Cuando los niños empiezan a crecer notan la diferencia que existe entre el cuerpo de un hombre y una mujer. Lo más natural es que pregunten el porqué de esas diferencias.
Aunque resulta complicado hablar de sexualidad con menores de edad, tocar el tema abiertamente previene trastornos de la identidad sexual y, en instancias más delicadas, acoso por parte de personas mayores.
Si bien es cierto que el niño no identifica entre el bien y el mal, hablar de sus partes íntimas es el primer paso para inculcarle respeto y amor por su cuerpo. Sin embargo, no es la primera aproximación que él tiene con su sexualidad. Tan pronto nace, fija su mirada en la madre. A los 3 meses se observa y toca sus manos. A los 8 se ----- el dedo gordo del pie. Y es sólo al año que se da cuenta de que tiene genitales; edad en la que se los manipula.
Pero no se angustie. Esto es natural. No obstante, debe ser entendido, educado e informado a tiempo por los padres, pues son el estímulo para un desarrollo normal sexual del niño.
La actitud de los padres es definitiva al momento de estimular las conductas propias del sexo de su hijo. Por ejemplo, a una niña desde los 3 años se le debe explicar que algún día será madre y que es diferente a un hombre en su forma de actuar.