Hace tanto que los tengo abandonados que no logro recordar mi contraseña para entrar
OMAR
19-09-2014 16:06
Aquí va una:
LIBROS
«...solo el amor convierte en milagro el barro...»
S.Rguez
Rodrigodeacevedo
19-09-2014 13:36
Palabrita p'al saco:
EXCEPCIÓN
f. Exclusión de lo que se sale de lo común o normal: díselo a todos sin excepción.
Cosa que se aparta de la regla general: hoy nos acostaremos pronto como excepción.
der. Motivo jurídico que se alega o para defenderse de la acción del demandante: excepción dilatoria.
No vale (o no debería valer) EXCEPCIONAL
caizán
19-09-2014 12:24
METECO
extranjero
En la antigua Grecia,en Atenas, extranjero que no tenía derecho a la ciudadanía.
Jose Jesus Morales
19-09-2014 06:51
Este viernes anuncia el fin del mes, y en el sur el termino del invierno e inicio de la primavera. En estas condiciones casi obligado por las temperaturas propongo:
Pelicula Con sus innumerables acepciones y condicionantes capaces de abrir historias.
Un Nombre, un Compromiso, una Historia que se Repite
A esta hora en que la neblina lo invade todo y que estoy a punto de hundirme en la ignominia fraguada por mis enemigos, ignoro mi próximo paso, pero debo darlo con absoluta seguridad, con el tino certero de quien no le tiembla el pulso en el disparo. Busco con insistencia en esta esta espesa niebla de componendas y trapisonderias, el porqué, la razón, los fundamentos que mueven a mis propios paisanos y amigos a intentar destruirme.
Estas sombras, esta niebla, esta oscuridad que invade mi entorno es rota por un tenue rayo de luz. En medio de las tinieblas un hilo luminoso me deslumbra, a mitad de esta asombrosa negrura construida en mi contra logro vislumbrar el tenue perfil de la mañana, y por si fuera poco, en este silencio absurdo que me sorbe el seso, como una premonición revienta una sonora nota musical que abre una esperanza en medio de mi perdición, en un instante esa extraordinaria sensación de desastre en el torbellino de acontecimientos que me empujaron a este rincón, en donde me asfixio, atragantado el buche con interrogantes sin respuestas, me libera y da fuerzas suficientes para enfrentar esta nueva batalla.
La ilusión, el ánimo regresa acompañado del impulso de una renovada confianza, reanima mi fe en el futuro que he trazado y todas mis esperanzas las juego en un hombre que lleva mi nombre. La luz rompe definitivamente la oscurana con la confianza de tener el triunfo una vez más asegurado.
Crecimos en el mismo barrio, nos convertimos en hombres y seguimos rumbos diferentes, pero mantenemos la creencia, que llevar el mismo nombre nos hermana mucho más que la sangre y por alguna razón el destino cruzo nuestros caminos.
Mi tocayo es periodista y cree firmemente en ese pacto que hicimos de jóvenes sin futuro, tiene extraordinarios contactos en ese mundo en donde se tejen mentiras sobre mentiras y se inducen conjeturas, tiene influencias y conoce esa extraordinaria maquinaria al servicio de grises intereses, incluso, maneja con destreza el extraordinario hilo mediático virtual, capaz de llegar directamente a ciudadanos desprevenidos, desinformados, que se convertirán de incrédulos indecisos, en tenaces aliados.
Mis líneas telefónicas están intervenidas. Escribo al salvador que lleva mi nombre un correo electrónico y explico con detalles conmovedores mi situación, le doy libertad de acción y una dirección para obtener recursos ilimitados. Confirmo que voy a mantenerme ausente pero en movimiento, hasta que logre darle un vuelco a mi situación. Le advierto finalmente, que estoy en sus manos.
A la semana mi imagen y mi nombre se repite en los titulares de todos los periódicos; en todos los canales de televisión desmienten las acusaciones y niegan los ataques de los que fui objeto injustamente. Desde las redes sociales me apoyan incondicionalmente.
Según Sun Tzu en El Arte de la Guerra “ a los enemigos hay que aniquilarlos” por eso los llamo a una reunión en el Palacio de Gobierno, les entrego delante de las cámaras de televisión cargos y reconocimientos que no pueden negar, ni evadir.
