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CUENTOS DESTACADOS
caizán
caizán
15-06-2013 19:33

Estimado Rodrigo
A mi también me gustó tu relato. Hay textos en los cuales participas, éste, es de ellos.
No preguntaré nada. Cómo no le pregunto al mago como hace sus trucos, me quedo con el efecto.Es lo más importante, para mí.
Te felicito.

Ana Alonso
Ana Alonso
15-06-2013 16:08

Ayer me sorprendió muy gratamente ver que Observador había reflotado este hilo, y nada menos que con este cuento de Miguel y estaba ansiosa por leer la respuesta; no quise formular preguntas porque de alguna manera coincidía con las que le hacía Observador, pero por otro lado, cuando hice mi comentario habitual me habían quedado detalles en el tintero que los voy a “confesar” ahora, porque acostumbrada a que los cuentos de Rodrigo siempre tengan “algo más” que lo que se ve en una primera lectura, me preguntaba si con la elección de los nombres (y justamente ese nombre) repetidos, y con la mención de la palabra “demiurgo”, Rodrigo estaba tratando de darle al relato algún tinte esotérico que, para no variar, yo no terminaba de comprender. Después de todo ese paseo por la libre interpretación que abandoné porque no me llevaba a ninguna parte, volví al cuento, comprobé una vez más su sencillez, y decidí que, en todo caso, si había algo de todo eso que yo estaba pensando, estaba apenas sugerido de forma muy subliminal. A veces me quedo pensando en lo que leo y suelo decirlo sin culpas porque pienso que puede ser útil o al menos divertido para el autor saber hacia que rumbos puede volar la imaginación de quienes lo leen (algo así como lo que estoy haciendo ahora) aunque sean aderezos complementarios que tal vez el cuento no necesite (como en este caso), pero también lo hago por mí, porque me gusta hurgar en las entrelíneas (y que me perdonen los autores los desatinos).

Bueno, y ahora, un pequeño detalle por si te resulta útil, Miguel. En este precioso párrafo está repetida la palabra “silencio”: “Cuando se separaron ví que ambos lloraban en silencio. “¡Ángel! Cuánto tiempo…” El silencio que siguió me indicaba la callada conversación, los intensos monólogos interiores con los que los dos hombres trataban de situar este ahora desde unos recuerdos dolorosamente guardados.” Yo dejaría: “Cuando se separaron ví que lloraban.” Porque un poco más adelante dice que la comida transcurrió casi en silencio… Pero bueno, creo que sólo con suprimir la que te mencioné, para mi gusto sería suficiente.

Reitero mi felicitación por este relato, que es una joyita; muchas gracias por tu relato del relato, y gracias también a Observador por elegirlo.

Observador
Observador
15-06-2013 14:49

Muchas gracias por responder a mis preguntas, Miguel. Me ha parecido muy interesante ese proceso de gestación de tu relato y creo que es una información muy útil para todos los que nos gusta escribir. A veces la trastienda de un cuento es una tarea más laboriosa que el texto en sí.

Un fuerte abrazo, Miguel. Reitero mi agradecimiento por desvelarnos el proceso creativo de tu fantástico relato.

Rodrigodeacevedo
Rodrigodeacevedo
15-06-2013 14:25

Ante todo y sobre todo agradeceros de todo corazón la elección de este relato como "Cuento Destacado." Y desde luego, nobleza obliga, tratar de satisfacer vuestras curiosidades al respecto.
Para mis publicaciones actuales generalmente "tiro" de archivo; siempre suelo encontrar algo que, más o menos maquillado y repulido, encaje con lo que se trata de publicar. Esto, lo digo con toda sinceridad, me crea un cierto desasosiego, como si estuviese cometiendo un acto desleal con el resto de los compañeros.
Este relato, "Ángel", no ha tenido ese origen; me lo curré ex-profeso como un implícito desagravio a aquellos que me leen, y porque, además, quería comprobar si mis facultades creativas estaban en regla. Y, por lo visto, parece que voy cogiendo "oficio". Serán cosas de la edad.
El origen del relato es ciertamente real, aunque su desarrollo es pura fabulación. El visitante forastero existió y fue efectivamente un antiguo amigo de mi padre. No sé si se llamaba Ángel, pero me pareció adecuado llamarlo así. Lo que sí se me quedó grabado a fuego en mi mente infantil (cuando aquello sucedió yo andaría por los cuatro o cinco años)fue la ejecución de la cabeza de ciervo. La palabra "zurullo", de alguna manera fue la causante del relámpago inspirador. Los ceramistas fabrican "zurullos" de arcilla para algunas de sus creaciones; buscando una acepción del término menos escatológica, encontré esa posibilidad; y ese fue el revulsivo que hizo "renacer" al artista Ángel y su peripecia en mi relato.
Me alegro que os haya gustado.
Os propondría un debate sobre aquella época y sus personajes, pero creo que estas propuestas, por lo visto en "La Tertulia", mueren antes de nacer.
Así que os dejo tranquilos y disfrutando con las nuevas aportaciones, tan interesantes, de los nuevos "rayuelos". Un abrazo a tod@s

Des
Des
15-06-2013 12:21

Cuentos destacados. Ángel de Rodrigo.

