ESTABLECIMIENTO DE BASES (MODUS OPERANDI)

Voy a intentar establecer la mecánica del asunto para que sea quien fuere el que dirija el cotarro tenga claro el modo en que acordamos hacerlo en su momento, y que como fue bien, ¿para qué cambiarlo?

El que se hace cargo propone el tema (en general) de qué va a ir el relato cadavérico. Una vez expuesto y publicado el susodicho tema, escribe su comienzo pero no lo publica, solamente la última frase.
El siguiente en la lista lee esa última frase y remite por correo privado al que se encargue esa vez, sus cien palabritas. Al recibirlas, se publica la última frase, la cual se apresta a leer el siguiente y a mandar su trozo por correo, etc etc.
Una vez que llegue el último pedazo, solo queda ensartar las partes y tras el ensamblaje proceder a su publicación para deleite (o irrisión) de propios y extraños.

EL ORDEN DEL CONCIERTO ES EL QUE SIGUE:

-Rodrigo
-Gregorio
-JJ
-Eratalia
-Juan Fozara

Pues después de tantas cosas que habéis dicho yo ya no sé qué decir.
Pero me gusta leeros.

No, amigo Juan, no te nos entierres con un cadáver que, aunque exquisito es efímero y casual. Sigue con nosotros en nuestro arduo caminar hasta llegar a la Gloria (terminología de rayuela.)
Me ha encantado tu referencia a Rosa, rosae, del inolvidable Labordeta, canción que se escucha al borde de la lágrima y con la dulce opresión en el corazón que producen las cosas bellas.
Te (os) la dejo para que la disfrutéis.

Entonces yo me tengo que enterrar con el cadáver. Es un juego. El coronel Aureliano Buendía frente al pelotón de fusilamiento...
Rosa/ Rosae.
Aduanas atravesadas por flechas inmigrantes.
Lo que si es reprochable es escribir malos versos, prefiero la automática.
Sigamos con nuestros éxitos.
Compañeros, el PP es una ONG.
Y no olvidéis que os aprecio.
No sé si me he explicado bien, jaja.

Haiga paz en el velatorio, compañeros. Para mí, que soy pura contradicción, este cadáver ha sido todo un éxito.

Pedí que se escribiese todo lo libremente que se pudiera, dejando en primer plano la primera ocurrencia que se nos viniese a la mente sin elaboraciones ni condicionamientos intelectuales.

Y eso se ha hecho; en el trasfondo queda el verdadero espíritu de cada uno.
Yo jugué en mi trozo con la ventaja de saber de qué iba la cosa. Gregorio nos dejó un texto lírico y limpio que, una vez más, evidencia su bonhomía y el sentido del amor casi cortesano que habita en él.

Después J.J. nos dejó su aportación dentro de su más puro estilo: existencialismo puro. Y de hecho ahora se autoinculpa de ser causante de lo que suponéis un estropicio. Hombre de dios, tu único pecado, tu única culpa, es la que tenemos todos: ser seres humanos llenos de contradiciones y cargados con la cultura judeocristiana.

Después llegaron Juan Fozara y Eratalia, que nos dejaron muestra de su esplándido saber hacer y maestría en el manejo de estos textos difíciles.

Además, en conjunto, tenemos que aceptar que ninguno tenemos ni p.... idea de lo que es un cadáver: no somos asesinos ni médicos forenses.

Y eso de la escritura automática hasta los mismos que la inventaron acabaron renunciando a ella. Pero lo pasamos bien ¿no?.

Hala, vámonos a lo de Adolfo a tomar unos carajillos, que ha vuelto el frío.

No se trata, JJ, de que nadie se sienta culpable, si no, de dar nuestra opinión sincera, como ha pedido Rodrigo, que es quien ha conducido este cadáver desde su muerte, hasta su entierro, que haremos, supongo, cuando empecemos el siguiente.

Como bien dices, se trata de actuar con franqueza, como así lo hemos hecho siempre, desde que empezamos en esta comunidad de amigos. Ánimo, y adelante.