De a poco se correrá una conjetura que se instalará como verdad en el imaginario colectivo. Mis detractores querían obtener reconocimiento y prebendas, eso los aniquilará y fortalecerá mi imagen.
Mi tocayo, mi salvador, es un hombre movido por razones y motivos peculiares, si debo darle un nombre sería el de lealtad a un compromiso, a la palabra empeñada. Sé que no le interesa ninguna recompensa pero estoy seguro que la cuarta y la quinta generación agradecerán en medio de su abundancia el nombre que tuvo y su amistad conmigo.
OMAR
18-09-2014 19:20
¡El 9!
El momento de enfrentarlos - 9
En realidad no fue muy difícil para Luís dar una explicación a Tallina, y la comprensión de esta. En cada ciudad o pueblo del planeta existía la costumbre encontrar un rincón, aunque fuera pequeño para que los cuerpos y espíritus de sus seres queridos descansaran en paz; así lograban más o menos suplir la ausencia de estos.
—¿Siempre fue así?
—Quizás no siempre, pero sí hace millones de años…
—¿Por qué quizás? —lo interrumpió la visitante—. ¿No conocen la historia desde su punto cero?
—¿Y es eso posible? —fue una pregunta a varias voces de los muertos que rodeaban a la pareja. Algunos todavía recelosos y con dudas porque Luís trajera con él a una candielense.
—¿Puede existir un punto cero en la historia d la vida? —esa se escuchó un poco más atrás realizada por un tocayo de Luís que no era muy hablador.
—Allá en Candiela hemos logrado establecerlo, y después de ese momento el desarrollo fue vertiginoso.
—¡Al extremo de querer conquistar el Universo! —volvió a rebatir el tocayo.
Tallina bajó la cabeza tragando un amargo buche de ignominia.
Luís la tomó por un brazo haciendo una señal a sus padres de que bajaría con ella al lugar donde reposaban; y lentamente desaparecieron de la vista de todos.
—Tiene razón ese espíritu amor —le decía a Luís sollozando y recibiendo las caricias de este en su cabeza. Ella se había tendido en el suelo y colocado la cabeza en los muslos de su compañero sentado a su lado. Así estuvieron un rato, hasta que él se decidió a hablar.
—¿No crees que algún paisano tuyo piense igual? Todos no pueden…
Un apretón fuerte en la mano detuvo sus palabras.
—¡Espera un momento!
—¿Qué pasa querida?
—Siento como una corriente desde abajo, hay algo ahí —le dijo señalando el piso y se levantó para caminar muy despacio con la vista fija en el suelo. Luís la miraba sin hablar.
En un punto específico Tallina se agachó y colocó la palma de la mano en la tierra; pasaron unos segundos y golpeó tres o cuatro veces. Cada golpe sonó muy seco.
A la señal de Tallina Luís se acercó y entre ambos levantaron una tapa metálica que estaba cubierta de polvo. El asombro continuaba: ¡varios escalones frente a ellos! Bajaron abrazados y muy despacio.
—No nos buscaban, pero nos encontraron.
De inmediato se iluminó un local inmenso donde los dos jóvenes pudieron ver más de un centenar, quizás miles de robots con disímiles formas y tamaños.
Dos de ellos se acercaron a la pareja y convirtieron sus laterales izquierdos en confortables sillas donde Tallina y Luís tomaron asiento de manera mecánica.
—Vean esto —les dijo otro que se paró frente a ellos y dejó que en su abdomen, muy parecido a un monitor de computadora, corriera una película impresionante.
—Por eso los incesantes ataques candielenses a uno y otro planeta; nos buscan a nosotros que, como acabaron de ver, trabajábamos como esclavos para ellos —hizo una pausa—. En Candiela nos crearon, pero al mismo tiempo estuvieron a punto de exterminarnos.
—Pero… —Tallina intentó hablar; sobre algo que desconocía.
—Tú no habías nacido aún cuando decidimos escapar. Las reservas metálicas que utilizaban para construirnos se agotaron, así como también nos estábamos desapareciendo.
—Entonces… —ahora fue Luís
—Pudimos hacer que explotar el planeta, pero decidimos huir; y desde entonces nos buscan desesperadamente.