Estoy de acuerdo con Observador, el título, los nombres de los personajes, la frase con la que inicia, el final del cuento y sobre todo la sencillez .
Añadir que las palabras obligatorias las ha encajado en el cuento de forma que ni se notan , no es fácil de conseguir .
A mí también me gustaría saber la historia de ese cuento .


Observador
Observador
15-06-2013 11:37

Rescato este hilo del olvido para proponer un cuento de uno de nuestros compañeros. Su título es ÁNGEL y su autor es RODRIGO.

Creo que es de justicia que, dada la calidad del relato, lo analicemos con más profundidad y le demos un lugar preferente en nuestro foro. Además, si Rodrigo lo tiene a bien, se me ha ocurrido que podemos hacerle las preguntas que se nos ocurran sobre su texto para que él satisfaga nuestra curiosidad. Como diría nuestra compañera Ana Alonso, creo que sería interesante para todos nosotros conocer la trastienda de este excelente relato de Rodrigo. Y quién mejor que su propio autor para despejar todas nuestras dudas. Espero que me perdones por esta pequeña traición sin previo aviso, Rodrigo.

Bueno, ya sin más preámbulos paso a comentar el texto y a dar mis razones de por qué lo considero un ejemplo de lo que debe ser un buen cuento.

Copio el relato para que lo tengamos a la vista en este espacio.

ÁNGEL

Apareció en casa de improviso; era un hombre con apariencia de mendigo, pero una observación más detenida hacía apreciar en él un aire de dignidad, unas maneras que rechazaban esa catalogación. Era, simplemente, uno de tantos hombres derrotados, con el desencanto flotando en su mirada; vestía pobremente y llevaba un zurrón de lona al hombro, tal vez todo su equipaje. Preguntó por mi padre; mi madre, azorada, le invitó a pasar; él no tardaría en regresar de su trabajo. El visitante dijo simplemente: “Soy Ángel”. En mi madre pareció aumentar el nerviosismo, pero le ofreció un asiento y un café, de aquellos de “pucherete” que hervían permanente en el fogón de la cocina. Él, Ángel, aceptó con una sonrisa bondadosa y humilde.

Al poco llegó mi padre y vio al visitante sentado casi en el borde de la modesta silla, con las manos sobre las rodillas y su zurrón en el suelo, junto a sus pies. Mi padre se quedó inmóvil y exclamó casi en un susurro:”¡Ángel!” Aquel hombre se levantó lentamente y los dos se fundieron en un abrazo interminable. Cuando se separaron ví que ambos lloraban en silencio. “¡Ángel! Cuánto tiempo…” El silencio que siguió me indicaba la callada conversación, los intensos monólogos interiores con los que los dos hombres trataban de situar este ahora desde unos recuerdos dolorosamente guardados. “No me quedaré mucho tiempo, Ángel” –mi padre también se llamaba Ángel- “no debes de preocuparte, ni Marichu tampoco” –Marichu era el nombre de mi madre. “Pero te quedarás a comer y después hablaremos. Tenemos tanto que contarnos…”

La frugal comida transcurrió casi en silencio. Apenas unas palabras de reconocimiento del visitante hacia mi madre, alabando la calidad del guiso.
“Estoy perseguido, Ángel. Mi presencia en esta casa os compromete. En cuanto anochezca me marcharé. Padezco insomnio y lo aprovecho para algunas actividades nocturnas, clandestinas; ya me entiendes. Pero mientras hablamos quiero dejaros un pequeño regalo.”

Pidió permiso para extender sobre el mantel de hule un poco de arcilla, que había sacado del astroso zurrón. “Mira, chaval, lo que pueden hacer las manos de un hombre. Igual que las de Dios.” Yo contemplaba sus movimientos con todo el asombro y la atención a los que la insólita situación me obligaban. Comenzó tomando unos pellizcos de barro y haciendo con ellos unos pequeños zurullos. Con el resto del barro (arcilla, precisó él) manipulándola con gran destreza, casi como un juego de prestidigitación, moldeó lo que resultó ser… una cabeza de ciervo. En pocos momentos, los zurullos preparados anteriormente calzaron la portentosa cabeza con una espléndida cornamenta.

