Haré llegar su propuesta a la comisión donde se discute en este momento 3 de las leyes del Plan de Convivencia para combatir la inseguridad, la idea es interesante aunque sinceramente tiene algunos problemas.
En primer término el volumen de dinero generados por los trabajos posibles no da para cubrir los 3 objetivos, ni siquiera uno. El costo de un recluso es alto porque hay que sumar guardias, atención médica, luz, agua, comida, medicamentos, etc. El concepto me parece que se puede discutir obviamente cada preso que saco a trabajar tengo que tener determinadas medidas de seguridad para que no se escape y un control determinado según las herramientas que utilice en su labor y que no se vayan a transformar en armas de agresión. De algún modo el registro hoy se practica aunque el trabajo y el estudio son voluntarios y de la cantidad de días estudiadas o trabajadas se le descuentan de la pena que el juez le puso. De los 9000 y pico de presos adultos existentes en el país, 3000 trabajan en distintas modalidades y el control se hace en acuerdo con el Patronato del Encarcelado y el Liberado. Ese es el sistema nuevo que gradualmente estamos poniendo cuando hablamos del sistema “chacras policiales” cuya primera experiencia estuvo en Campanero en el departamento de Canelones donde se fabrican bloques y otros elementos para la construcción, se hace huerta y se crían animales.
Dentro de los 6000 restantes tengo un núcleo muy duro que son los vinculados al narcotráfico que se están concentrando en el penal de Libertad, de ese núcleo es muy difícil obtener respuesta alguna y su peligrosidad en cuanto a que no fuguen es alta. También hay un grupo muy destruido por el efecto de la droga, condiciones sociales de donde provienen etc. en que la recuperación para integrarse al mundo del trabajo o del estudio es muy difícil y muy lenta. Necesito también más personal capacitado y nos ha sucedido que en muchos llamados a profesores, maestros o instructores, éstos han quedado vacantes.
En relación a los menores infractores que al día de hoy son 430, tengo cerca de 100 trabajando por un sistema de tutoría en distintas empresas y regresando a su hogar a cumplir su pena y allí me pasa lo mismo, hay algunos de alta peligrosidad con los que no tengo condiciones para trasladarlos fuera del establecimiento y se está trabajando para instalar algunas posibilidades dentro del establecimiento siempre con la precaución de que ningún elemento de trabajo sirva para la agresión.
En relación a que solo se les proponga estudiar es muy difícil ese camino pues son desertores de la educación y ven mucho más atractivo educarse a través del trabajo.
Por otra parte la propuesta podría llevar a situaciones de cadena perpetua, concepto que en Uruguay no existe. Como usted bien dice esto es una transformación profunda del código penal.
Como punto de vista no tengo ningún inconveniente de hacérselo llegar a los compañeros que están en la discusión del tema de forma de tener un aporte suplementario. Otro camino es que usted pidiera audiencia en la Comisión de Constitución y Legislación donde se discute la reforma del Código del Proceso Penal y donde probablemente se discutan parte de las leyes que vengan en el marco del plan de convivencia. Y el tercer camino podría ser con la Comisión Bicameral de Seguimiento del Sistema Carcelario que suele abordar estos temas.
Estimado Homero como comprenderá no es por no discutir, pero es muy difícil hacerlo por esta vía de ahí mis sugerencias.
