Aunque ya no tengo nada claro y veo que se mezclan en azaroso contubernio comentarios con opininiones y relatos con críticas, a la hora de dejar los míos, porque por alusiones y por ser tan historiada (en el sentido de dar lugar a historias )no puedo permanecer callada. Es de recibo que deje aquí mi impronta.
He visto que ya no hay un aquí ni un allá, pero yo, manteniéndome fiel a ancestrales costumbres de aquellos días en los que este foro era más cuadriculado, vuelvo al rincón creado para este fin y, sin más dilación, os comento. Comienzo por...

ÉRASE QUE SE ERA
Un relato bellísimo en su composición, en el cual, como buen malabarista que es, el autor encaja a la perfección las obligadas palabras, cosa que tiene un mérito "que-pa-qué".
La historia de la musa y el anciano caballero está llena de nostalgia y musicalidad, y aunque se podría decir que denota un poso de tristeza, el final abierto deja entrever las luces de la esperanza.
Maravillosa sintaxis y una gran riqueza de expresión.

UNA NOCHEBUENA (RODRIGO)

Ciertamente, este relato muestra una realidad evidente en muchas casas en las que solo quedan ancianos, solos unos, en pareja otros, pero sin la compañía de jóvenes y niños que den un toque de energía y bullicio que anime esa noche que convencidos unos y tolerantes otros, se convierte en especial una vez cada año. Aunque el tiempo pasado, no siempre fue mejor, si es añorado por los que lo vivieron y se encuentran en el umbral de su existencia…

EL VALOR DE ESTAR VIVO (J.J)

El pasado persigue al protagonista de esta historia. Un pasado amoroso turbulento, del que no le es fácil escapar y trata de romper el vínculo practicando un ritual; el fuego es purificador, pero donde hubo fuego, al menos quedan cenizas…

ENTRE LA AUDACIA Y LA DESESPERACIÓN (J.J)

La audacia tiene su precio, unas veces positivo, otras, negativo, como le ocurre al protagonista de este relato. Una historia que discurre ágil, bien hilada, pero poco elaborado el personaje del cuchillo. Aun así, es un buen relato.

COMENTARIOS PENDIENTES.

ENTRE LA AUDACIA Y LA DESESPERACIÓN.- J.J.

Con un estilo mucho más suelto -la frase corta agiliza mucho este tipo de escritos- y ¡por fin! una sintaxis cuidada y ortodoxa, llena de imágenes brillantes, nos deja J.J. un relato en el que abunda a un tema recurrente en él: sus angustias y zozobras más o menos súbitas. Este parece ser un fragmento de alguna novela negra de Raymond Chandler y, a mí particularmente, me deja insatisfecho por el brusco desenlace. La aparición injustificada del personaje masculino creo que hubiese requerido una mayor explicación previa. No obstante es un relato dinámico y agradable.

ENCUENTRO.- Gregorio.

Un estupendo relato, apropiado para estas fechas de vacación y fiestas (sólo para quienes puedan, claro) en el que Gregorio nos trae una variante de la leyenda del hombre-lobo, del licántropo a quien en esta ocasión redime el amor y se suicida. Me recordó en algo los pasajes finales de “El lobo estepario” de H.Hesse y me parece muy acertado que en estas fechas en las que tanto se predica el amor se nos presente un ejemplo, siquiera imaginario, de cómo ese sentimiento perturbador puede resultar admirablemente liberador. Por lo demás la escritura sigue con la maestría habitual de nuestro compañero.

EL VALOR DE ESTAR VIVO.- J.J.

Más que un relato me parece este texto una especie de exorcización que J.J. hace para liberarse de un pasado (o todavía presente: el texto no dilucida) traumatizante. El amor, siempre el amor, gratificante o esclavizante, o ambas cosas a la vez como suele ser el caso. Un deseo de desligarse de esas ataduras mueve al protagonista a practicar un rito habitual; aquí, en España, se está empezando a practicar en la noche de San Juan y sólo en las regiones costeras. En todo caso el fuego siempre es liberador y si falla lo del papel queda el fuego del ron, más estimulante.
Por cierto, J.J. aquí la sintaxis es desastrosa. Casi no pude entender muchos de los párrafos. Pero estamos en días de cordialidad y lo pasamos por alto. Yo también tendré mis débitos.

Querido J.J. Con gusto tomo el relevo de la gestión del hilo hasta tu regreso. El viernes abriré el saco palabreril y el día 15 te entrego de nuevo las riendas.
Por cierto, no es necesario que releas mi último texto; efectivamente es un "refrito" de otro anterior para encajar las palabras de la semana. Estas fechas no me han dejado ni tiempo ni inspiración libres; pero yo he elegido seguir enviando mis líneas a nuestro depauperado foro.
Ya veo que no se os escapa ni una. Lo que no deja de ser una suerte. Abrazos.

Leí muy por encima el texto de Rodrigo, pero me queda la sensación de conocer ya ese camaleón. Lo revisaré con mayor atención.

El texto de Gregorio debo comentarlo con mayor profundida cuando regrese.

UNA TARDE CALIENTE (J.J.)

Ver pasar la vida es un buen ejercicio, si se hace desde una atalaya en la que se pueda observar sin llamar la atención de los observados. En este relato, se denuncia falta de honestidad de un sistema de sociedad, donde prima lo material, sobre lo humano. Hecho que es habitual aunque condenable.

Logrado con creces el objetivo Rodrigo.

Una sintética, poesía en prosa, con intensidad y gran fuerza en las pocas palabras que te permitiste. Una historia que puede perfectamente resumir, sintetizar, nuestras propias vidas.

Un abrazo y Feliz año nuevo para todos quienes nos acompañan y leen.

A pesar de las carreras y el síndrome de escapista, como era de esperarse nos alcanzaron las fiestas, a unos en invierno y a otros en verano y a pesar de las previsiones siempre nos quedamos cortos de tiempo y de dineros y tenemos que hacer de tripas corazón.
Esta semana faltaran los turrones, pero no las palabras y la propuesta es:
Despeñadero
Presente.

Apreciada, Ana. Nada más agradable que verte en Rayuela y en Ríos de Tinta cuando empiece a funcionar. Siento que tengas complicaciones, y deseo que se te solucionen cuanto antes. Pasa cuando puedas, al menos para contarnos cómo te va.

Un abrazo.

Yo solo quiero, además de dejar un saludo, decir que ni bien pueda volveré a participar más regularmente, por eso me registré también en Ríos de tinta, para no perder el contacto con los compañeros que escriben, acá o allá. Si escribo este mensaje acá, es porque en la otra página todavía no puse una letra, y no quiero que mi primeras palabras sean para decir que no puedo participar todavía. Por lo demás, los aprecio a todos, me encanta leerlos, y lamento muchísimo estar pasando por unos días muy complicados; así y todo, y hasta que me ordene un poco más, intentaré dejar algún texto o comentario en cualquiera de las dos páginas, siempre que encuentre el momento o la oportunidad, sobre todo para que sepan que sigo conectada.