Un abrazo.

Sobre este cadáver exquisito tengo algunas consideraciones:

En primer lugar, creo que el responsable de que este ejercicio se convirtiera en pedazos de varios cadáveres insepultos, putrefactos y no en un solo cadáver, que requiere una honrosa sepultura soy yo. Mi texto trastoca todo el sentido y le obliga un giro que impide la cohesión.

En este tipo de textos creo que no se trata de escribir posiciones, se trata de dejarse llevar por el pie, por esa última línea que en este caso llamaba a un texto más ben dedicado al deseo, al amor, a la pasión, a un encuentro amoroso, a la dulzura, a la alegría de estar juntos y yo lo dañé, llevando el texto a otro extremo, que en este caso Eratalia siguió con tino, pero ya el cadáver era ode otro.

Este texto por el esfuerzo de los dos primeros participantes, que lograron un hermoso resultado, además de imágenes interesantes, coherente. Este texto debió correr mejor suerte, un canto al amor, pero se perdió parcialmente, porque los textos escritos pueden seguir otro rumbo depende de los autores que le den vida, creo que vale la pena intentarlo. Lo interesante es que este texto nos permitirá aprender.

Lo que creo que debemos aprender, es que si bien es cierto se trata de ejercitar la escritura automática, según la teoría debemos estar atentos a la señal, a la línea que nos señala el camino a seguir, en este caso señalaba precisamente un encuentro, amoroso, lleno de deseo y pasión y yo no seguí esa señal.

El otro detalle que desconocí cuando escribí mi texto, es que los relatos tienen una estructura, introducción nudo y desenlace, me correspondía escribir el nudo, o en todo caso la introducción al nudo y el otro le daría forma o redondearía, En este caso Era lo completó perfectamente pero el desmembramiento ya era un hecho imposible de corregir.

Por eso creo que el texto lo malogré yo, no estuve a la altura del planteamiento y no quise pensar en lo que intentaban escribir los compañeros, simplemente escribí cien palabras para cumplir con mi cuota, sin comprometerme, y este ejercicio requiere compromiso.

Cumplí mi cuota sin siquiera detenerme a pensar, en imaginar el esfuerzo del otro, por eso estoy convencido que es mi responsabilidad que este cadáver no se pueda sepultar y quedará vagando en mi recuerdo como un fantasma, no amenazador, más bien será una alerta sobre futuros errores para compromisos compartidos.

Por último y no como descargo de mi responsabilidad que asumo con convicción creo que deben,os ser más flexibles con quien recoge los pedazos y darle la oportunidad, que en casos como este pueda recomponer con muchísimo cloroformo el cadáver.

Este razonamiento lo hago puramente desde el empirismo lógico, y no desde la certeza teórica, de la que francamente carezco. Este razonamiento lo hago, convencido de que la franqueza, en nuestro caso, es la única manera de poder aprender y seguir adelante en esta extraordinaria experiencia de compartir y escribir, que nos ha permitido estrechar lazos de amistad, por encima de nuestras diferencias ideológicas y la separación geográfica. Hoy más que nunca me siento cercano a todos ustedes.

Bueno, mi conclusión, después de oler y leer el cadáver, es que es el más descoordinado de los tres, quizá, por querer hacerlo en escritura automática, aunque no se haya conseguido. Por ello no debemos desanimarnos, pues, teniendo en cuenta que enlazar con una frase corta y acertar, es bastante difícil, no ha quedado mal.

SAludos.

Ya tenemos el cadáver listo y aseado para su presentación al público. No os extrañe que recuerde el epitafio de la tumba de Groucho y os diga:"Perdonen que no me levante". Cosas de los cadáveres.
Yo pediría al grupo de necrófilos y a los que quieran añadirse una especie de comentario crítico al resultado final. Yo lo haré en otro momento. Se pueden perfectamente identificar los autores de cada trozo y, con permiso de ellos, dar nuestra opinión sobre el grado de identificación de su trozo con la idea de "cadáver exquisito" que se ha tratado de trasladar desde la mera teoría. Animarse, y para animarse nada mejor que leer el resultado de nuestra obra.