Un silencio de varios minutos los dominó a todos.
—Quizás haya llegado el momento de enfrentarlos —concluyó el video-robot.
«...solo el amor convierte en milagro el barro...»
S.Rguez
OMAR
18-09-2014 19:17
Mis disculpas por el entretenimiento, después de Tallina - 7 nos subí el 8
Aquí les pongo el 8 que les debía y el 9. Espero me disculpen. Saludos a todos.
Difícil de creer - 8
Muy despacio uno de los más impacientes difuntos comenzó a mover su techo. ¿Ya estaría todo oscuro? ¿Ya en el campo santo podría efectuarse la periódica reunión de los muertos? Solo cuatro hombres se veían a cuatro o cinco tumbas de distancia, pero también se percibían varias botellas de aguardiente demostrando que no representaban peligro alguno, porque además no paraban de tomar tragos de una bebida seguramente ya insípida para ellos. Cualquiera en esas condiciones podía ver a un muerto y hasta conversar con él, que al otro día la resaca le impediría acordarse.
Con golpes secos en los hogares de sus amigos este señor logró que todos fueran agrupándose en la parte norte del cementerio.
—Hace bastante tiempo que ya no vemos a Luís, ¿qué habrán hecho esos alienígenas con él?
Esa duda, gracias a la automatización virtual desarrollado por los informáticos que iban llegando a los jardines del Edén, se trasladaba por un elevado por ciento de los cementerios del planeta.
Incluso habían puesto en órbita dos satélites imposibles de captar por los humanos y que vigilaban constantemente la posible llegada del joven o el potencial ataque extra terrestre. Para el que pensaban estar ya preparados.
Algún que otro sinvergüenza no había querido sumarse al espiritual ejército, pero estos habían sido apartados poco a poco.
—¿La pareja que llegó ayer no ha salido aún? —preguntó el designado como jefe general.
—¿Usted cree que debemos precisarlos?
—¡Por supuesto! Y creo que es el padre de Luís quien debe buscarlos.
—Pero es una pareja muy joven… —se incorporó este a la conversación.
—Piensa qué confianza te mostraría tu hijo si comprueba la incorporación de muertos prácticamente inmediatos.
Hasta la tumba de la pareja fue el hombre y sin tocar corrió la tapa.
—Amigos, sin vergüenza alguna pueden salir de ahí, muchos los esperamos…
Un agudo sonido comenzó inundar el negro firmamento y al instante las comunicaciones entre los habitantes de los cementerios del planeta se hicieron una sola: todos aprestándose para el esperado ataque y defender a los que disfrutaban del preciado don de la vida.
Pero no…, la señal recibida fue la de Luís, que después del salto espacio temporal junto con Tallina logró mantener en la nave una velocidad bien cercana a la luz y se acercaba a su mundo.
Pasó por los satélites de chequeo ya con una rapidez menor hasta que la nave aterrizó frente al grupo mayor de hálitos.
La pareja salió tomada de las manos, pero Tallina se detuvo, sin querer creerlo.
—¡Todos ellos…
«...solo el amor convierte en milagro el barro...»
S.Rguez
Rodrigodeacevedo
17-09-2014 13:46
UNA ANÉCDOTA TRIVIAL
A las tres horas y cuarenta y siete minutos de la noche del sábado al domingo, según declaraciones libremente hechas -aunque bajo un tremendo estado de shock nervioso- por el guardabosques de la propiedad, al servicio de los marqueses de la Cruz Florida, fue encontrado el cadáver de un hombre, varón, indocumentado, de unos cuarenta años, de apariencia desastrada, al parecer un vagabundo de los que solían acudir a las fiestas del pueblo de Villar de Monteoscuro. El cadáver, con los primeros síntomas de “rigor mortis”, se encontraba en posición fetal, en un rincón apartado de la finca, bajo un alcornoque centenario de amplia copa, bajo la que gustaban los señores marqueses organizar algunos desayunos con sus íntimos. Era un árbol, como tantos otros objetos, rituales y paisajes, que se había incorporado al acervo de los usos y costumbres solariegas y que, a partir de ahora, sufriría la ignominia de aquel macabro hallazgo. Dadas las costumbres de las gentes, desde ahora sería el “alcornoque del muerto”, en lugar del “árbol de los marqueses”.