Aquello era todo un milagro para mí. Para él, para Ángel, era una manera de sobrevivir. Con las pequeñas obras de arte que modelaba ganaba algún dinero, escasas monedas, dada la miseria general del país. Pero Ángel, junto a su destreza, unía una enorme simpatía. Nada en él sugería vagancia ni sus actitudes tenían resabios de peligrosidad. Sin embargo, en cualquier momento, la entonces vigente Ley de Vagos y Maleantes podía caer sobre su inocente y obligada trashumancia. Y después… su militancia política lo colocaría frente al paredón. Desde luego, su presencia en nuestra casa era muy comprometedora. Pero él ya lo sabía; estaba acostumbrado a estas breves acogidas y era consciente de la responsabilidad que su anfitrión asumía con ellas. Su singladura le obligaba a frecuentes acurrullamientos del somero velamen de su navío.

Finalmente, como había anunciado, con las primeras sombras de la noche Ángel volvió a su hábitat natural, al hábitat de todos los marginados: la calle inhóspita y peligrosa. Nunca supimos más de él. En casa quedó durante mucho tiempo la cabeza de ciervo que moldeó para nosotros con sus manos, manos demiúrgicas, como las de Dios.

Mucho después supe que mi padre y él fueron compañeros de armas, ambos prisioneros de guerra y sufrieron juntos muchas penalidades. Algunas situaciones muy comprometidas debieron solventarse con su ayuda mutua. Según mi padre, el otro Ángel era su hermano.

Decía Horacio Quiroga que en un cuento bien logrado las tres primeras líneas tienen tanta importancia como las tres últimas. Miguel (Rodrigo) sabe bien esto y ya desde el inicio atrapa al lector con su historia. La primera frase: "Apareció en casa de improviso" despierta nuestro interés y hace que queramos saber más. El título tampoco creo que sea casual, el nombre de Ángel nos sugiere bondad y viene asociado a esos seres bíblicos inmateriales y espirituales. Por tanto, Miguel ya nos está anunciando las cualidades de los dos personajes, que no por casualidad comparten el nombre.
Como todo buen relato, está ambientado en un contexto social determinado para situar al lector: Miguel nos habla de la Ley de Vagos y Maleantes, que fue aprobada durante la segunda república para controlar a los individuos considerados antisociales.
En mi opinión, el principal acierto de este relato es su narración sencilla de una historia muy humana sobre la amistad, con la que todos los lectores nos podemos sentir identificados. Miguel sabe tocar la fibra sensible de todos nosotros con su cuento, y en gran medida lo logra gracias a la sencillez.
El final también está escrito de forma conmovedora y remata con brillantez la historia.
Por todos estos motivos, creo que este relato de Miguel es un ejemplo de lo que considero que debe ser un buen cuento. Enhorabuena, compañero.

Y ahora me gustaría hacerle unas preguntas sobre su texto. Espero que tenga a bien contestármelas:

¿Cómo te inspiraste para escribir esta historia? ¿Fueron las palabras propuestas las que te la inspiraron o ya tenías un esbozo previo y fuiste encajando en ese guión las palabras dadas? ¿Qué consejo nos darías para escribir un buen relato?

Os animo a comentar con mayor profundidad este texto y a hacerle a Miguel más preguntas sobre su excelente relato.

Observador
Observador
05-04-2013 18:33

Eratalia escribió:

CUENTOS DESTACADOS.
Es la primera vez que incursiono en este espacio y no es para subir tema, sino para preguntar.
Creo haber interpretado por el encanbezamiento de la página que los cuentos que se suben aquí son cuentos de escritores consagrados, no nuestros, y a los que se ha de adjuntar el motivo y la razón por la cual los he considerado especiales o interesantes.
Pero, en cambio, creo que los cuentos que hay expuestos son de la propia autoría del que los subió, como es el caso de "La carta" o de "Crimen perfecto", ¿no es así?

Pues es que estaba pensando subir alguno mío, pero en ese momento es cuando me he dado cuenta de que la cosa no cuadraba. ¿Quién me aclara el asuntillo?
Gracias.

Estimada amiga Eratalia, con mucho gusto te aclaro tu duda, ya que fui yo el impulsor de este hilo un tanto olvidado. Si lees con atención el encabezamiento, verás que en él se dice que se podrán proponer tanto cuentos de autores conocidos como inéditos. Por tanto, claro que puedes subir un texto tuyo o de algún escritor desconocido por el gran público, como ya lo hizo Caizán con dos relatos suyos. La única condición que os puse fue que dierais los motivos de por qué considerabais ese cuento especial, como acaba de hacer Gregorio con el que ha propuesto.

