Estimado Homero, la ley de Humanización del Sistema Carcelario votada en el año 2006, introduce el concepto de redención de pena por trabajo y por estudio.
Esto significa que los reclusos que trabajen o estudien, cumplirán menos pena que la sentencia judicial en la medida que tengan un comportamiento rehabilitatorio a partir del trabajo o el estudio sistemáticos dentro de los centros de reclusión.
Esta práctica se cumple parcialmente en los hechos, ya que la superpoblación carcelaria atenta contra el desarrollo de estos programas.
Si bien se han construido cientos de nuevas plazas carcelarias y se seguirán construyendo aún más, el Uruguay ya tiene más de 9.000 presos y los niveles de prisionización siguen en aumento.
Uruguay es el país de América Latina con más presos por habitantes.
Esta lógica es perversa, prácticamente no se aplican medidas alternativas a la prisión y esto provoca que, delitos que podrían ser sancionados con penas alternativas, el sistema los prisioniza.
Estamos en estos días aprobando una reforma del Código General del Proceso para que, entre otras cosas, los procesos sean más cortos y garantistas. Casi dos terceras partes de los reclusos no tienen sentencia firme y esto es una irregularidad alarmante.
Volviendo al tema del estudio y el trabajo, a mi entender los dos factores más inclusivos que tiene la sociedad, existen las chacras penitenciarias que son una excelente experiencia, así como distintos tipos de trabajo, huertas, panaderías, herrerías, etc.
Del mismo modo son bastante más de mil reclusos los que están asistiendo regularmente a distintos cursos educativos impartidos por maestros y profesores de Primaria y Secundaria dentro de las cárceles.
Todo esto muy limitado por razones de infraestructura y espacio.
A su vez, ayer ingresó al Parlamento un proyecto de Ley remitido por el PE que apunta a la reparación de las víctimas del delito. Es una de las 15 medidas anunciadas por el PE.
Este proyecto define resarcimientos económicos a través de pensiones para víctimas del delito o familiares de ellas en determinadas circunstancias.
También fortalece la Dirección de Atención a las Víctimas del Delito dependiente del Ministerio del Interior creada también en 2006 por la Ley de Humanización que te referí.
Este fortalecimiento pasa por otorgar mas recursos para el desarrollo del trabajo de esta Dirección que está integrada por técnicos, psicólogos, asistentes sociales, etc., que se vinculan con las personas que sufrieron violencia física o moral y/o con sus familiares.
Pretendo con estas pocas líneas darte algunos elementos que, si bien no modifican el concepto de penas como tu planteas, sí están en sintonía con algunos planteos que realizas.
Podremos avanzar en la medida que prioricemos la rehabilitación como objetivo.
Lamentablemente es una discusión difícil de dar por la sensibilidad que provoca este tema, así como por la ligereza con que muchas veces se da en el terreno político este debate.
Hay algo que está claro, el modelo de seguir incrementando las penas para sacar a los delincuentes de la sociedad e internarlos en el actual modelo carcelario, no sólo no ha dado resultado sino que ha agravado la situación de inseguridad, en la medida que las posibilidades de rehabilitación son muy acotadas.
El cambio del modelo pasa por sacar a las cárceles de la órbita del MI y crear un Sistema de Rehabilitación sobre las bases que tu planteas.
Ese es el objetivo hacia donde pretendemos caminar, con la dificultad que implica un cambio cultural profundo en la sociedad y el Sistema Político y los recursos necesarios para avanzar en ese sentido.
Respecto a los menores, se está transitando por el mismo camino.
Gracias por el aporte.
Saludos