La total ausencia de síntomas de violencia y de huellas en general hizo que, inicialmente, la policía no abundase demasiado en sus investigaciones. Nadie conocía al muerto, nadie lo había visto ni siquiera merodeando por el pueblo ni por los alrededores, no había indicios que permitiesen intuir algún porqué en tan insólito hallazgo. Pero la policía tenía sus protocolos de actuación y, salvo autorización expresa del marqués, quien asumiría con ello posibles responsabilidades, debían proseguir sus investigaciones, aunque sólo fuese por rellenar los formularios y redactar el informe pertinente. Un vagabundo, un muerto de hambre, qué pérdida de tiempo y de dinero, murmuró el comandante de puesto de la Guardia Civil, quien en principio debía iniciar el proceso. Pero era la ley.
Por puro protocolo los señores marqueses fueron llamados a reconocer el cadáver, ahora en la morgue del Instituto Forense de la capital.
- Perdonen ustedes, excelencias, sólo será un momento; ya sabemos que es muy desagradable, sobre todo cuando ustedes están totalmente fuera de sospechas, naturalmente; mira qué oportuno estuvo el buen hombre, ir a morirse bajo el “árbol de los marqueses”. Y sin ser paisano ni nada.
El cabo de la Guardia Civil nunca se había visto en semejante aprieto. A veces pasaba por la finca a saludar a sus excelencias y eran todo frases amables -¿qué tal su señora esposa, Agúndez? Y los chicos ya creciditos ¿no?- y su buen aperitivo con vino de la bodega de sus excelencias. Y ahora aquí, en el depósito de cadáveres, frente a este desaliñado buhonero, porque seguro que era buhonero, aunque no se hayan encontrado sus pertenencias; tan sólo una gaita de buche de cerdo y, sorprendentemente, unas cuartillas sucias y arrugadas, con algunos versos escritos con torpeza. Qué bochorno. Pero son gajes del oficio.
Pero, sutilezas que se van adquiriendo con los años, el bueno de Agúndez no dejó de observar la turbación y los gestos nerviosos que manifestó la señora marquesa – mujer de ma.dura belleza, de quien se rumoreaba un vidrioso pasado de alegrías y francachelas- cuando vió el rostro del difunto. Fueron sólo unos pocos segundos, pero él lo advirtió. Las manos, cuidadas y femeninas, se crisparon sobre el pañuelo que siempre llevaba la señora -en aquel pueblo hacía tanto calor- y la boca se le frunció en un gesto como de sorprendido dolor, al tiempo que un brillo especial le iluminó los ojos. Fueron segundos, pero Agúndez supo que algo había tras de aquello.
Se practicó la autopsia sin resultado comprometedor alguno. El forense solamente pudo certificar que aquel hombre llevaba varios días sin comer y que, por el estado de sus pies, había caminado muchos kilómetros por caminos en mal estado. Por lo demás no parecía un vagabundo al uso; sus manos estaban cuidadas, su piel no tenía la morenez característica de quien vive habitualmente a la interperie y, en general, el desaliño que presentaba no parecía usual en él. Incluso las ajadas ropas parecían de un cierta buena calidad.
Agúndez tenía su teoría, aunque era tan disparatada que nunca la manifestó. Volvió a casa de los marqueses y encontró a la señora pálida y envejecida, los alegres ojos velados con una bruma de tristeza, aunque aparentó la misma cordialidad y buen humor de siempre. Decidió vigilar, con ayuda de su tocayo el guardabosques, el “árbol del muerto”. Efectivamente, pudieron comprobar que la marquesa, siempre que volvía a la finca visitaba el siniestro árbol y arrodillada ante él lloraba y rezaba. No tardaron los marqueses en vender la propiedad y el “árbol del muerto” fue arrancado sin mayores explicaciones. ¿Quien había sido en vida aquel finado? Dejamos libre interpretación al lector, así podrá evaluar su bienintencionado criterio.
Jose Jesus Morales
16-09-2014 06:31
Nos dejas una macabra sintetica y nos deseas una feliz semana. es martes y no logro reponerme de esa visión.