Espero haber aclarado tu duda. Un abrazo, Era.

Eratalia
Eratalia
05-04-2013 17:52

CUENTOS DESTACADOS.
Es la primera vez que incursiono en este espacio y no es para subir tema, sino para preguntar.
Creo haber interpretado por el encanbezamiento de la página que los cuentos que se suben aquí son cuentos de escritores consagrados, no nuestros, y a los que se ha de adjuntar el motivo y la razón por la cual los he considerado especiales o interesantes.
Pero, en cambio, creo que los cuentos que hay expuestos son de la propia autoría del que los subió, como es el caso de "La carta" o de "Crimen perfecto", ¿no es así?

Pues es que estaba pensando subir alguno mío, pero en ese momento es cuando me he dado cuenta de que la cosa no cuadraba. ¿Quién me aclara el asuntillo?
Gracias.


Con rimas y a lo loco
Ana Alonso
Ana Alonso
11-02-2013 16:24

Estoy tratando de volver a escribir en la página, y haciendo un recorrido por los diferentes temas veo que hay muchas y buenas actividades que quedaron un poco relegadas, entre ellas, ésta del “cuento destacado” que me parece muy interesante.
Aunque el último cuento lleva cierto tiempo publicado, lo leí y hay algunas cuestiones que me interesa comentar. Si estoy a tiempo, bien, y sino, lo haré por mi propio gusto porque el cuento me ha dejado pensando.

UN CRIMEN PERFECTO de Caizan

Caizán, el motivo para que sea un “cuento destacado” se entiende clarito en tu explicación; sin ella, yo podría decir que se destaca por un par de cosas. En realidad, puedo dividir al cuento en tres partes bien diferenciadas. Las dos primeras me parecen las más interesantes. Como ya dijo Observador, la descripción de la escena en el geriátrico, muy realista. Después, la recreación del ambiente y las características de esos años que si bien no he vivido porque nací un poco después, las reconozco, o al menos a algunas de ellas, porque antes los cambios no ocurrían con la velocidad actual, así que promediando los años sesenta todavía la colonia Lancaster seguía presente entre los objetos personales de cualquier muchacho joven y todavía ellos “sacaban” a bailar a las chicas con un cabeceo discreto. Los locos años setenta, en los que me siento más incluida, aceleraron las cosas y dieron un giro que barrió con muchas costumbres. Pero lo que me interesaba comentar era sobre las tres partes que veo en el cuento. La del geriátrico, la de los recuerdos del anciano, y por último el final, que creo que mantuviste con la intensión de ser fiel al cuento original. El problema que veo es que, tomando el cuento en general, creo que falla en la estructura. El tema del geriátrico, al no retomarlo más tarde queda como separado y sólo parece servir de introducción, cuando en realidad es una escena que tiene peso propio. Sería muy diferente si, por ejemplo, el anciano despertara de su ensueño y encontrara a las dos mujeres mirándolo y surgiera algún comentario que de pie al final, porque así las dos partes (la del geriátrico y la de los recuerdos) quedarían bien integradas. Creo que las dos partes están muy bien trabajadas, salvo por el abuso de comillas (no veo necesario marcar con comillas las expresiones típicas de la época porque se tienen que sentir como algo natural dentro del ambiente que estás recreando, y esas comillas le quitan naturalidad)
Por último, el final en donde se resuelve el conflicto al saber que se trata de una mosca. Estaría muy bien si el lector, recapitulando, se diera cuenta de que en todo momento hablabas de ella, pero en realidad no es así, porque no creo que a la policía Federal ni a Radio el mundo les moviera un pelo que alguien mate una mosca, así que salvo para tu recuerdo y homenaje, que es muy respetable, puede servir la reconstrucción; pero yo lo que haría sería guardar el cuento tal como está en el baúl de los recuerdos y retomaría las dos partes más adultas que me parecen muy interesantes para darle otro final que realce todo el desarrollo anterior.

Bueno, eso es todo. Me encantaría que este hilo se mantuviera activo y abierto el diálogo para opinar y preguntar, como recuerdo que era en sus orígenes.

Observador
Observador
02-08-2012 13:07
UN CRIMEN PERFECTO - CAIZÁN


Gracias por escribir un nuevo texto en esta sección, Caizán, y sobre todo por darnos las razones de por qué lo has incluido en este espacio.
El relato está simpático y creo que reflejas bien el ambiente de los geriátricos. En cuanto a la redacción, a mí se me ha hecho un poco pesado de leer el texto y, en mi opinión, la anécdota de la mosca se queda un tanto pobre y simple en relación a la expectación que generas.
En cualquier caso, agradezco mucho tu participación aquí y espero que sigas subiendo otros relatos a este hilo.
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