CADÁVER EXQUISITO 3. MONTAJE FINAL

LOS AMANTES DEL DESIERTO.

En el desierto aquel donde vivían los amantes, en ciertas noches profundas, se producía una especie de homología cósmica, de tal manera que cada estrella, cada constelación, cada galaxia, adquiría su correspondiente reflejo en los brillos de las piedras y las arenas. Aquel fenómeno especular podría observarse desde alguna órbita virtual, definida al entrecuzarse las trayectorias de las imágenes. Pero ellos, los amantes, no podían verlo. Durante el crepúsculo matutino, en pleno incendio de los horizontes, los brillos celestes y sus reflejos se recluían en los ojos de los enamorados, cuyas pupilas adquirían los fulgores que sólo la pasión enamorada podía inflamar.
Y recordó: la vio delante de él, al venir el alba. La luz crepuscular matutina, iluminaba su cara, la irisación de sus ojos le deslumbró un instante, y la perfecta silueta de su cuerpo le hizo pensar que soñaba. Juntos avanzaron a través de las montañas; cruzaron enormes ríos de agua plateada, reposaron sobre riberas mágicas y corretearon en praderas áureas. Se sentía hechizado, mientras ella le quería. Encerrado en sus pupilas, a otros mundos le transportaba. Recorrieron tierras de castillos y hadas, donde se paraba el tiempo, y no llegaba la mirada. Su cuerpo era como un volcán encendido, y se sumergía en el ardor de su lava…
Esta oración me persigue, la he oído cientos de veces, he visto otras tantas películas  y allí uno de los personajes la pronuncia intentando darle una connotación que no tiene, que perdió con el uso y abuso, se exclama generalmente desde la fiebre ciega del deseo,  en momentos que intentan representar una pasión desenfrenada, loca inaudita. Una manera de expresar un momento al que hemos llegado la mayoría de las veces de la mano de la suerte.Para mí no representa nada, un recurso cuando falta imaginación
En cambio el pensamiento libre me derrite. No sé, me consumo a veces, el aire se vuelve denso y forma tu silueta, lo llena todo.
Al amanecer vuelve el desierto a mi alma, a mi vida, al páramo que me habita.
No es nada, una elucubración, una sombra apenas. La desdentada silueta de la soledad bordeada de olvido me sobrepasa. Y no llegas.  Sí, te hablo a ti, que no llegas. Yo espero, te espero, y no llegas. Cuando seas de nuevo la fuente inagotable de vida que mana desde lo más profundo, yo seré de nuevo gaviota al viento, surcaré los mares, no sobrevolaré más desiertos, iremos así, fundidos, por la vereda del invierno cálido o del gélido verano, trastabilleando  pero sin caer.
Y así transcurrió todo, al final fuimos a la taberna, no Gran Hotel que no hay en un villorrio. Nos sentamos en una mesa y pedimos una baraja. No teníamos ganas de jugar sino de comentar lo ocurrido. Nuestro compañeros, perdidos en el monte, antes de ser rescatados pronunciaban unos discursos muy raros. Unos hablaban de amor, otros de existencialismo.
Cuando los encontramos seguían sin ponerse de acuerdo, cada uno con su tema, pero se daban la mano y se llamaban amigos. Algunos llevaban un ordenador bajo el brazo y un jazmín en el ojal.
"No se estilaaa, ya sé queee no se estilaaa, ponerseee para cenaaar, jazmineees en el ojaaal..."
Ja ja ja, lo hemos conseguido, se decían. Nosotros comenzamos a jugar a las cartas bastante extrañados. Debe haber un mundo ahí afuera escrito con palabras.

A la mayor brevedad posible, digamos hoy que tengo quema de rastrojos y voy a acabar cadáver, pero un minutillo habrá. Cómo pasa el tiempo y todos iremos para allá, jeje.