manera explícita y directa en la obra, sino que más bien formará parte del fondo del argumento, algo así como el aire o el agua en el que se desenvuelven los seres vivos, empapados y envueltos en el medio que los contiene y condiciona su vida y sus actos.
Voy a poneros un ejemplo de cuál podría ser el tema principal para una novela y su planteamiento posterior. Supongamos que queremos tratar el acoso personal que sufren muchas mujeres en sus trabajos. Pues bien, ese sería el tema principal para nuestra novela y el planteamiento de esa idea principal o tema podría ser este:
"Una joven oficinista se ve obligada a actuar para defenderse del acoso al que le somete el jefe del departamento donde realiza prácticas de gestión administrativa".
Dentro del tema también se incluyen los subtemas de nuestra obra. Como ya dije anteriormente, mi experiencia en la escritura de novelas es bastante escasa, pero a partir de ella, os puedo hablar de cómo he desarrollado los diferentes apartados.
Cuando escribí mi novela corta “El escenario de las nubes” pensé que el tema principal sería la imaginación. Tuve la ventaja de que ya había escrito un cuento con el mismo título y a partir de él lo que hice fue ampliarlo, porque me di cuenta de que este relato me pedía mayor desarrollo. Os aconsejo que penséis un tema principal y varios subtemas alrededor de él para abordar las diferentes subtramas que tendrá vuestra novela. En “El escenario de las nubes” el tema principal es la imaginación y los subtemas serían: la incomprensión, el rechazo a lo diferente, el aprendizaje, la pintura surrealista, … etc.
El tema nos servirá para situarnos sobre lo que queremos contar. Es como el primer ladrillo de nuestra casa. Antes de escribir “El escenario de las nubes”, solo tenía una frase que me impactó cuando era pequeño; alguien, no recuerdo quien, me dijo: la pintura surrealista es como las nubes, sus formas son caprichosas y mirando al cielo te puedes imaginar diferentes escenas que van creando las nubes según son arrastradas por el viento. Siempre he tenido ganas de escribir una historia a partir de esta frase que recuerdo desde niño. Es por eso que primero escribí el cuento y después lo amplié a la novela corta del mismo título. Se puede decir que esa frase, junto con la necesidad de escribir algo basado en la imaginación, fue el punto de partida de mi texto.
La elección del tema no es algo superficial, ya que lo podemos considerar como la materia prima de nuestra novela. Siempre debe haber un tema principal y unos subtemas que lo complementen y giren en torno a él. Por poner un ejemplo de novela conocida, el tema principal de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, es el apogeo y decadencia de una estirpe, y los subtemas son, entre otros: la casa, las guerras, el hielo, el dinero, los espejos…
No hay temas mejores ni peores, todo tema es bueno si se sabe contar. Mi consejo es que elijáis un tema central y unos subtemas con los que estéis familiarizados y conozcáis bien.
Hasta aquí nuestra tercera incursión en el territorio de la novela. Espero que os haya parecido interesante y os animéis a participar.
Observador
05-05-2014 14:15
Estela escribió:
Interesante tema el que propone Javier, entrar a este territorio (hasta este momento para mí vedado) de la novela.
¿Por qué digo vedado? Porque he escrito ensayo(nueve o diez) ,cuento, teatro(tres obras) ,poesía, investigaciones(unas cuantas) , pero... a la hora de escribir una novela, comienzo a juntar material (porque la idea surge y a partir de allí empiezo a pensar en que espacio ubicaría los personajes, cuales serían, cuales sería el núcleo central, y me entusiasmo tanto investigando, que termino generalmente escribiendo algo que se parece a un ensayo).
Sin embargo, ya me han dicho varias veces que algunos de mis cuentos podrían fácilmente convertirse en novelas.
De hecho, en uno de ellos me dijeron: proba de adaptarla a una obra de teatro, y lo hice, me asombré de ver como se iban abriendo un enorme abanico de posibilidades; sin embargo... cuando llegué a la mitad de la adaptación la dejé, porque me gusta mas la estructura del cuento como está(aunque es un cuento de solo dos o tres carillas).
También me sucede que pretendo investigar hasta el último rincón ,la última brizna de la habitación(pongamos por caso) en que se mantiene una conversación; o bien que pasa en cada calle,casa,habitación del pueblo, mientras los protagonistas están en la plaza y en ese MOMENTO lo mas importante es lo que sucede alli.
Y también pretendo que si logro escribir una novela(tal vez sea muy loco lo que digo) esta sea algo similar para los lectores a lo que me pasa a mí cuando algo me gusta. Que comiencen a leerla, y no PUEDAN dejarla, que los atrape de tal forma que los tenga en vilo....en fin...y así sucesivamente.
Supongo que teniendo estas ideas tan ¿delirantes tal vez?, va a ser difícil que finalmente logre escribir una novela.
Pero...quizás alguna vez lo logre.
Seguiré atentamente la lectura de las cosas que proponen, de lo que brinden por este rincón, a ver si me decido finalmente.
Gracias por tu comentario, Estela.
Entiendo y comparto tus problemas a la hora de escribir una novela, amiga. A mí me ocurre algo parecido a lo que nos comentas. Y es que una de las mayores dificultades que puede tener un autor al enfrentarse a una novela es seleccionar qué partes debemos suprimir y con cuáles nos vamos a quedar, porque obviamente no podemos plasmarlo todo en nuestra obra. Esa criba es muy compleja y requiere una selección muy calculada con el fin de sacar el mayor provecho a nuestro texto.
En fin, como con todo, es cuestión de arriesgarse y probar. No hay otra forma. Te invito a que lo intentes. Te aseguro que la experiencia merece la pena.
Un abrazo, Estela.
Observador
05-05-2014 13:40
J.J escribió:
Quisiera hacer una observación como lector del Gabo, creo que me he leído casi todo lo que publicó, es posible que peque de temerario y por supuesto me equivoque, pero creo que es importante como observación para quienes estamos en este foro con la intención clara de escribir, porque creemos que tenemos algo que decir y estamos decididos a hacerlo.
Luego de Cien años de soledad se publicaron o dieron a conocer muchos textos como cuentos, si vemos un poco más allá del propio cuento y leemos con atención sobre todo el ritmo, la musicalidad y en algunos casos la ambientación, quizás podemos llegar a establecer que el texto pudiera haber sido escrito para integrarse a la novela, pero el autor no logro hacer el enlace para integrarlo a Cien años de soledad, o incluso algunas ideas de ese texto que pudo haber sido anterior a la novela fueron tomados en consideración consciente o inconscientemente, lo importante es que esos textos no fueron desechados, son textos con vida propia que le permitieron luego publicarlos solos, seguramente pulidos para ser independientes. Con esta observación lo que quiero es confirmar lo que entiendo plantea el observador sobre la necesidad de escribir muchos relatos, ya que la novela si bien es cierto tiene un hilo conductor, una idea que debe ser desarrollada, se nutre fundamentalmente de relatos, cuentos, anécdotas, que le dan cuerpo al texto para convertirse en novela y hoy contamos con la posibilidad de guardar en archivos separados, hasta en una nube todo lo que escribimos y jamás lo perderemos.
Lo textos que con mayor intensidad me parecieron posibles de integrar Cien Años de Soledad fueron:
Un señor muy viejo con unas alas enormes
La increíble y triste historia de la cándida Erendira y su abuela desalmada.
Me parece una observación muy probable e interesante, J.J Esto refuerza la teoría de que una novela es, en realidad, un conjunto de cuentos, unidos por un denominador común, que quedan integrados en una historia principal.
En muchas ocasiones, el origen de una novela es un cuento que te pide más. No me extrañaría que los dos relatos que citas, Gabo los hubiera pensado para integrarlos en Cien años de soledad, y después no llegara a incluirlos en la novela, separándolos como cuentos independientes. Hay que tener en cuenta que Macondo es un lugar recurrente en toda la obra de García Márquez y la mayoría de sus relatos y novelas están inspirados en ese ambiente, que es en realidad el de Aracataca, su localidad natal.
Gracias por tu comentario, J.J Un abrazo, compañero.
Observador
05-05-2014 13:14
Ana Alonso escribió:
Se me ocurre que un conjunto de cuentos con un personaje central puede convertirse en una novela, si la historia transcurre en un determinado tiempo y lugar, y si en cada cuento se presenta a un personaje secundario, con el cuál ese personaje central interactúa. En cada cuento se puede desarrollar una de las facetas del protagonista principal y la de un personaje complementario, o dos. Cada cuento debe encadenarse de alguna manera y por algún detalle con los otros, y finalmente en el último cuento converge todo en una idea central, que viene a ser lo que el protagonista ganó en experiencia en el curso de esas interacciones. Lo que no tengamos claro sobre las características del protagonista en el primer cuento, se irá aclarando en los siguientes y en el camino se encontrarán las relaciones entre los demás personajes. Hay muchas novelas conocidas que tienen más o menos este esquema, Creo que un caso sería El vino del Estío de Ray Bradbury, donde por la vida del protagonista central, Douglas, van pasando todos su familiares y personajes vecinos de su pueblo, mientras duran las vacaciones de verano. O Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez, donde cada capítulo tiene como centro a Platero, pero se van sucediendo diferentes instancias. Lo que quiero decir, es que encarar una novela como si fuesen una serie de cuentos debe ser mucho más fácil para quien le teme a la longitud. No se sí este apartado es el más adecuado para hablar de esto, pero es lo que pienso siempre cuando me reprocho no haber intentado nunca escribir una novela porque me acobarda el no saber si podré mantener la coherencia a lo largo de tantas páginas.
Pues me parece una manera muy válida de escribir una novela esta que propones, Ana. De hecho, no solo las obras que citas tienen esa estructura. Si nos fijamos en otras novelas, también podemos apreciar que, en realidad, se trata de un conjunto de cuentos con un hilo conductor común. Por poner un ejemplo, El Quijote tiene muchos capítulos, que bien pudieran ser cuentos independientes con su principio, medio y fin, que Cervantes une por el denominador común de las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza.
Dicen los entendidos que todo cabe en la novela. Es el género que más libertad nos permite a la hora de escribir. Es por eso que podemos encarar la escritura de una novela de manera independiente, escribiendo algunas partes o capítulos como si fueran cuentos. Pero de lo que nunca nos podemos olvidar es de que estos tienen que tener un denominador común y han de estar integrados en una historia principal. Esta es, a mi juicio, la principal dificultad a la hora de escribir una novela.
Un abrazo, Ana. Gracias por participar en este espacio.
Estela
05-05-2014 07:08
Interesante tema el que propone Javier, entrar a este territorio (hasta este momento para mí vedado) de la novela.
¿Por qué digo vedado? Porque he escrito ensayo(nueve o diez) ,cuento, teatro(tres obras) ,poesía, investigaciones(unas cuantas) , pero... a la hora de escribir una novela, comienzo a juntar material (porque la idea surge y a partir de allí empiezo a pensar en que espacio ubicaría los personajes, cuales serían, cuales sería el núcleo central, y me entusiasmo tanto investigando, que termino generalmente escribiendo algo que se parece a un ensayo).
Sin embargo, ya me han dicho varias veces que algunos de mis cuentos podrían fácilmente convertirse en novelas.
De hecho, en uno de ellos me dijeron: proba de adaptarla a una obra de teatro, y lo hice, me asombré de ver como se iban abriendo un enorme abanico de posibilidades; sin embargo... cuando llegué a la mitad de la adaptación la dejé, porque me gusta mas la estructura del cuento como está(aunque es un cuento de solo dos o tres carillas).
También me sucede que pretendo investigar hasta el último rincón ,la última brizna de la habitación(pongamos por caso) en que se mantiene una conversación; o bien que pasa en cada calle,casa,habitación del pueblo, mientras los protagonistas están en la plaza y en ese MOMENTO lo mas importante es lo que sucede alli.
Y también pretendo que si logro escribir una novela(tal vez sea muy loco lo que digo) esta sea algo similar para los lectores a lo que me pasa a mí cuando algo me gusta. Que comiencen a leerla, y no PUEDAN dejarla, que los atrape de tal forma que los tenga en vilo....en fin...y así sucesivamente.
Supongo que teniendo estas ideas tan ¿delirantes tal vez?, va a ser difícil que finalmente logre escribir una novela.
Pero...quizás alguna vez lo logre.
Seguiré atentamente la lectura de las cosas que proponen, de lo que brinden por este rincón, a ver si me decido finalmente.
Hace tanto que los tengo abandonados que no logro recordar mi contraseña para entrar
Jose Jesus Morales
01-05-2014 07:46
Quisiera hacer una observación como lector del Gabo, creo que me he leído casi todo lo que publicó, es posible que peque de temerario y por supuesto me equivoque, pero creo que es importante como observación para quienes estamos en este foro con la intención clara de escribir, porque creemos que tenemos algo que decir y estamos decididos a hacerlo.
Luego de Cien años de soledad se publicaron o dieron a conocer muchos textos como cuentos, si vemos un poco más allá del propio cuento y leemos con atención sobre todo el ritmo, la musicalidad y en algunos casos la ambientación, quizás podemos llegar a establecer que el texto pudiera haber sido escrito para integrarse a la novela, pero el autor no logro hacer el enlace para integrarlo a Cien años de soledad, o incluso algunas ideas de ese texto que pudo haber sido anterior a la novela fueron tomados en consideración consciente o inconscientemente, lo importante es que esos textos no fueron desechados, son textos con vida propia que le permitieron luego publicarlos solos, seguramente pulidos para ser independientes. Con esta observación lo que quiero es confirmar lo que entiendo plantea el observador sobre la necesidad de escribir muchos relatos, ya que la novela si bien es cierto tiene un hilo conductor, una idea que debe ser desarrollada, se nutre fundamentalmente de relatos, cuentos, anécdotas, que le dan cuerpo al texto para convertirse en novela y hoy contamos con la posibilidad de guardar en archivos separados, hasta en una nube todo lo que escribimos y jamás lo perderemos.
Lo textos que con mayor intensidad me parecieron posibles de integrar Cien Años de Soledad fueron:
Un señor muy viejo con unas alas enormes
La increíble y triste historia de la cándida Erendira y su abuela desalmada.
Ana Alonso
30-04-2014 23:21
Se me ocurre que un conjunto de cuentos con un personaje central puede convertirse en una novela, si la historia transcurre en un determinado tiempo y lugar, y si en cada cuento se presenta a un personaje secundario, con el cuál ese personaje central interactúa. En cada cuento se puede desarrollar una de las facetas del protagonista principal y la de un personaje complementario, o dos. Cada cuento debe encadenarse de alguna manera y por algún detalle con los otros, y finalmente en el último cuento converge todo en una idea central, que viene a ser lo que el protagonista ganó en experiencia en el curso de esas interacciones. Lo que no tengamos claro sobre las características del protagonista en el primer cuento, se irá aclarando en los siguientes y en el camino se encontrarán las relaciones entre los demás personajes. Hay muchas novelas conocidas que tienen más o menos este esquema, Creo que un caso sería El vino del Estío de Ray Bradbury, donde por la vida del protagonista central, Douglas, van pasando todos su familiares y personajes vecinos de su pueblo, mientras duran las vacaciones de verano. O Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez, donde cada capítulo tiene como centro a Platero, pero se van sucediendo diferentes instancias. Lo que quiero decir, es que encarar una novela como si fuesen una serie de cuentos debe ser mucho más fácil para quien le teme a la longitud. No se sí este apartado es el más adecuado para hablar de esto, pero es lo que pienso siempre cuando me reprocho no haber intentado nunca escribir una novela porque me acobarda el no saber si podré mantener la coherencia a lo largo de tantas páginas.
Observador
30-04-2014 12:42
Gracias por el apoyo y el ánimo que me das para seguir adelante con este espacio, Grego.
Sí, efectivamente, en mi opinión, el cuento es la cantera ideal para adquirir experiencia en la narrativa, con el fin de afrontar posteriormente el reto de la novela. Siempre he tenido mucho respeto por este género literario de gran extensión, todavía me impone bastante enfrentarme con una novela. No quiero decir con esto que el cuento me parezca un género fácil, que en absoluto lo es. Sin embargo, la novela requiere mucha constancia y disciplina, y hay que tener en cuenta bastantes factores para que el resultado sea satisfactorio. En el cuento te enfrentas a una anécdota: algo le pasa a alguien. En la novela, en cambio, el autor construye un microcosmos de sucesos y personajes, que ha de aunar en una historia principal.